Afterlife With Archie
Cortesía: Editorial Kamite
Cortesía: Editorial Kamite

Rockstar Comic: Afterlife With Archie

El cómic que aprovecha la glotonería de Torombolo para detonar una historia con influencias del zombi moderno.

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Dentro del cine, la figura del muerto viviente puede rastrearse hasta principios del siglo pasado, a través de producciones como White Zombie, protagoniza en 1932 por el legendario actor Bela Lugosi. Esto en su versión tradicional; es decir, aquella relacionada con el uso del vudú y que nos refiere como característica principal a la pérdida de la voluntad en beneficio de alguien más.

Fue así como estos oscuros seres deambularon durante décadas por series y películas, hasta que en 1968, el célebre director George A. Romero consolidó con La noche de los muertos vivientes una putrefacta variante, en donde éstos eran resultado del contagio y estaban motivados por la voracidad.

Se trata del zombie moderno —representado en las 23 mejores películas de zombis—, que entre sus rasgos también incluye una hambre voraz, razón por la que el personaje conocido en el universo de Archie como Torombolo —cuyo nombre original es Jughead—, famoso por su glotonería, resulta ideal para convertirse en el punto de partida de la tenebrosa historia escrita por Roberto Aguirre-Sacasa, que le da continuidad a la idea surgida de una portada especial del número 12 de Life With Archie, publicado en 2012.

Este título sirve para sumergirse de lleno y con todas sus consecuencias al universo de los habitantes de Riverdale, dentro de un género que usualmente le resulta ajeno. Pero también le otorga a la propuesta clásica un marcado aire a aquella interpretación pop del estilo gótico, propia de las películas de monstruos de los cincuenta auspiciadas por Universal —le sienta de maravilla al concepto del cadáver ambulante.

Quizá lo más sorpréndete de Afterlife With Archie es que, lejos de que el humor característico de estos personajes sirva para sostener lo que se antoja como un absurdo, sea la tragedia el motor de un relato lleno de zozobra, violencia y melancolía que entrega momentos tan conmovedores como siniestros. Y es que este título tiene a las mascotas de los protagonistas y la tortuosa presencia de Sabrina como elementos clave, además de un baile de disfraces que da pie para las consabidas referencias a la cultura al rededor del cine de género.

En cuanto a la propuesta visual de Francesco Francavilla, sus trazos salvajes acompañados de combinaciones de azules y morados, van delineando sobre fondos negros visiones que transitan entre lo siniestro, lo inquietante y lo estridente. Esto resulta a favor para la que, sin duda, es una de las más llamativas y mejor logradas adaptaciones de las andanzas de Archie.

Traída a México por Editorial Kamite, en un tomo de lujo que incluye las pesadillezcas portadas alternativas realizadas por artistas como Tim Seeley —creador del sangriento cómic Hack/Slash—, bocetos originales y textos de los autores, esta historieta se convierte en una gran opción para la temporada de Halloween.

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  • Qué hacer

A partir de la investigación encabezada por James Gordon, sobre el asesinato cometido aparentemente sin sentido por el Acertijo, la cual da pie a inquietantes interrogatorios, violentas pesquisas y sangrientos escapes, entregando de paso cruentas declaraciones que hacen referencia a joyas del mundo de las viñetas como Batman: Killing Joke, las cuales van más allá del simple fanservice, adquiriendo un fatídico peso dramático dentro de la trama; se desarrolla otro más de los acostumbrados y siempre interesantes acercamientos de Tom King a los rasgos patológicos latentes en la mitología de los superhéroes, en este caso la generada alrededor del vigilante de Ciudad Gótica, quien esta vez luce más despiadado, asqueado y enfermo que nunca.

Yendo y viniendo entre su pasado escolar y de violencia familiar que detonó su obsesión por los enigmas que de ser su peor pesadilla pasan a ser su estilo de vida, y su presente de retorcidas y despiadadas manipulaciones que hacen de la coacción un sangriento mecanismo que cobra víctima tras víctima y empuja a sus oponentes a un callejón del que solo hallarán la salida si trastocan de forma irremediable sus principios y abandonan sus escrúpulos, es que aquí son expuestos los orígenes de quien es conocido como el Acertijo.

Los trazos delgados que recorren como grietas las pinceladas granosas de color, sobre viñetas que se desdibujan como los límites entre la razón y la demencia, en secuencias recargadas que se pasman en ilustraciones a página completa para enfatizar el panorama desolado e infeccioso de una urbe sin salvación; son el reflejo ideal creado por el artista Mitch Gerards, para redondear la justa y enfermiza reivindicación de un villano clásico como uno de los enemigos más interesantes, infames y peligrosos del legendario Batman.

Batman One Bad Day: The Riddler es un pasaje relativamente corto pero no por ello menos brutal. Lo publica Panini Comics en elegante edición de pasta dura con un sutil toque de quinta tinta para el título, e incluye una galería de sugestivas portadas alternativas realizadas por gente como Brian Bolland, Jim Lee y Jorge Fornés que terminan por convertirle en un verdadero objeto de colección. 

  • Qué hacer

Si bien para alcanzar el éxito, la serie Riverdale apostó por los lineamientos de fórmula correspondientes al drama juvenil y el suspenso con aire a telenovela, conservando únicamente los nombres del cómic que toma como base, al menos eso sirvió para que este terminara de consolidar una necesaria reinvención, la cual ya venía empujando desde unos años antes y que no terminaba de llevar hasta sus últimas consecuencias.

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  • Qué hacer

Es más que sabido que la saga Star Wars se definió alimentándose del western, una de las formas clásicas del cine que tuvo su apogeo hace más de cinco décadas. Desde el Episodio IV, con sus visiones de parajes crepusculares que se extendían interminables en el planeta Tatooine, pasando por los tiroteos de cantina en Mos Eisley, hasta llegar a la naturaleza salvaje del entorno en que deambulaba el protagonista de la serie The Mandalorian, se han explotado los rasgos de dicho género en mayor o menor medida durante las diferentes entregas de la franquicia.

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