Un ilusionista cambia la percepción de la realidad, tal como lo hace este lugar donde los granos de café se convierten en un una taza humeante de un brebaje aromático. Este es un rincón agradable de la Escandón, en el que encontrarás una mezcla de mobiliario que va desde lo vintage, hasta el clásico tablón campirano para compartir mesa.
La primera recomendación —dentro del catálogo de opciones modernas— que un buen conocedor de la Escandón te da es: ¡ve a Yume! Con seis años de residencia en la colonia, esta cafetería se ha ganado el corazón de los lugareños. No sólo por su ambiente acogedor y su buen café, sino también por su galería Pimpa que ofrece chulísimas creaciones de artesanos mexicanos que van desde objetos de barro horneado (El Alfar, de Valle de Bravo), cuadros para decorar la casa, joyería y libros chulísimos de ilustración (de editorial Zorro Rojo y de Ediciones Antílope, por ejemplo).
Hablamos con Juan Carstensen, socio de Yume, Pan Comido (Roma y Anzures) y de Nomeolvides —fonda recién abierta también en Escandón— para que nos contara cómo observa la evolución de la colonia y cómo han recibido los vecinos estas nuevas propuestas gastronómicas.
¿Por qué eligieron montar sus dos restaurantes en Escandón (Yume y No me olvides) teniendo ya experiencia en la Roma y Anzures, con Pan Comido?
Llegamos aquí hace siete años y montamos una cocina semi industrial para un antiguo proyecto de banquetes. Después decidimos montar ahí la fábrica de nuestras galletas Chomp Chomp y la fonda No me olvides. De pronto, comencé a observar que abrían lugares por la zona. Pensaba que el barrio era lindo, pero todavía no estaba al 100, por ejemplo, te servían café soluble y los desayunos eran de baja calidad. Sin embargo, notaba que era (y es) una colonia con una arquitectura hermosa, que presentíamos iba a despegar una nueva ola en la ciudad. Eso nos hizo animarnos a abrir los proyectos aquí.
¿Qué te gusta del tipo de colonia?
Saber que es un barrio lleno de oficios y tradiciones. Por ejemplo, enfrente de No me olvides hace poco me tocó una misa de cuerpo presente y ¡llegó la colonia entera! En Escandón, los vecinos se conocen de toda la vida.
¿En qué es distinto el comensal de la Escandón?
Aquí vive mucha gente joven dedicada a la creatividad, ellos son nuestros clientes. Es gente a quienes les gusta probar cosas diferentes, son más sencillos, comprenden con más facilidad un error en el servicio, pues se siente un ánimo más noble y vienen con menos prisa que en otras zonas, como la Roma.
En términos de negocio, ¿la colonia tiene potencial?
Sí, totalmente, está empezando. Es un oportunidad de negocio segura pues los locales tienen un precio más justo. Si vas a la Roma y no vendes diario cierta cantidad es dificilísimo que te vaya bien. Acá hay mucho por crecer. Los proyectos hacen que la colonia se ponga más guapa, pues cuidamos los exteriores, las banquetas, aceptamos bicicletas, ponemos bebederos para mascotas. No sólo se está llenando de negocios, sino que la gente se está mudando para acá, con cierto nivel de consciencia para cuidar la zona.
No como tal, pero, por ejemplo, en Nomeolvides tenemos un acuerdo con nuestra casera. Ella tiene habitaciones para estudiantes, entonces les hacemos un descuento para comer ahí a mejor precio. Pero sin duda, si el comité vecinal nos propone algo, con gusto nos sumamos.
Los vecinos, ¿cómo reciben los nuevos negocios?
Nunca hemos tenido problemas con nuestros vecinos. Son muy amigable y reciben muy bien los proyectos.