Reúne 45 mil piezas, desde artículos de fábricas aledañas, hasta juguetes típicos mexicanos.
Don Roberto Shimizu es conocido como “el príncipe de la Lagunilla” debido al impulso que dio a los grandes bazares. Todo lo que está en el museo lo encontró en un depósito de basura o en un tianguis de segunda mano. De acuerdo con sus cálculos, ha comprado 200 juguetes cada día desde que nació, y es que únicamente el cinco por ciento de su colección se encuentra en exhibición, lo demás está guardado en dos edificios de la colonia.
Además de tener exhibiciones temporales, sus actividades culturales lo han hecho un imán del arte y el diseño. Su azotea es una prueba irrefutable: cada rincón está intervenido por representantes de street art de todo el mundo, y la vista de su terraza hace recordar por qué el DF era llamado la Ciudad de los Palacios.
Murales
Poco a poco, la Doctores se ha convertido en uno de los centros de street art más importantes del DF. Todo empezó con el Foro Cultural MUJAM, el espacio independiente del museo que en 2014 cerró por falta de fondos. Durante cinco años, albergó el trabajo de más de mil artistas de diferentes disciplinas, el Collecfest (primer bazar de diseño del DF), talleres artísticos y fue sede del festival All City Canvas.
Pese a esto, la colonia sigue siendo la catedral del grafiti, gracias a proyectos como Rooftop Project del MUJAM, y al Programa de mejoramiento barrial del Distrito Federal, que apoya la creación de murales para recuperar espacios públicos. Hasta ahora, más de 20 paredes se han convertido en lienzos para artistas como Daniel Buchsbaum, Scarlett Baily, Minoz & Meiz, Bache, Mestizzo, Zoltan e Hilda Palafox “Poni”.
En una época de furor por lo vintage, este mercado se conserva como parada obligada para coleccionistas y aficionados a la historia.
No importa si buscas un afiche de la época de oro del cine mexicano o una granada del ejército alemán de la Segunda Guerra Mundial, este bazar guarda los intereses más raros que haya curtido el tiempo. Además, sus precios son considerablemente más bajos que su parte de la Roma. Procura llegar antes de las 3pm, cuando algunos puestos empiezan a levantarse.
Bien lo explicó Elena Reygadas, chef de Rosetta, cuando nos contó que era uno de sus lugares favoritos: “Es como una Lagunilla pequeña y menos frecuentada, con más tesoros de antigüedades”.
La historia “urbana” de la colonia comenzó aquí, cuando la compañía de tranvías se instaló en 1889. En esta estación (llamada Indianillas debido al apodo del terreno, cuyas propietarias eran indígenas) se creaba toda la energía que usaban los tranvías de la ciudad.
En 2006, la entonces bodega se transformó en un centro cultural que celebra el pasado gráfico de la Doctores, con talleres de litografía, grabado y encuadernado. Además, cuenta con dos galerías, exposiciones temporales de artes plásticas y es sede ocasional de la Lonja Mercantil, uno de los bazares de diseño más populares del DF.
Aquí está el primer parque canino del DF, que cuenta con un bebedero para perros y zona para desechar heces. En el área, de aproximadamente 400 metros cuadrados, las mascotas pueden jugar y socializar libremente.
Antes de ingresar, debes tomar en cuenta que sólo pueden entrar perros sanos, vacunados y esterilizados; que todas las mascotas deben permanecer sin correa; que está prohibida la entrada a caninos en celo y las puertas deben mantenerse cerradas.
La creación de estos sitios para el mejor amigo del hombre ayudan a cumplir los lineamientos de la Ley de Protección a los Animales del Gobierno del Distrito Federal, los cuales prohíben el paseo de perros por zonas urbanas sin correa.
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