Un establecimiento pequeño donde cada milímetro está bien aprovechado. Aquí parece que siempre es Navidad, por su decoración de guirnaldas con lucecitas. De todos modos es encantador.
Tienen mesas de jardín afuera, con vista al parque Las Arboledas, pero a lo que vamos: probé el frappé de chai vainilla, preparado con un polvo endulzado y con un toque de canela en polvo en la superficie. Es fresco y reconfortante, verdaderamente bueno. También lo preparan sabor té verde o manzana-canela, en versiones frappé, frío o caliente.
Además, lo sirven en un vaso de malteada, como de la película Vaselina, que da ilusión. Sobre la barra de postres hay galletas, churros, cupcakes de elote, pastel de zanahoria o queso con zarzamora y hasta tapioca.
La mala noticia es que no aceptan tarjetas (ni crédito, ni débito), pero aun así el lugar es un exitazo y siempre está a reventar.