Existen alimentos, como la papa y el plátano, que con poco te hacen sentir satisfecho. Ahora imagina un caldo de res con mucha papa, plátano, carne y hasta pollo. No es producto de mi voraz imaginación, sólo un colombiano sancocho y en este lugar encontrarás una de sus mejores versiones.
El sobrebarriga (como un bistec con papas, pero más duro y elaborado) y el ajiaco (como caldo de pollo pero pro) son otras dos opciones que cumplen los requisitos de mucho sabor y cantidad. Para aquellos que no quieran experimentar, también despachan clásicos como pechuga a la plancha o carne asada.
Las aguas son de otro mundo, o al menos de otra cultura, al estar preparadas con frutas exóticas como maracuyá, tomate de árbol, lulo o curuba. Combinadas con agua son muy refrescantes (como nuestra típica de limón con chía) y con leche (sí, con leche) son un manjar ligero, pues no alcanzan la consistencia de un licuado.
El lugar es pequeño y sin lujos ni falsas pretensiones. Tal vez confían mucho en su chef, Juan Villada, y no los culpamos por hacerlo.