La ex Miss Universo Alicia Machado tenía razón, realmente hay dos Chinas. Si se trata de buffets, por la ciudad están desperdigados cientos de establecimientos nada creativos en los que nunca falta el chop suey y el pollo agridulce a temperaturas poco estimulantes, en espera del comensal que siempre llega. La otra China, en cambio, está representada por lugares como Cinco Panes y Dos Peces, un buffet de hot pot que las noches del fin de semana convoca a los verdaderos amantes de la gastronomía del país asiático.
El hot pot es una forma tradicional de compartir la comida que se cocina en la mesa. Se trata de una olla con un caldo hirviente, que puede ser “con picante o sin picante”, a la que se introducen los alimentos y se dejan durante un par de minutos.
El caldo sin picante está preparado con caldo de pollo y jengibre, mientras que el caldo picoso se prepara con chile de árbol, ¡y pica de verdad! Después de cocinar tus alimentos en la olla, no hay que omitir un paso muy importante, el sello de distinción del lugar: las salsas. En una pequeña barra están dispuestos los ingredientes para prepararlas. Hay que mezclar crema de cacahuate con salsa de ostión, cebolla, cilantro, ajo, salsa picante y un poco de salsa barbecue. Otra combinación ganadora lleva una base de tofu con salsa de ostión, cilantro y cebollín, aunque en realidad son sólo las recomendadas por el personal, pues las mezclas se agotan hasta donde tu ánimo por experimentar lo permita. En la larga barra, dispuesta para servirse a discreción, hay una gran variedad de carnes: borrego, res, pescado, ostiones, camarones, cerdo, pollo y otras de las que los dueños desconocen sus nombres en español, por lo que se vuelven más interesantes. Las materias primas se distinguen por su estupenda calidad. En otras secciones están los vegetales, hongos y tallarines, así como los postres, entre ellos el mantou, el delicioso pan chino al vapor que se vuelve la forma más placentera de cerrar este gran banquete.
La atmósfera del lugar no podría ser mejor. El espacio te recibe con un intenso aroma a chiles, alimentos cocinándose y el ajetreo propio de un restaurante que sólo abre un par de noches a la semana. Cinco Panes convoca a una interesante comunidad china que suele venir en grupo a disfrutar de la buena comida, mientras toman cerveza Tsingtao y platican con los dueños, una amable pareja de Shanghái que se asegura de que la cena se convierta en todo un festejo.