Uno de los sitios turísticos más famosos de todo México es la Zona Arqueológica de Teotihuacán, una de las ciudades prehispánicas más importantes de la antigua Mesoamérica, localizada al noreste del Valle de México.
Cuenta con una extensión de 264 hectáreas, en las que se distribuyen construcciones como la Calzada de los Muertos, la Ciudadela, el Templo de la Serpiente Emplumada y las Pirámides del Sol y la Luna. Además de dos recintos culturales que se construyeron posteriormente a su rescate; El Museo de la Cultura Teotihuacana y el Museo de Murales Teotihuacanos Beatriz de la Fuente, el cual posee pinturas murales que se rescataron en la zona.
La importancia de Teotihuacán, que en náhuatl significa “lugar donde los hombres se convierten en dioses”, radica en la situación geográfica, ya que los pobladores de otras ciudades, como Tenochtitlán y Tlaxcala, la utilizaban como punto de encuentro, esto la convirtió en un lugar en el que comerciaban con productos de otras zonas.
Durante el Porfiriato se creó la Inspección General de Monumentos, institución que se encargó de la conservación de las zonas arqueológicas, por lo que en 1886 se comenzó la exploración oficial de Teotihuacán y su rescate finalizó en 1910, justo para celebrar el Centenario de la Independencia.
Si quieres visitarla te recomendamos tomar un camión desde la Central del Norte o tomar un Turibus desde el Centro, el precio varía dependiendo la línea de autobuses. Es más conveniente ir entre semana ya que hay menos gente que los sábados y domingos.
Una de las tradiciones que se tiene es subir la Pirámide del Sol, vestido de blanco, en equinoccio de primavera para cargarse de energía, por lo que el 21 de marzo es muy concurrida.