Esta zona de la CDMX te puede ofrecer las mejores tazas de café. Prueba también su oferta gastronómica y vida nocturna.
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Lugares para tomar café en la Del Valle
Una barra de café, una mesa de trabajo y mesas de herrería negra –estilo terraza en un área plenamente iluminada– son los elementos que componen al espacio de Tesler. Se trata de una cafetería extremadamente relajada y recién incorporada a la Del Valle. Aquí la frase “menos es más” cobra vida en una corta línea de productos para desayunar y comer, así como con sencillos métodos de extracción de café mexicano.
Lo mejor de los desayunos es la cazuela de chilaquiles rojos con huevo, llevan queso rallado y muchísima crema; aunque podrían ser más picosos. Considéralos para un domingo de cruda y termínate de curar con un matcha, abren a las 9am. También hay pan francés, tan dulce como lo quieras, o un bowl de frutas, que si bien es la opción que buscarás al preferir algo ligero, no dejes pasar la oportunidad y acompáñalo con un cuernito o alguno de los toasts, puede ser de huevo o aguacate, el chiste es que los pruebes.
Sin duda en el reino matutino de Tesler el rey es el flat white, compuesto por una finísima espuma de leche y un expreso potente de granos chiapanecos lo suficientemente tostados para elevar la acidez de la extracción muy similar al noble expreso cortado, pero de sangre más azul.
La corte vespertina se inclina ante el cold brew, una extracción lenta y helada que te refresca igual que te despierta; seguido por el té negro helado, que es mejor tomarlo sin ningún edulcorante. A Tesler se viene con hambre, resuélvelo con alguno de los emparedados, como el de vegetales,
Llegué a un moderno edificio con fachada de concreto sobre Eugenia en la Del Valle. Es un lugar cuya sucursal precursora se encuentra en el barrio de San Ángel y su peculiar nombre responde a la filosofía de que en la vida “todo es para bien”.
Tiene una terraza con una pequeña mesa y dos sillas, una barra con bancos altos o gabinetes para sentarte. Inclínate por la última opción pues son amplios, con respaldos de madera, asientos acolchados y conexiones eléctricas fácilmente accesibles. De la carta me agradaron los precios económicos y muy flexibles. Las bebidas –cafés y tés– oscilan desde los 22 hasta los 49 pesos, mientras que la comida como los sándwiches y los croissant están entre 50 y 70 pesos.
Leonardo, el chef, barista y sommelier de té, me explicó que el café es originario de Totutla, Puebla, de la finca de San Martín Cohuapan, para ser exactos. Pedí un capuchino que sirven en una taza, ideal para “chopear” un biscotti de nuez y chocolate blanco o una concha. El café estaba espumoso y dulce sin ser empalagoso (tiene notas de chocolate, avellana y pan tostado). Lo sirven caliente, pero puedes darle sorbos continuos sin quemarte.
Si el apetito se manifiesta, pide un emparedado caprese con jitomate, mozzarella fresco, arúgula, mantequilla de albahaca y crema de vinagre balsámico, la que cobra protagonismo. Lo sirven en un plato rústico con dos rebanadas, es perfecto para comer algo sano y no llenarse en exceso.
Cuando pedí la cuenta el ticket indicó que gasté menos de
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Si estas buscando un café por la zona te recomendamos venir al Zensatio por un sifón japonés. Utilizan café de Nayarit con un tostado medio y el espectáculo con el sifón seguro te distrae un rato. El lugar es cómodo por la tarde, puedes tomar una mesa exterior si fumas o vienes acompañado de tu mascota. Los precios son muy accesibles y los productos de excelente calidad.
También podrás encontrar los otros métodos artesanales de extracción, como el francés, el chemex y el dripper, o bien, si eres más simplista encontrarás los clásicos, fríos y calientes. Si prefieres un té, puedes pedir una tisana fría, te recomendamos la de pétalos de rosa. Junto a la barra, encontrarás productos que puedes llevar a tu casa, como unas galletas o mermelada de café.
También encontrarás una amplia selección para comer algo, como una crepa de champiñones y queso manchego o una chapata de milanesa. En los especiales encontrarás chilaquiles, enchiladas y ensaladas. Este café es una opción que debes considerar en la Del Valle para desayunar o tomr el café con los amigos y familia.
Aunque es de los mejores cafés de la ciudad, el Passmar permanece como un secreto dentro del pasillo cuatro del Mercado Lázaro Cárdenas, en la Del Valle. Tiene una estructura similar a la de un barco turco antiguo. Todo en el local es chiquito, por lo que es muy acogedor. Da una sensación de paz, como si estuvieras en una casa de muñecas en la que predomina el color menta.
Tienen varias recetas de la casa patentadas. El alelis berries coffee es una mezcla de frutos rojos con chocolate amargo y café; el sky blue lleva licor de curazao; la natilla espresso, como su nombre lo dice es una natilla de vainilla con un shot de café y el café mojito tiene menta y hierbabuena. El Passmar ha ganado tres premios nacionales de barista y el subcampeonato mundial de arte latte (los ositos, corazones u hojitas de árboles que se hacen con la espuma de la leche). Además, dan cursos de capacitación a quien distribuye o vende su café.
Fui a probar el espresso y tomé el mejor macchiato de mi vida. Una bebida corpórea, de temperatura perfecta. El grano proviene de Atoyac de Álvarez, en Guerrero, y tienen diferentes métodos de filtración sofisticados, por ejemplo, el chemex, dripper y sifón japonés.
Otra cosa que llamó mi atención fue su gran oferta gastronómica. Se puede comer desde una carne asada o enchiladas de mole hasta hot cakes o piezas de pan dulce. Todo tiene un precio accesible, así que el antojo de un cafecito en Passmar puede resolverse muy fácilmente. Quién sabe, chance y hasta sales
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Un establecimiento pequeño donde cada milímetro está bien aprovechado. Aquí parece que siempre es Navidad, por su decoración de guirnaldas con lucecitas. De todos modos es encantador.
Tienen mesas de jardín afuera, con vista al parque Las Arboledas, pero a lo que vamos: probé el frappé de chai vainilla, preparado con un polvo endulzado y con un toque de canela en polvo en la superficie. Es fresco y reconfortante, verdaderamente bueno. También lo preparan sabor té verde o manzana-canela, en versiones frappé, frío o caliente.
Además, lo sirven en un vaso de malteada, como de la película Vaselina, que da ilusión. Sobre la barra de postres hay galletas, churros, cupcakes de elote, pastel de zanahoria o queso con zarzamora y hasta tapioca.
La mala noticia es que no aceptan tarjetas (ni crédito, ni débito), pero aun así el lugar es un exitazo y siempre está a reventar.
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