Valentina, la dueña del café, te recibe en su casa en un espacio acogedor de su casa adaptado para sus comensales, de esos que las señoras describirían como “muy mono”, con decoración rústica y un mostrador que resguarda los instrumentos de extracción de café. Su menú es corto pero tiene grandes alternativas para el desayuno, como los huevos valentina, revueltos con cecina y salsa. Por otro lado, el emparedado valentina, con quesos, pechuga de pollo al horno y chutney de mango en pan de chapata, es una crujiente opción para el lunch. Pero todo esto se vuelve más interesante al saber que Valentina tiene dos grandes aliados bajo la manga. Ahí, puedes disfrutar de la mayoría de los métodos de extracción artesanales, como dripper, aeropress, chemex o sifón japonés con Café BUNA. Sin embargo, esta alianza no garantiza el mismo grado de conocimiento del café. El aeropress, por ejemplo, tenía una consistencia aguada y al preguntar sobre esto me dijeron que "así es". Esto hace difícil convencerte de probar un nuevo método, y probablemente termines tomando un sencillo (pero no menos sabroso) cappuccino. Como detrás de un gran café debe haber un buen bocadillo, el pan dulce llega todos los días del horno de Panadería Rosetta. Definitivamente los fans del chocolatín, el pan brioche o el rollo de canela agradecerán. Desde una rápida parada a la hora de la comida hasta un café con las amigas, seguro encuentras algo que te guste.
En colonias como la Narvarte, la Napolés, la Roma y la Condesa hay una gran variedad de cafeterías de especialidad. Aquí una lista con las mejores opciones para tomar café en la Ciudad de México.