El próximo miércoles 19 de abril a las 11 am se llevará a cabo un simulacro en la Ciudad de México. Probablemente, sustituyendo al simulacro nacional del 19 de septiembre. Esto debido a que varias personas lo han solicitado tras los últimos dos sismos registrados ese mismo día.
La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, mencionó en conferencia de prensa que la posibilidad de eliminar el simulacro del 19S ya se está evaluando con la Coordinadora de Protección Civil a nivel federal.
La mandataria capitalina también recalcó, sin dar mayores detalles sobre la fecha, que muy pronto llegará la alerta sísmica a los teléfonos celulares. Recordemos que este sistema de alerta vía SMS será un complemento de la alerta en postes, radio y televisión. Quienes recibirán este mensaje serán los habitantes de la CDMX, el Estado de México y Colima.
¿Por qué es importante realizar simulacros?
En cuatro puntos, va la importancia de los simulacros sísmicos en la Ciudad de México.
Preparación. Los simulacros nos permiten conocer los procedimientos de seguridad que se deben seguir durante un temblor, así como la mejor manera de evacuar el lugar donde nos encontramos.
Conciencia. Estos ejercicios nos educan sobre cómo reducir el riesgo de lesiones y daños materiales. Es decir, promueven la cultura de prevención ante desastres.
Coordinación. Ayudan a mejorar la comunicación entre el Gobierno de la Ciudad de México, las empresas y la comunidad en general. Esto es importantísimo para garantizar una buena respuesta ante un temblor real.
Identificación de áreas de mejora. Si algo no funciona durante el simulacro, las personas pueden tomar medidas para mejorar los procedimientos de seguridad.
¿Por qué tiembla tanto en México?
La Ciudad de México se encuentra en una zona sísmica muy activa, ya que está ubicada en una zona de contacto entre dos placas tectónicas: la Placa de Norteamérica y la Placa de Cocos. Esto genera una gran cantidad de energía que, con el tiempo, se libera en forma de terremotos.
La capital mexicana también está construida sobre una cuenca que amplifica la energía sísmica. Es decir, la fuerza de las ondas se refuerza por el suelo blando y los sedimentos, provocando que los temblores se perciban con mayor intensidad.
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