Hay pocos restaurantes chinos buenos en México y el Asian Bay es uno de ellos.
Todo empezó cuando el chef Luis Alfonso Chui se fue a estudiar gastronomía a su ciudad natal: Shanghai. En ese entonces su familia ya tenía el único restaurante chino decente de la calle de Dolores (el Shanghai), por lo que ya conocía el know-how de la industria alimenticia. Al regresar, Luis decidió convertir su propia casa en un restaurante que pronto superó al de sus padres.
El lugar cuenta con dos menús: uno para los que se asustan con experiencias exóticas al paladar y otro para los rudos (o los chinos) con platillos que no cualquiera se atreve disfrutar pero cuya sazón complace a alredador de una centena de sus paisanos a la semana.
Podríamos hacer un gran listado de los platillos más sublimes del menú: todo es bueno. De entrada recomendamos el ha kao (dim sum), hecho con pasta transparente y relleno de camarones al vapor. Su consistencia es diferente a la que estamos acostumbrados: una vez que pasas el primer shock no queda más que disfrutar de su suavidad y su exquisito sabor. La variedad de dumplings y dim sum es impresionante. También vale mucho la pena probar los rollos primavera –clásicos, muy crujientes y no muy grasosos– y los platos fuertes como el arroz frito mixto y el pollo almendrado –ligero pero con un gran sabor.
Ve bien acompañado, ya que las porciones son sustanciosas. Así podrás pedir varios platillos al centro giratorio de la mesa, perfecta para compartir y poder probar de todo. Una cosa aseguramos: después de venir, no volverás a tener antojo de comida en cajitas.