Ya tienes algo para regalar este San Valentín o un respiro para tu creatividad con la experiencia Paint in the Dark que llega a CDMX este febrero. ¿Te imaginas estar explorando la creatividad en la oscuridad?
En el vibrante corazón de la Ciudad de México, se ancla esta propuesta artística única que promete sumergir a los participantes en un mundo retrofuturista lleno de luz y color. Paint in the Dark, es más que un taller de pintura que fusiona lo clásico con lo contemporáneo, invita a los amantes del arte y la diversión a vivir una experiencia distinta, mientras disfrutan un drink.
Este evento, a partir del 24 de febrero, sucede en La Imperial (Reforma 483), los participantes mayores de 18 años tendrán la oportunidad de desatar su creatividad en un entorno mágico iluminado por luces neón y ambientado con música cautivadora. ¿La premisa? Pintar lo que deseen, liberando al artista que llevan dentro.
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La propuesta de Paint in the Dark va más allá de la pintura convencional, ofreciendo a los asistentes una experiencia multisensorial. Con un pincel en una mano y una bebida (opcionalmente con alcohol) en la otra, los participantes pueden disfrutar de una hora y media de libertad artística en un ambiente de luz negra, retrofuturista de suelo a techo.
La creatividad fluye mientras un artista guía a los participantes a través del proceso de creación, fusionando la pintura clásica con el emocionante mundo de los colores fluorescentes. Además, cada boleto incluye una bebida, ya sea cerveza, vino o refresco, para acompañar la experiencia artística.
La versatilidad es clave en Paint in the Dark, ya que los participantes pueden elegir la hora que mejor se adapte a sus horarios directamente en el selector de boletos. Además, el recinto es accesible para personas con movilidad reducida, asegurando que la experiencia sea inclusiva para todos.
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Al final del taller, los participantes pueden llevarse a casa su creación, convirtiéndola en un recuerdo tangible de una noche llena de imaginación y expresión artística. La iniciativa busca ser una válvula de escape perfecta después de la jornada laboral o durante el fin de semana, brindando un respiro creativo en medio de la rutina diaria.