Al cruzar la puerta del Nadefo te convertirás en extranjero en tu propia tierra. Aquí todos son coreanos: los comensales, la dueña, los cocineros, el mesero, y claro, la comida. Pero no tendrás que preocuparte porque a los del país asiático no les gustan los mexicanos, Nadefo es de los pocos restaurantes mexican friendly del barrio.
La especialidad del lugar es el galbi (variedad de carnes preparadas a la parrilla). Para ello tienen mesas con un orificio central y un extractor de humo en donde se coloca la parrilla con las brasas. Sus cortes son de muy buena calidad, los preparan fuertemente condimentados, como dicta la tradición: mucha pimienta, cebolla, aceite de ajonjolí, ajo y soya. Entre las opciones está el cerdo, res o pescado. Las costillas y la lengua de res, el tocino y el asado de sierra o camarón son realmente exquisitos. La sopa más sobresaliente del menú es la kimchi chigae, una sopa de sabores intensos, picosa, con el kimchi (col china) como protagonista.
Para que no olvides que estás en territorio coreano, una vez que hayas pedido tu comida, tu mesa se llenará de pequeños platos con entradas deliciosas, cortesía de la casa. A este menú se le conoce en Corea como cocina real. Puede variar según el día, pero en ocasiones sirven frijoles en salsa de soya, chicoria, gelatina de harina, papas, lechuga, casi todo bañado en una salsa de soya, ajonjolí, chile picado y aceite. Para los coreanos la comida es parte de un gran festejo y se toman su tiempo para ello. Muchos de los comensales que llegan a comer se quedan en la sobremesa hasta que el sol se oculta. La mejor bebida para ver la tarde caer a la coreana es el Soju, un destilado hecho con arroz y suficientes grados de alcohol para disfrutar y estar dispuesto a tomarse las cosas con calma.