No es asunto nuevo el que la San Miguel Chapultepec se ha convertido en la favorita de quienes viven en sus alrededores. La clave es sencilla: la colonia continúa siendo en esencia habitacional, pero gran parte de su encanto se encuentra en esos lugares medio escondidos que ofrecen opciones para comer, tomar un café o conocer alguna galería de arte; lugares camuflados todavía entre la arquitectura típica de una casona y los espacios improvisados que funcionan como comercios.
Lo más probable es que si estás de paso por la colonia, ya sea por trabajo o una visita ocasional, se te antoje comer o tomar algo. Sal y Dulce Artesanos es una buena opción.
Para la mañana están los huevos en sus típicas presentaciones; frutas frescas o pan dulce en variedad. Si es que desayunas ligero, los croissants te salvan la mañana acompañados de un latte.
La barra de baguettes y sándwiches es amplia. Pide el de roast beef si no quieres parecer aburrido con el típico de pavo y queso. Si lo que buscas es un poquito más de preparación, alguno de los platillos que hacen por día puede dejarte satisfecho. El pollo al curry y la lasagna son de los favoritos. El lugar también funciona como taller gastronómico, donde se explora con la creación en la cocina y el uso de técnicas de repostería, cocina mediterránea y panadería.