Lo que hace tan divertida a la comida mexicana es que se compone por tradiciones de todo el territorio nacional; es siempre cambiante y le aporta a la gastronomía internacional desde técnicas hasta ingredientes. Descubre estos restaurantes que tienen desde lo tradicional pero divertido hasta lo más sorpresivo de la cocina mexicana.
Aprovecha el mes patrio para acabar con la rutina y la amargura, acompaña tu comida con la nueva imagen de Fresca pensada para ti que eres intrépido y le buscas el lado extraordinario a un día cualquiera.
Presentado por Fresca
De los creadores de la taquería clásica que rompió los esquemas de los tacos en la Roma, El Parnita, y su hermano nocturno Páramo, surgió este proyecto que expande las posibilidades del uso del maíz y las recetas tradicionales que lo rodean. Hay bancas y pequeñas mesas redondas donde se come sin reglas. El maíz, que proviene de distintas regiones de México, se nixtamaliza y se muele, se prepara la masa y se hacen tlacoyos, sopes y tortillas en el comal.
Para comer birria estilo Michoacán en la Ciudad de México hay un lugar que se proclama el rey; la horaria fila de espera que se forma cada fin de semana lo sustenta. Si tu objetivo es reponerte, seguirla o tener una comida mexicana, abundante y casera, entonces este lugar es un imperdible para el fin de semana. Su éxito cumple 30 años de historia.
Lo encontrarás en el oculto centro comercial Park Plaza en Santa Fe. Hay que tomar un elevador hacia el segundo sótano y entre boutiques exclusivas y restaurantes de tono excesivamente ejecutivo, Cascabel aparece como un elegante respiro y un homenaje al chile cascabel, dado el nombre por su forma redonda y el sonido que emiten las semillas en su interior cuando está seco. La chef Lula Martín del Campo, reconocida cocinera de técnicas mexicanas es quien le dio forma al breve menú.
El menú es en plan sencillo y poderoso en el que eliges el ingrediente principal y salsa para los chilaquiles. Te convencerán los de chorizo en orden completa, combina dos salsas: verde y aguacate. Con nopalitos y cebolla, frijolitos refritos y bastante queso y crema.
De la chef Carmen "Titita" Ramírez, especialistas en familias y antojos grandes. Haz de las pintorescas mesitas una sola y pide una jarra de horchata y unas gorditas de requesón, solo en lo que se deciden entre los chamorros, el pollo con mole o un consomé “con harto chile”.
Pareciera que han estado entre nosotros durante siglos, pero la historia de los huaraches está muy bien documentada y no han cumplido ni los cien años. Resulta que son invención de la señora Carmen Gómez Medina en este lugar, quien tomó un tlacoyo y lo llevó al límite, agrandándolo de tamaño y friéndolo en aceite o manteca. El tlacoyo evolucionado recibió el nombre de lo que más se le parecía: un huarache.
Este secreto —bien guardado— de la Industrial es sólo para conocedores. Aquí las pretensiones se quedan fuera para dar paso al sabor casero de la familia de Don Goyo, que te recibe literalmente con cazuelas gigantes de los guisos del día.
Sobre la calle de Campeche y junto al mercado de Medellín se encuentra este pequeño consulado yucateco. Es un restaurante familiar, relajado y en sus mesas disponen el semáforo de salsas de chile habanero: verde, amarilla y roja –de menor a mayor intensidad. Las manitas de cerdo en escabeche o al pibil son una excelente manera de avisarle al hambre que pronto quedará satisfecha y para entrar de lleno al juego puedes pedir unos panuchos de cochinita pibil o de relleno negro.
Algo tiene el birote que todos creen tener una gran verdad respecto a él: es imposible prepararlo en la CDMX por la altura, la masa o el tipo de agua. Ellos prefieren traer el pan de Guadalajara. Llevan 14 años haciéndolo así. Su éxito y sus largas listas de espera durante los fines de semana les dan la razón. La estrella del menú es, por supuesto, la torta ahogada.
Este lugar tiene la ambientación de una típica taquería defeña. Para arrancar motores, pide primero un tarrito de fideo y un agua mística. El tarrito contiene una clásica sopa caliente de fideos casera, pero en versión de sorbo, no hay mejor manera de preparar tu estómago para lo que viene. Hay chelas, micheladas y clamatos. Si ya estás listo para lo demás, no debes evitar los chilaquiles o chila’kill, como ellos los llaman. La especialidad de la casa: la gordita ahogada.
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