Desde restaurantes asiáticos y tiendas en la barrio coreano, hasta celebraciones (como el Año Nuevo Chino), la cultura asiática se ha establecido en la vida cotidiana del DF. Como de la comida nace el amor, te invitamos a probar lo mejor de la gastronomía japonesa en la ciudad.
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Restaurantes japoneses en la ciudad
El sushi de Culiacán es tan especial que tiene su propia pronunciación. Para llegar al "suchi", tomaron como base el plato japonés hecho con las delicias marinas de aquella ciudad sinaloense, y le fueron agregando todo tipo de ingredientes hasta que los volvieron cada vez más extravagantes: carne, pollo, verduras, quesos, empanizados y aderezos, todos siempre acompañadas de zanahoria o betabel rallado.
Ha proliferado tanto este estilo que se dice que todo el mundo en Culiacán tiene una carreta de suchi a menos de 5 minutos de su casa, y ahora lo puedes probar en esta esquina de la CDMX. Aquí el chef Aquiles Chávez creó sus propias versiones del suchi culichi, desde unos más tranquilos, como el que lleva encima ensalada de surimi y hueva negra de pescado, pero el descontrol comienza en algunos como el empanizado que lleva guacamole y fritos por encima; hasta llegar al que te va a romper la cabeza: el Dorito Roll, con camarón y queso crema por dentro, con un empanizado frito de Doritos triturados, servido sobre un Dorito y con ensaladilla de camarón por encima.
Tres doritos después...te podemos decir que definitivamente esto no es apto para puristas. Aunque el Dorito Roll es curioso, mi favorito fue el Marley, de un sabor mucho más comprensible, lleva por encima tiras de distintos vegetales encurtidos inspiradas en los dreadlocks del artista jamaiquino. Acompáñalo con un drink de la casa como el Suchi Tonic (sake, agua tónica y hielos de sabores).
Suchi está dentro de...
Solo trece lugares conforman esta nueva barra de sushi. Para llegar a este lugarcito recóndito debes entrar por una discreta puerta y bajar a un sótano de paredes oscuras donde la luz apunta a lo importante: el arte de los maestros detrás de la barra. Además del menú a la carta con rollos, sashimi y donburis, hay un menú tipo omakase, que puedes elegir con o sin maridaje.
En mi caso fueron 12 tiempos, en los cuales más del 90 por ciento de la pesca pasó por la cámara de maduración (a la vista de los comensales), un proceso que deshidrata la carne a una temperatura controlada, potencializando sus sabores naturales. La experiencia comenzó con una ensalada Sunomono (pepino agridulce) con mariscos y un toast de salmón, ikura y crema con eneldo sobre pan brioche. Mientras disfrutábamos estas entradas, el chef nos explicaba que según el tipo de pescado es el tiempo que necesita de maduración, las pescas blancas no pasan de tres días en la cámara, mientras que peces azules como atún o salmón pueden mantenerse alrededor de un mes.
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Seguimos nuestro recorrido con un desfile de nigiris que demostraron la calidad de los crudos en Matsuba, tanto nacionales como internacionales. Rocot, kampachi, bacalao negro maridado en miso dulce y terminado al carbón, todo de la mano de un vino mexicano y un muy balanceado sake junmai japonés. El chef también nos aseguró que se preocupan porque el producto provenga de pesca sustentable.
De ahí pasamos a...
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Auténtico sabor de Japón es lo que ofrece el chef Genshin Oyakawa en su restaurante, y auténtico sabor es lo que uno se lleva en el estómago. Aunque en un primer encuentro la carta puede resultar confusa, basta dedicarle algunos minutos y tomar en cuenta que cada página ofrece una categoría específica de platillo y las variaciones de carne (res, pollo, pescado o mariscos) así como de verduras con los que puede prepararse. Un buen apetito encontrará sosiego con la comida completa o Teishoku, que incluye: misoshiru (sopa de soya con tofu y wakame), ensalada, sashimi, gohan (arroz al vapor) y platillo principal a elegir (sea con res, pollo, pescado o mariscos). También habrá disfrute en los Domburi, sendos tazones de arroz con diferentes tipos de carne cocinados con verdura y huevo, flanqueados por misoshiru y ensalada. Perfectas para compartir y disfrutar bocado a bocado son las cazuelas enlistadas bajo la categoría Nabemono: porciones de carne y verduras que se preparan en una pequeña estufa de gas sobre tu mesa; justo ahí se encuentra el famoso y abundante shabu-shabu.
Mención aparte merece la barra comunitaria de sushi al centro de este acogedor lugar, a la cual puedes sentarte y ordenar una especialidad tras otra según te decidas, o a recomendación del propio Oyakawa. Otros encantos de sentarse aquí son contemplar cómo son cortados con maestría pescados y mariscos, y la hipnotizante colección de maneki neko –gatitos de la buena suerte– y daruma –representantes del...
No importa si eres purista de los sabores de la comida nipona, una vez que pruebas el taco de camarón tempura de Koku lo entiendes todo y relajas tus modos estrictos con la comida, porque a estas alturas no debe asustarte leer huitlacoche y teriyaki en la descripción de un mismo platillo. El chef Takeya Matsumoto te hablará en español mexicano y en japonés al mismo tiempo y con mucha fluidez a través de sus propuestas gastronómicas.
Balboa Pizzería, en la Cuauhtémoc, ya tiene un hermano y resulta que es mitad japonés y mitad mexicano, de comida fusión. Es increíble el cuidado que pusieron en el diseño de interiores, alternando madera, cemento y plantas naturales, el toque urbano vivo y minimalista que ya no puede faltar en los restaurantes orientales, y que en este caso, resultó en una ambientación que puede ser cómoda y casera, o elegante y casi formal, según lo que necesites. La terraza –cerrada y techada– es un acierto más de Koku, es donde te recomiendo que pidas una mesa porque de día se ilumina plenamente al sol y de noche es cálida a la luz de las velas, una pared con ladrillo expuesto, otra que simula las aguas del mar y un par de árboles le dan personalidad, respetando el estilo decorativo del resto de los espacios.
Cuando ves que hay japoneses en un restaurante que sirve su estilo de comida sabes que algo están haciendo bien en la cocina; pude ver platos surtidos y frescos de sashimi, sopas miso, rollos de sushi coloridos, arroces y tantas más texturas y aromas....
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En Japón, un izakaya es un lugar en donde puedes pedir comida y bebidas. Generalmente tienen mesas estilo occidental —es decir, las que nosotros usamos— y también salones privados con tatamis para que te sientes a comer en el piso. Normalmente, la onda de un izakaya es pedir al centro y compartir; así, los comensales pueden probar varias cosas.
Y eso es Izakaya Kura, o Restaurante Kura, un lugar de cocina japonesa tradicional, pero con sus tropicalizaciones por aquí y por allá; una de ellas es que sí tienen los saloncitos privados, pero tienen mesas estilo occidental en vez de tatamis (si no estás acostumbrado a estar hincado en el piso, seguramente no podrás echarte una sobremesa larga; sobre todo si tienes más de 30 años).
Cuando llegues a Kura, lo primero que te ofrecerán es un oshibori, una toallita caliente que sirve para limpiarte las manos. De ahí, te llevarán el menú. Como buen restaurante japonés, la carta es súper extensa, así que no dudes en pedir recomendaciones, aunque por mera curiosidad y para aumentar el bagaje cultural, sí te sugerimos que le des una leída.
Aquí tienen una gran variedad de sashimis y sushis; son una súper opción para empezar y para que te des un quemón con la calidad y la frescura del pescado. Y si quieres dejarte consentir, pide el omakase de nigiris, en el que el chef te mandará un plato variadito con lo mejor del día. Si prefieres algo calientito, el imperdible es el ramen. Aquí tienen las opciones tradicionales de cerdo o camarón y...
La comida japonesa llegó a nuestro país para ocupar un gran espacio en nuestros corazones. Sabemos que en la CDMX abundan las propuestas basadas en la cocina de este país oriental, pero pocos ofrece una experiencia tan personal como lo hace Yoru.
El chef Alian Fainsod abrió este espacio en la Roma para transmitir su pasión y admiración por la gastronomía nipona en cada una de sus preparaciones; se siente el respeto que esta cultura tiene por cada uno de los ingredientes. Con únicamente cuatro lugares, su barra de sushi es considerada de las más pequeñas en la ciudad. Serás testigo de cómo se preparan platillos al instante bajo técnicas con la más alta precisión.
Sobre la banqueta colocaron tres pequeñas mesas al aire libre, pero la verdadera magia ocurre al interior. De ambiente muy íntimo y antojable para ir en plan romántico, la decoración es sobria y sencilla y la mayoría de los elementos son de madera.
Durante la noche, colocan velas en las mesas para que los cuatro elementos de la naturaleza estén presentes: cada componente del menú simbolizan el agua, la tierra se representa con la madera, el aire está en todos lados (evidentemente) y las veladoras significan el fuego; esto es parte de la filosofía del lugar.
En la carta encuentras nigiri sushi de salmón, lobina e incluso de anguila o almeja chocolata. Mención especial a que los pescados y erizos son traídos del mercado de Toyosu, el segundo mercado de pescados más grande de Japón acondicionado con tres edificios....
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El restaurante japonés Deigo es un viejo conocido de la Del Valle. Recuerdo que en sus inicios, mucho antes de que se asociaran con el influencer Luisito Comunica, el lugar era famoso porque la mayoría de sus clientes eran japoneses gracias a su cocina tradicional. Conforme creció, siguieron nuevos conceptos: un spot de ramen en la Juárez y en la Condesa (el favorito de muchos para este tipo de caldos), y ahora acaban de abrir una barra de sushi en el Pasaje Parián.
Se trata de un local pequeño (solo hay 12 lugares) para que desde cualquier punto puedas observar cómo preparan al centro los rollos, tatakis, nigiris y sashimis, todo con productos de muy alta calidad provenientes de aguas de Ensenada, Canadá, Nueva Zelanda o Japón.
Desde mi silla vi desfilar King salmon, hamachi, kampachi y por supuesto diferentes tipos de atún (chutoro y otoro). Los maestros de sushi del otro lado de la barra nos explicaron qué hace especial a cada corte según la zona del pescado de donde se obtiene. Mi plato favorito por su originalidad fue el chutoro al chimichurri, en cada bocado el atún se derrite en la boca, mientras la salsa lo complementa con un punto agridulce.
Para beber, obviamente hay una carta de sake, pero pregunta por los dos cocteles a cargo de Claudia Cabrera (Kaito Del Valle), reconocida como Icono de la Industria por los 50 Best Bars de Norteamérica. Eso sí, contempla que según el tipo de productos que quieras, la cuenta se puede elevar bastante.
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Si bien el ramen es una de las estrellas de la comida rápida japonesa, su preparación y combinaciones convierten a este platillo en toda una especialidad.
En Yamasán, el menú ha sido pensado de la manera auténtica japonesa, gracias al chef Shinishiro Nagata, originario de Japón pero con corazón mexicano, por lo que los sabores, aunque auténticos, están perfectamente adecuados a los paladares locales.
El lugar parece un auténtico sitio de ramen, un ambiente casual y familiar. Tienen una barra en donde puedes comer mientras ves al chef preparando platillos y dirigiendo la cocina.
Un tazón de sopa ramen es una compilación de sabores, desde la soya fermentada hasta jugosos cortes de carne, aves, pescado y especias orientales y aquí son expertos en ello. Tienes que probar el Yamasan Ramen, la especialidad. El caldo de este platillo, al igual que los otros, está preparado con ingredientes frescos como pescado, carne y verduras, con una selección adecuada por el chef. Luego, el fideo es artesanal y preparado todos los días por el restaurante con las recetas perfeccionadas durante años por el chef Nagata. Notarás la diferencia con otros ramen que hayas probado.
Como entrada, te recomendamos el Kakuni, un pork belly con la salsa especial de la casa. Las porciones son grandes, no te quedarás con hambre si pides un tazón grande de ramen, pero también tienes la posibilidad de ordenar el chico y poder probar otras opciones del menú. El arroz siempre acompaña muy bien a la comida...
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En la CDMX hay muchos lugares para comer comida japonesa, pero no todos valen el precio. Oku, un nuevo restaurante en Prado Sur, tiene muy claro lo que ofrece y por el trato que tienen, te hacen sentir especial.
Llegué 2:05pm (10 minutos después de que abrieran) y el lugar ya tenía la mitad de las mesas ocupadas, una señal que algo bueno está pasando ahí dentro. La barra de sushi está a la entrada y puedes ver como lo preparan desde casi desde todas las mesas. Todo es de madera y la luz es cálida, además tienen una terraza para estar más cómodos.
Para comenzar pedí una cerveza japonesa (tienen varias marcas) pedí una clara y su sabor es muy ligero, combinó bastante bien con todos mis platillos.
Primero pedí dos nigiris (base de arroz con un trozo de pescado encima), huachinango limón con huachinango, salsa picante y imón, es súper fresco y te limpia el paladar por si pediste algo antes. Te recomiendan siempre comerlo primero.
Después probé el nigiri trufa rib eye, el sabor es impecable, no tiene mucho aceite de trufa por lo que no opaca ningún otro sabor y aun así se siente, sin duda, es uno de mis favoritos. Pedí el maki tuna crunchy truffle; aguacate, atún y aceite de trufa, el maki también trae una parte crujiente que mejora la textura. Así solo es muy rico por el aceite, pero si aún lo quieres bañar en soya, ten cuidado porque la que tienen es natural, por ende, es salada en combinación con el aceite, se vuelve muy salado.
Los rollos traen de 6 a 8 piezas y no son tan...
Bajo una muy buena ejecución en cocina, llega Wabi Sushi, que en japonés significa "la belleza de la impefrección", concepto que acá se trabaja con un toque vanguardista pero conservando los valores y formas tradicionales.
Tiene un entorno bastante orgánico y fresco creado por la arquitecta y diseñadora de interiores Alejandra Patrón, para que disfrutes visual y gustativamente de esta experiencia. Con mobiliario de madera e iluminación relajada.
El menú se integra por ingredientes nuevos para el paladar mexicano; cortes sutiles, alimentos frescos, y preparaciones muy bien cuidadas como eje de este lugar. Las mentes detrás de la comida son Diego Patrón, un apasionado restaurantero, y el Chef David Portillo, estudioso de la cocina japonesa quien también ha adquirido experiencia en la misma trabajando en Tori Tori, Rokai y Makoto. Hacen una distinguida sintonía en este lugar.
Tienen temaris, que a diferencia de los nigiris son redondos— aún así contienen el mismo gramaje de arroz y pescado—, la forma que tienen hace que comerlos sea más placentero. Las láminas de atún envueltas en tempura dan una sensación gustosa al paladar, acompañadas de una hoja de shiso para toques muy sutiles.
Si vas acompañado, es buena idea pedir el shabu shabu porque ambos lo preparan desde cero: verduras wakame, hongos shitake y shimeji, hakusai, negi y proteínas como rib eye y chashu (pork belly); eligen las salsas y finalmente entre udon, ramen o arroz. Acompaña tus platillos con algún...
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