Conforme te vas acercando al restaurante por Bahía de las Palmas, el olor a mariscos y pescados del mercado de Anzures se adueñan de tus sentidos. Llegando al restaurante, meseras que visten trajes típicos blancos con toques coloridos te invitan a olvidar el caos capitalino para entrar a una atmósfera familiar de fiesta jarocha.
Desde 1956, la familia Lara conserva en este recinto el sazón de la auténtica comida veracruzana. Entre colores y mariachis, pruebas un agua de guanábana natural y tortillas hechas en la fonda. No hay un sólo conservador en los platillos: definitivamente nos olvidamos del DF.
¿Qué pedir? Nuestra feliz experiencia nos hace recomendar la mojarra a la talla y el plato jarocho, que incluye siete indispensables: sopes, pellizcadas, tamal de elote, tostadas de pollo, gorra de frijol, empanadas de queso y un entremés, todo en porciones módicas. Ambos, sin faltar en ningún momento a las recetas tradicionales, nos recuerdan por qué sólo Veracruz es bello.
Este es el lugar ideal para llevar a visitantes de otros países y quedar bien, dándoles una probada de lo que es el puerto mexicano.