“Un lugar de té y comida orgánica en la Condesa”. ¡Qué enunciado tan predecible! A pesar de mis inorgánicos pensamientos decidí concederle el beneficio de la duda a Tea Connection, un clásico de tés en Argentina que llegó a México. La decoración del lugar es muy agradable, una mezcla entre un cafecito italiano y una frutería, con luz color mantequilla, mesas blancas y mosaicos blancos y chocolate. Aunque elementos como infografías en la pared y canastas de frutas y verduras levantan dudas con su murmullo de “miren qué natural soy”, basta con ordenar para olvidarlas.
La carta de tés está dividida por el tipo de oxidación de la hoja y lleva una breve explicación de la región donde fue cultivado. El repertorio incluye tés negros –entre los que destacan el indian chai y el berries & chocolate–, verdes –como peach n’ roses–, rojos e infusiones, de las que recomiendo la africana, una mezcla aromática de láminas de coco, vainilla, frutos y cubitos de butter toffee.
Una vez que llega la mezcla elegida, es el mesero quien, ceremonialmente, anuncia que comenzará el ritual del té. Este inicia con el olfateo de la selección de hierbas, frutas y flores mientras la presentan. La ceremonia continúa cuando introducen la infusión en una tetera e indican su tiempo ideal de reposo. En ese momento, giran un reloj de arena y dejan que los minutos hagan su magia.
Otro ritual del lugar es la degustación de postres, religiosa experiencia que consiste en probar pequeñas porciones de brownie, cheesecake con fresas, key lime pie y chocotorta. Es una gran opción si vas con varios amigos. Lo mejor: sólo cuesta 60 pesos. A pesar de que la especialidad obvia del lugar es el té, no podría dejar de recomendar probar el café, especialmente el cappuccino. No viene con un reloj de arena que complete la parafernalia, pero la textura de esta espumosa taza es digna de otra festividad. Por otro lado, es imposible tomar el latte sin sentir un poco de dolor. Su arte en la espuma es tan impresionante, que ni sorber de ladito evita arruinar las figuras que hacen. Por cierto, dicen que, a veces, cuando quieren impresionar crean formas 3D.
Los alimentos frescos no sólo reinan en la decoración del lugar, sino que son los que dirigen la orquesta en el menú. Con tres cambios al año, se adecua a los ingredientes propios de cada estación. El lugar es bike friendly. Además de tener lugares designados para dejar tu bici, Tea Connection premia la pedaleada con un té, traída por alguno de los pocos, pero encantadores meseros, dispuestos a explicar cada uno de los platos. Sin importar en cuántas ruedas llegues, este lugar es una placentera experiencia a cualquier hora del día y en cualquier temporada.