Tener un negocio en un eje vial puede ser una gran desventaja, o todo lo contrario si el dueño se enfoca en ofrecer un gran producto a la comunidad de colonos, también partidos por el eje vial. Tal es el caso de Espressarte, en el Eje 2 Poniente.
Ofrecen el café más inusual e interesante del mercado: una extracción llamada cold brew que se prepara en frío, casi como alquimia, durante ocho horas. Para obtenerlo, colocan el hielo sobre una base conectada a un tubo por donde pasa el agua y llega hasta donde está el café, que va filtrándose para obtener un vasito con la bebida más energética de la historia.
La dueña, por supuesto, dice que no debe alterarse ni con un gramo de endulzante; que debe ser así: fuerte, lleno de cuerpo y de deliciosa amargura.
También recomiendo el macchiato, un digestivo penetrante y de poderoso sabor, el preciso equilibrio entre lo ácido del café y lo medianamente alcalino de la leche.
Otro atractivo es que, además de ofrecer café de Oaxaca y Chiapas, también tienen granos de Guerrero e Hidalgo. Próximamente, de Colima.
En Espressarte son casi científicos del café, por lo que realizan experimentos de tuestes y distintas mezclas.
Para comer, el bagel de tres quesos es muy recomendable. Si quieres combinar el café con algo dulce, los profiteroles son muy suavecitos y cremosos.
Además, ofrecen chocolate adicionado con té chai o earl grey, pero lo más sofisticado es el gâteau st. honoré, una crema dulce alimonada, cubierta con profiteroles y salpicada con caramelo en la superficie. Una receta francesa, llamada así porque St Honoré es el santo patrono de los reposteros y genios de la pastelería en dicho país.
Otros giros de Espressarte son su tienda de productos artesanales (como Miel Mantequilla, Agua de Piedra y mezcales de Ejutla, Oaxaca) y un espacio para catar cervezas artesanales y para que los vecinos convivan.
Los viernes por la noche son de pizzas y chelas y, cuando abren los domingos (que no es siempre), suelen organizar brunches.
Este localito está dividido, en un extremo está el área de cocina, del otro, la barra de café. Al centro, una gran mesa de madera. Sus paredes son gris oscuro y usan la tela de los costales de café como recubrimiento de los bancos y del techo.
Quizá llegar en automóvil no es lo más fácil, porque no puedes estacionarte en el eje, pero, como su nombre indica, su espresso es arte.