Aunque los cupcakes estuvieron en su apogeo hace un par de años, todavía es difícil encontrar unos de buena calidad en el DF: normalmente, o están secos o muy empalagosos. Pero si además de eso buscas un lugar que proponga, tal vez la única opción sea este cuartito de luz tenue, exactamente en Polanco.
En el lugar no hay mesas ni sillas; es más, no caben más de cuatro clientes parados haciendo cola, pero vale la pena detenerse a morder la felicidad que hornean dos veces por día y que resulta en frescura. Acá los cupcakes son cosa seria: nada de cursilerías, dibujitos y sabores clásicos. Adiós al monopolio vainilla-chocolate. El dueño dejó todo para abrir un lugar donde el sabor fuera el rey, por lo que todo el tiempo experimentan con nuevos ingredientes y cada mes ofrecen sabores especiales. El menú ofrece toda la semana pastelitos de cookies and cream, naranja con arándano, zanahoria y plátano con nuez; otros sabores como té chai, red velvet, limón, brownie o cherry mocha se turnan los días. Nuestra recomendación: ve cuando se hornean los especiales.
Para septiembre, el reto fue traducir dos de postres mexicanos en cupcakes, en vez de sólo pintar el frosting de verde, blanco y rojo.
Los lunes, miércoles y viernes del mes puedes comprar cupcakes inspirados en ate con queso: pan de vainilla, relleno de guayaba y frostingde queso; y sí, sabe a ate. Otra opción es el de pan de elote con frosting de rompope, que estará disponible sólo el 15 de septiembre, así que ve haciendo un espacio en tu agenda.