Igual y has pasado mil veces por Patriotismo sin ver este oasis maya que, desde 1961, sirve la mejor sopa de lima del DF. Le La Toh significa “esto es Mérida”, y, aunque suene el smog disparado por los coches que cruzan la avenida, la temperatura al interior del local te lleva en un vuelo directo a la península. Adentro, un inexplicable calor yucateco aletarga a las mujeres en huipiles que sirven la comida.
Para abrir, pide la sopa de lima: perfumada, con el balance perfecto entre la grasita del caldo y lo cítrico, suficiente pollo y tiritas crocantes de tortilla. Arte.
Luego, el plato de antojitos mixtos (145 pesos), que incluye panuchos, tacos de cochinita pibil, salbutes, codzitos y papadzules (el plato yucateco vegetariano por excelencia). Sabores diversos para atacar el viaje culinario de un jalón. Educación comestible.
Si no te es suficiente con esto, recomendaría probar el pan de cazón: una torre de pisos que intercalan tortilla, cazón deshebrado, frijoles negros y salsa de tomate.
Los postres no son ejemplares, pero si traes antojo de algo dulce, mejor digiere la comida un xtabentún, licor maya anisado hecho con miel de abeja fermentada.
Los platos de Le Lah Tho son tesoros mestizos sobrevivientes que, por suerte, también se pueden pedir a domicilio; a la puerta, una muestra del acervo de chiles nacionales y las especias precolombinas, de las fragancias centenarias que han hipnotizado sin distinción a los glotones través del tiempo.