L'Encanto de Lola es el representante del kitsch pero de buen gusto. Se entra por un pasillo al lado de otro restaurante en la plaza San Jacinto y, una vez dentro, te transporta un poco al mundo de los dibujos animados.
Hay detalles fuera de lo común como una pequeña cancha de tenis bardeada por maderos que parecen haber salido de la casa de Snoopy, una luna al telescopio alusiva al clásico de Georges Méliès, un árbol con jaulas de madera y suelo con incrustaciones de diversas láminas de piso. Hay pilares forrados en plantas, maderos rojos que dilatan la pupila, coloridos vitrales, juguetes vintage y, en general, es un lugar en donde se cuida cada detalle ya que, hasta los ceniceros, tienen formas de cabeza de jirafa o perrito en una cazuela.
Los diversos elementos del lugar crean un ambiente que se acompaña con un fondo de música indie, a nosotros nos tocó Across the Universe, de Fiona Apple. El espacio, además de parecer el jardín de Betty Boop, está acompañado de gente joven y relajada que complementan la buena vibra del lugar. No todo es el espacio y en este local la comida es otro punto a favor, ya que el menú se actualiza con consejos de La Tratoría y mantienen su personalidad con bebidas originales, como el agua de sandía con canela o la mezcla de melón con piña.
Tienen las nuevas mejores hamburguesas del sur y probablemente de México, hechas con pan horneado en casa, suave y caliente, además de una carne de calidad premium y queso amarillo, es una hamburguesa jugosa, con mucho sabor, poca grasa y tal como menciona la amable dueña del lugar: “la hamburguesa no tiene madre”.
Los platillos tienen nombres amigables como la fresa o phylogyros, y todos se encuentran en el menú que está plasmado en los manteles. Tienen café de olla, mayonesa casera, pan recién horneado y un helado de chamoy con trocitos naturales que puede competir con las mejores nieves del país.
Manejan bebidas y cocteles exóticos, como el retro, con leche evaporada, ginebra y granadina. Su slogan es Tortas (A)típicas y efectivamente lo son.