En métodos para hacer café, siempre hay algo nuevo por descubrir. Tras entrar al Museo de Arte Moderno y cruzar el patio de esculturas, llegué a su cafetería, una estructura circular completamente modernista con piso de granito. Toda esa atmósfera de casa amplia que recuerda a un Acapulco de Mauricio Garcés. La cafetería trata de empatar estos elementos setenteros con el diseño contemporáneo de las sillas de pirwi color miel y mesas en tonos vibrantes, como verde limón y amarillo. Su terraza es sumamente agradable, y fue ahí donde di con el hallazgo del sifón austriaco, un interesante y antiguo artefacto para preparar este brebaje.
Pedirlo es toda una experiencia. El instrumento es una especie de balanza, con un recipiente de cobre a un lado y un recipiente de vidrio del otro. El agua se sirve sobre el de cobre y se calienta con un mechero de gas hasta evaporarse. El vapor, buscando por donde salir, llega al otro lado del recipiente por un tubito que tiene una terminación en forma de regadera en donde está el café molido. Cuando el vapor se condensa, debe menearse y, por una cuestión de densidad, la mezcla regresa al recipiente de cobre. Ahí se abre una llavecita y sale el café a la taza. Magia.
Este método recopila todos los aceites y sabores amargos del café, sus tonos chocolatosos y avellanados. Resulta en un sabor intenso, similar al de un café turco, que tiende a cambiar dependiendo del tueste del grano (aquí proviene de la finca San Martín Cohuapan, en la Sierra Norte del Estado de Puebla).
Lo mejor es que tú y tu acompañante al museo pueden compartir la experiencia, porque el sifón austriaco es para dos personas.
Además, y para variar, Vía Corta tiene una obsesión muy graciosa con el Jenga. En cada mesa hay alrededor de 18 bloquecitos para jugar mientras esperas tu la comida. ¿Lo mejor? Pide el sándwich de tres quesos con pan de aceituna, que va acompañado de una ensalada ligera (la salsa de chipotle molido con piloncillo es imperdible). Ahora que si tienes antojo de algo dulce, la tarta de almendra y pera es ideal como complemento de la visita al museo.