Comic Starlight
Ilustración: Cortesía Panini Comics
Ilustración: Cortesía Panini Comics

Rockstar Comic: Starlight, de cómo redimir a los guerreros espaciales

Starlight del célebre Mark Millar está al alcance de tu mano gracias a Editorial Panini

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Si algo quedó claro con el estreno de Avatar, es que a James Cameron ya no le interesaba contar algo. Para él las historias se convirtieron en un vehículo para lucir los avances que va consiguiendo en cuanto a tecnología, como en el caso de la ya mencionada película.

En ésta, en contraste con el espectacular diseño de los escenarios y las criaturas, destacaba la simpleza con que retomó líneas argumentales más que conocidas. Entre ellas la más evidente y quizás menos referida fue la de John Carter, novela escrita hace más de 100 años por Edgar Rice Burroughs —el mismo creador de Tarzán—, que poco tiempo después de la ya mencionada producción del otrora director de películas emblemáticas como Terminator y Terminator 2, llegó a la pantalla grande bajo el auspicio de Disney, y que pese a ciertas inconsistencias, fue maltratada de más por la crítica especializada.

En John Carter seguimos los pasos de un soldado de la Guerra Civil estadounidense que al buscar refugiarse en una cueva, abandona su cuerpo, y su esencia es transportada a otro planeta. Ahí habrá de convertirse en el líder de una rebelión y estandarte de la libertad, además de encontrar el amor en una princesa marciana llamada Deja Thoris. El relato original se presenta como una emocionante e ingeniosa aventura, que da testimonio de la capacidad para imaginar y dejarse sorprender, sin preocuparse de planteamientos científicos o de la especulación tecnológica, más allá de que sirvan como detonadores de la fantasía para alimentar el camino del héroe, sumergido en situaciones exóticas tipo wéstern.

Es de ese mismo espíritu que se alimenta Starlight del célebre Mark Millar (Kick Ass, Némesis). El autor, en compañía de las ilustraciones de trazos delgados sobre fondos simples realizadas por el croata Goran Parlov —mismas que transpiran el encanto del cómic europeo tradicional—, no solo se permite retomar los lineamientos del subgénero denominado como Space Opera, presentado visiones románticas y evocadoras del espacio profundo, además reinterpreta los arquetipos al presentar a un protagonista de edad avanzada y a través de él habla sobre la dignidad de los adultos mayores, lo significativo de escucharles y sobre todo de permitirles sentir que aún son útiles. 

Ilustración: Cortesía Editorial Panini

El protagonista de Starlight es un piloto que en su juventud viajó a otro mundo y se convirtió en su salvador, pero que en su regreso a la Tierra perdió toda credibilidad, incluso ante sus propios hijos, que consideraron sus relatos como vergonzosos desvaríos. Es después de 40 años que habrá de presentársele una segunda oportunidad de vestirse como guerrero intergaláctico y comandar la resistencia en aquel mundo que aún lo considera una leyenda.

De entrada, se agradece que la narración evite innecesarios rodeos para ir directo a la acción que se reserva algunos toques de ironía, pero que en el momento indicado se permita los necesarios momentos de reflexión y melancolía que enfatizan las circunstancias relacionadas con la edad del personaje central, además de entregar algunas secuencias con recuerdos de sus anteriores batallas, que resultan un homenaje a aquellos pulps que en la primera mitad del siglo pasado divertían con extraordinarios episodios que poco o nada se preocupaban de la complejidad del discurso.

Sin duda, Starlight, publicado en México por Editorial Panini, es una genial oportunidad para  encontrarse con la nostalgia que reivindica tanto a los viejos paladines, como a los lectores que aún se permiten ser soñadores. 

Lee más de Rockstar Comic, la columna de Jesús Chavarría

  • Qué hacer

A partir de la investigación encabezada por James Gordon, sobre el asesinato cometido aparentemente sin sentido por el Acertijo, la cual da pie a inquietantes interrogatorios, violentas pesquisas y sangrientos escapes, entregando de paso cruentas declaraciones que hacen referencia a joyas del mundo de las viñetas como Batman: Killing Joke, las cuales van más allá del simple fanservice, adquiriendo un fatídico peso dramático dentro de la trama; se desarrolla otro más de los acostumbrados y siempre interesantes acercamientos de Tom King a los rasgos patológicos latentes en la mitología de los superhéroes, en este caso la generada alrededor del vigilante de Ciudad Gótica, quien esta vez luce más despiadado, asqueado y enfermo que nunca.

Yendo y viniendo entre su pasado escolar y de violencia familiar que detonó su obsesión por los enigmas que de ser su peor pesadilla pasan a ser su estilo de vida, y su presente de retorcidas y despiadadas manipulaciones que hacen de la coacción un sangriento mecanismo que cobra víctima tras víctima y empuja a sus oponentes a un callejón del que solo hallarán la salida si trastocan de forma irremediable sus principios y abandonan sus escrúpulos, es que aquí son expuestos los orígenes de quien es conocido como el Acertijo.

Los trazos delgados que recorren como grietas las pinceladas granosas de color, sobre viñetas que se desdibujan como los límites entre la razón y la demencia, en secuencias recargadas que se pasman en ilustraciones a página completa para enfatizar el panorama desolado e infeccioso de una urbe sin salvación; son el reflejo ideal creado por el artista Mitch Gerards, para redondear la justa y enfermiza reivindicación de un villano clásico como uno de los enemigos más interesantes, infames y peligrosos del legendario Batman.

Batman One Bad Day: The Riddler es un pasaje relativamente corto pero no por ello menos brutal. Lo publica Panini Comics en elegante edición de pasta dura con un sutil toque de quinta tinta para el título, e incluye una galería de sugestivas portadas alternativas realizadas por gente como Brian Bolland, Jim Lee y Jorge Fornés que terminan por convertirle en un verdadero objeto de colección. 

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