15 restaurantes de comida mexicana para turistas

Su local, en el corazón de Coyoacán, fue quizá de los primeros en ofrecer mezcales como primera opción de bebida, cuando decidieron hacer su etiqueta del destilado de agave de Santiago Matatlán, Oaxaca. Recomendamos que pruebes la entrada de hoja santa con queso de cabra y los ya históricos ravioles rellenos de huitlacoche.

La Guadalupana, veladoras para el marido cumplidor y manteles floreados, no puede haber algo más kitsch que eso. El menú es de plan sencillo y poderoso en el que eliges el ingrediente principal y salsa para que pruebes unos chilaquiles con varias salsas a elegir.

Muchas abuelitas mexicanas comieron aquí, cuando eran unas niñas y acompañaban a sus abuelos, ofrece comida mexicana desde 1860. Con sus murales de la vida antigua de la urbe, su talavera, su papel picado colgando del techo, su vitral, sus autógrafos de celebridades de hace décadas, y sus chiles en nogada monumentales en tamaño y sabor, de los que recomendamos pedir únicamente media porción, porque la porción completa es inacabable.

Cuando un cocinero entremezcla su trayectoria con sus más entrañables recuerdos culinarios, aparecen platillos como el arroz de aguacate con huevo perfecto, de Jorge Vallejo, uno de los mejores exponentes de la cocina mexicana reinventada,o contemporánea. El menú recuerda que la cocina mexicana es una de frescura, acidez, contrastes y sutilezas. Requieres reservación con días, o meses de anticipación. 

La señora Sabina Bandera se ha convertido en una institución de la cocina de mar de Baja California. Comenzó con una carreta de mariscos en Ensenada, ahora con una sucursal de su restaurante en la Condesa. Entrarás al mundo de los mariscos frescos de las costas mexicanas, lo cuales deberás probar en sus famosas tostadas y más de 10 salsas.

Oculto centro comercial Park Plaza en Santa Fe, hay que tomar un elevador hacia el segundo sótano y entre boutiques exclusivas y restaurantes de tono excesivamente ejecutivo, Cascabel aparece como un elegante respiro y un homenaje al chile cascabel. La chef Lula Martín del Campo, reconocida cocinera de técnicas mexicanas es quien le dio forma al breve menú, con tlacoyos, picaditas, sopecitos y dobladitas, y un toque norteño con la carne en los platillos fuertes.

Clavería es elhogar del restaurante Nicos desde 1957. La primera impresión es la de un lugar que goza de clientela fiel y que conserva su espíritu de restaurante de barrio. El chef Gerardo Vázquez Lugo ofrece una carta que incluye recetas mexicanas del siglo XIX y sigue los principios del movimiento slow food.

La Tlayudería es un lugar modesto, a diferencia de otros restaurantes en la Roma que buscan apantallar a primera vista con un local ostentoso. Aquí todo es muy sencillo y sabes perfectamente a lo que vas: a pedir una enorme porción de tortilla de maíz con quesillo, frijoles, tasajo, chorizo o cecina enchilada. Se le llama tlayuda, una de las joyas de la gastronomía del estado de Oaxaca.

Cada platillo creado por la chef Martha Ortiz es una reinterpretación de los sabores que las abuelas mexicanas han llevado a las mesas por años. La diferencia reside en la elegancia con que se sirven. Delicadas perlas de chicharrón que recuerdan a una jugosa gordita de puesto. Un desfile de panes de mole, chipotle o violeta. Postres como el esquimo contemporáneo, un granizado coronado con grajeas y galletas de animalitos, ante cuyos colores, es imposible no sonreír.

Es un oasis maya que desde 1961 sirve la mejor sopa de lima de la CDMX. Le La Toh significa “esto es Mérida”, y te lleva en un vuelo directo a la península yucateca. Pide el plato de antojitos mixtos que incluye panuchos, tacos de cochinita pibil, salbutes, codzitos y papadzules (el plato yucateco vegetariano por excelencia). Sabores diversos para atacar el viaje culinario de un jalón.

Es uno de los mejores restaurantes de todo México, y aunque tendrás que salir brevemente de la CDMX, es una visita que tu paladar merece. En Amaranta, el cerdo se disecta. El estudio casi porcinocéntrico del chef Pablo Salas salpica discreto, pero contante, el menú: piel, manitas, carne molida, papada, chuletón y cabeza desfilan en platillos inspirados en la cocina del Estado de México.

A este lugar acuden políticos y personajes que vieron su mejor vida en los años setenta. También vienen los turistas que buscan a Frida Kahlo. Este espacio es una atracción turística en sí misma: ex monasterio, ex hacienda colonial, ex hotel, ex espacio universitario y finalmente, restaurante. Además está en una de las zonas más hermosas de la ciudad y la comida mxicana que ofrece respalda su larga trayectoria.

Uno de los lugares que más recomiendan en México para descubrir los sabores del país es el Café de Tacuba, que ya cumplió cien años de vida. La casona es del siglo XVII con techos altos sostenidos por vigas de madera, decorado con candelabros y mosaicos tipo talavera y cuadros de arcángeles, ofrece un menú bilingüe del cual te recomendamos pedir el cuatro cositas. con frijoles refritos, guacamole, arroz con menudencias, un tamal en salsa verde o chile relleno.

Cualquiera de los platillos de su menú desenfadado y bien diseñado (antojitos de comida mexicana tradicional con tortillas recién hechas), se acompaña bien con cualquiera de sus tres salsas: la roja, la verde y una especial de habanero. La especialidad son los tacos.

Es un auténtico clásico desde hace 43 años, cuando abrió sus puertas en las calles de Moneda y Seminario, para finalmente alojarse en un edificio porfiriano, cuyos cuatro salones cuentan con techos altos y columnas de cantera. Aunque su propósito es mantener los procesos tradicionales de la cocina mexicana (como preparar el nixtamal para elaborar tortillas u hornear el pan en casa) con una carta que busca "evocar la provincia mexicana", el menú cuenta con platillos atípicos, como son las exquisitas albóndigas de salmón o las láminas de atún sellado.