Empezó con un puesto callejero y su éxito los llevó a un local en la glorieta de Vértiz que poco a poco se expandió a los cuatro de al lado. Para como van, en diez años su reinado se apoderará de toda la cuadra, pues los fines de semana –cuando hay sopa de lima— está hasta reventar.
Esta fondita es una historia de triunfos. Sus manitas de cerdo son laureadas de boca en boca, pero, para cambiarle, yo recomiendo probar sus tacos de relleno negro (también conocido como chilmole). Un guisado diferente en texturas, colores y sabores. Granuloso, de color negro debido a los chiles tatemados con los que se hace la mezcla, carne de pavo y de cerdo y huevo cocido.
Cada taquito vale 17 pesos y tienen el tamaño perfecto para probar muchas cosas más, como los panuchos de cochinita o los codzitos –flautas rellenas de carne deshebrada de res y bañada en salsa de jitomate con queso cotija.
Su crema de habanero es deleitosamente incendiaria, pero nada que una cerveza o un agua de horchata no ayude a extinguir.
Si vas con mucha gente, conviene ordenar por kilo para comer ahí o para llevar. Lo mejor: puedes pedir para banquetes a domicilio y armar un festín yucateco donde quieras.