Los mejores lugares para una cita rápida en CDMX
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Los mejores lugares para una cita rápida en CDMX

Si se trata de tentar el terreno o quieres descubrir si da para más, estos lugares son ideales para divertirse o huir con elegancia

Mauricio Nava
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No te hagas, sabes que muchas veces quedas con alguien, pero no estás segura o seguro de sus intenciones o si debe haber una segunda cita, para eso tenemos aquí una guía de lugares donde puedes decir con toda responsabilidad afectiva y educación «la pase muy bien, pero». 

Estos sitios para una cita rápida en CDMX son ideales para pasarla bien sin gastar tanto dinero (o tiempo) en promedio de los 100 a los 500 pesos, según sea tu caso. Diviértete y jamás hagas a otras personas lo que no te gustaría que te hicieran.  

También lee: los mejores restaurantes y cafés en museos de la CDMX

Spots para una primera cita exprés

  • Xoco
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

¿Qué mejor que terminar una tarde de películas con bebidas refrescantes al aire libre desde la Cineteca Nacional? En la recién remodelada Terraza de la Cineteca descubrimos un espacio perfecto para pasar una tarde agradable ya sea en tono romántico o amistoso. 

Cuenta con área techada, mesas al aire libre y un escenario que durante los fines de semana hará sonar diferentes géneros, como jazz, rock y música electrónica. En la barra solo encontrarás papas y otras botanas como cacahuates, aunque prometen que pronto desarrollarán un menú completo. 

Por si Señorito no fuera suficiente, esta terraza apareció como otra excusa para quedarte todo el día en la Cineteca. La entrada a la Terraza es gratis y está abierta de jueves a domingo de 5-11pm, la música comienza a partir de las 7pm, aunque no en domingo. Nosotros le dimos el visto bueno, seguro que tus fines de semana también tendrán a la Terraza de la Cineteca como un clásico.

  • Qué hacer
  • Caminatas y paseos
  • Miguel Hidalgo
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Al entrar a este lugar, puedes darte un respiro del estrés y de los paisajes repetitivos de la ciudad. El Jardín Botánico de Chapultepec forma parte del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cuenta con 5.3 hectáreas dedicadas a mostrar la biodiversidad característica de México.

Mientras caminas por este lugar es posible apreciar plantas de ornato, medicinales, hortalizas, un orquidario, flores, agaves, arbustos, secciones áridas y un arboretum, todas ellas con  distintos colores y formas, que te transportan a diferentes partes y climas del país.

El jardín tiene un invernadero, mismo que posee las características idóneas para que su vegetación tropical se aclimate de manera óptima. Aquí se conjuntan distintas especies que usualmente existen en zonas tropicales, así como algunos tipos de orquídeas que debido a su extravagancia son la atracción principal.

Parte de este jardín se enfoca en mostrar especies típicas de los climas áridos que se localizan en la zona centro del país, entre ellas una variedad importante de cactáceas, desde las muy típicas nopaleras, hasta algunos cactus con peculiares formas que probablemente nunca habías visto.

También puedes observar algunas especies que forman parte de la alimentación de los mexicanos desde la época prehispánica, como el perejil, el cilantro, el xoconostle, y por supuesto el maíz.

Las fichas técnicas explican el lugar de origen y el nombre de cada especie, pero si te interesa conocer el lugar y la vegetación de manera detallada y de la mano de un experto, puedes contactarlos para reservar una visita guiada.

Es una buena opción para adentrarse y redescubrir la biodiversidad que México ofrece y que pocas veces los capitalinos tenemos oportunidad de apreciar. Es una alternativa interesante dentro de todas las opciones que se ofrece el Bosque de Chapultepec.

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  • Museos y centros culturales
  • Guerrero
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Lujo, calma y voluptuosidad. No solo es el nombre de un cuadro de Henri Matisse, también podría ser la descripción de la terraza del Museo Kaluz y su Café de Museo, uno de los museos más jóvenes de la CDMX que, además, posee una terraza única y hasta envidiable, en la cual puedes disfrutar de la vista a la Alameda Central y a la histórica iglesia de San Hipólito.

Un lugar para refrescarte y pasar un buen rato en el Centro Histórico sin gastar una fortuna y con seguridad. Tras un año de apertura al público, amplía su oferta gastronómica con una nueva carta de desayunos.  

La carta ofrece un menú sencillo, pero con el toque del lugar. Huevos que resaltan por su cremosidad y complementos inesperados, como el jamón serrano. También puedes pedir un bagel de salmón encurtido con betabel. En el avocado toast, por su parte, lo dulce del aguacate contrasta con las notas saladas que le brinda el queso parmesano.

Entrar a la terraza es sumamente sencillo, llegas a la taquilla del museo y por solo 20 pesos puedes subir por medio de su elevador hasta el segundo piso donde sales a una terraza rodeada de plantas y flores por la orilla. Sombrillas blancas cubren mesas y sillas para la comodidad de los visitantes.

Hay mesas para parejas o pequeños grupos; pero también para grupos más grandes. Si quieres ir tu solo, no te preocupes, seguro también encontrarás un lugar calmado para ti. Además, resalta que sea una terraza con una vista tan privilegiada, con un costo tan accesible y en donde aún las bebidas son accesibles, adiós a los tratos abusivos de otros espacios por la zona.

El oeste del espacio tendrás vista al Ex convento de San Hipólito, uno de los templos más antiguos de la CDMX. Al sureste verás la siempre viva Alameda Central y si elevas un poco más la mirada, tienes una vista de la Torre Latino. Pero lo mejor es que en la misma terraza habrá placas de metal que te indican todos los edificios emblemáticos que puedes ver desde ahí.

La Terraza del Museo Kaluz es un lugar agradable y ameno para pasar el rato si estás por la zona, e incluso puede convertirse en un punto al que vas en la ciudad aunque te tengas que mover algunos kilómetros (no en vano la pusimos como uno de los Museos para visitar en verano), aunque creemos que por la tarde-noche puede disfrutarse aún más.

En paralelo a los desayunos, Café de Museo también cuenta con oferta de coctelería,  explorando la veta artística del museo en su mixología. Esta se complementa con tablas de quesos que sorprenden por su variedad, alejándose de los sabores de siempre.

Además, antes o después de tu visita, puedes visitar el Museo Kaluz (aunque visitarlo tendrá un costo extra de $60), que ya se ha convertido en uno de nuestros favoritos de la CDMX.

Recomendación. Museos desconocidos de la CDMX

  • Qué hacer
  • Miguel Hidalgo
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Centro de Cultura Digital
Centro de Cultura Digital

¿Qué hacen en el Centro de Cultura Digital?

A ver, dejemos atrás todo el ruido que causó la construcción de la Estela de Luz y veamos en qué andan. Toda su apuesta es al arte digital, ya sea mediante exposiciones, talleres o proyecciones.

Desde su inauguración se han hecho más de 26 conciertos con alrededor de 10 mil espectadores, entre ellos la inauguración y clausura del festival Mutek y las presentaciones de Paté de Fuá y la Sonora Dinamita.

También funciona como una sede alterna de la Cineteca Nacional, donde casas productoras, como Canana; sociedades civiles, como Cinema Planeta; y festivales internacionales, como DocsDF, promueven el cine nacional. Para volver más geeks a los geeks y a quienes no le saben al tema digital, dan talleres de arte sonoro con dispositivos caseros, cursos de fotografía y robótica.

Además, los domingos hacen actividades para la familia, desde exhibiciones de artistas internacionales hasta noches de DJ. El objetivo es que los defeños le entren de lleno a conocer temas digitales. Digo, si ya estamos metidísimos en las redes sociales digitales, habrá que saber cómo se mueve todo ese mundo.

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  • Salas de cine
  • Independientes
  • Roma
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

No es cualquier cine. La repartición de la taquilla es de 50/50 con el productor: un esquema excepcional porque ni las cadenas comerciales ni otros cines operan de esta forma.

La programación es mensual y consta de cuatro estrenos de películas independientes o de autor. Al menos una de ellas será producción nacional. También, ciclos de películas que "tienes" que ver o infantiles.

Al salir del cine, puedes quedarte a comer una pizza al horno acompañada de un vino mexicano o un mezcal.

Además, conciertos, talleres y funciones de teatro.

  • Qué hacer
  • Miguel Hidalgo
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

En Ampliación Daniel Garza se encuentra un pequeño oasis verde obra del arquitecto mexicano Luis Barragán. El jalisciense es uno de los referentes de la arquitectura mexicana, desde la Casa Estudio Luis Barragán, donde el arquitecto vivió hasta su muerte en 1988, hasta el proyecto Jardínes del Pedregal de San Ángel y las Torres de Satélite, que creó en conjunto con Mathias Goeritz.

La construcción de Jardín 17 Casa Barragán estuvo pensada como un anexo de la casa del arquitecto y ahí se encontraba su oficina, pero nunca la concluyó. En 2016 el arquitecto Alberto Kalach, miembro de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y creador de la Biblioteca Vasconcelos, asumió el reto de restaurar este espacio que ahora está enfocado en la divulgación de la arquitectura y, además, en colaboración con Grupo ARCA, este año organizan exposiciones temporales y conferencias sobre esta disciplina.

¿Qué te enamorará de este jardín de Luis Barragán? Primero, lo selvático de la vegetación, las plantas y árboles que integran este espacio parecen crecer en libertad, apenas un camino irrumpe en el entorno y marca el recorrido; segundo, el espejo de agua rodeado por muros de color añil; y finalmente, el edificio del fondo con una terraza, todavía inacabada. En conjunto, reflejan el gusto, la maestría y la pasión de Barragán por los jardines; otro ejemplo claro es el jardín de Galería Archivo Diseño y Arquitectura, ubicado en la misma calle, que también es obra del arquitecto mexicano.

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  • Niños
  • Jardines del Pedregal de San Ángel

«Eres sirena, vives contenta, ¡bajo del mar!», me emocionaba cantar de pequeño mientras separaba los Froot Loops de mi plato y mamá me decía que no jugara con el desayuno. Afortunadamente, en la zona de comida de Liverpool Perisur un café temático se une a la oferta con todo lo que Disney representa para que esas infancias creativas sigan jugando. 

En Animation Café, un Mickey Mouse con sombrero y el menú gigante es la fantasía que te recibe al entrar. La onda es fácil; exploras entre sándwich, bowls, café, hot cakes y ordenas en los kioscos interactivos para que todo llegue a tu mesa. 

El lugar tiene varias zonas que, era de esperarse, son instagrameables como la de Dumbo o la misma mesa, pues, mientras llegan tus alimentos puedes dibujar a Simba o Mickey. También puedes usar de fondo para tus fotos alguna de las pantallas enormes donde se proyectan películas como La Sirenita o Aladdín todo el tiempo. 

Pensamos que el sitio está orientado a todas las edades y es muy incluyente (para débiles visuales o personas con movilidad limitada), lo cual se agradece. Si vas con infancias pide para ti un café con la cara de Stich, un bowl inspirado en Mi Hero o Timón y Pumba, sabemos lo qué decimos. Para los niños hay opciones sanas y hasta hot cakes con la silueta de la cara de Mickey o el sándwich son lo ideal. Todo un festín de magia dentro y fuera de la cocina.

La música que usan para ambientar el lugar es de las bandas sonoras de cintas en la casa del ratón, la verdadera experiencia inmersiva. Puedes reservar con tiempo, ya que seguro estos días es la locura por su reciente apertura o bien jugar con la app interactiva que hace “volar” personajes de Disney a tu alrededor mientras esperas tu orden. 

 

 

 

 

 

  • Niños
  • Zona Metropolitana
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Dicen que ya no hay nada nuevo bajo el sol, pero ¿alguna vez imaginaste un parque de diversiones en la cima de un centro comercial? Nosotros tampoco, por eso cuando nos enteremos que Kataplum era una realidad nos lanzamos de inmediato a conocer este nuevo concepto de diversión en las alturas.

Con más de 30 juegos mecánicos, pabellones interactivos y experiencias en realidad virtual, Kataplum quiere posicionarse como el nuevo lugar favorito de chicos y grandes. Para lograrlo, el proyecto de Grupo Diniz (los dueños de Recórcholis) armó el paquete completo en la cima del  centro comercial Las Antenas y, además de las sillas voladoras y los carritos chocones, el parque cuenta con teatros al aire libre, salón de fiestas, restaurantes, área de comida rápida, dulcería interactiva, heladería, cafetería y hasta un bar de alitas.

Los juegos se dividen en tres categorías: hay atracciones de intensidad baja (para niños); de intensidad media (familiares) y juegos de intensidad alta (para los más intrépidos). Uno de nuestros juegos favoritos es Las Nubes, aquí disfrutarás una de las mejores vistas de la ciudad  mientras te elevas a 60 metros de altura. Otras de las atracciones imperdibles son los Carros Locos, una minimontaña rusa que, si bien no es muy alta, te sacudirá en sus pronunciadas curvas. Pero la joya de la corona en Kataplum se llama Patatús. Es un péndulo que da vueltas de 360 grados y te deja literalmente de cabeza por lapsos de cinco segundos.

Para entrar a Kataplum es necesario comprar una katacard en las taquillas del centro comercial, la tarjeta cuesta 30 pesos y el acceso es de 20 pesos por persona. Dentro del parque podrás recargar lo que quieras para subir a cada juego por separado, de esta manera sólo pagas lo que consumes. O bien, puedes adquirir el kataporte con acceso ilimitado a todas las atracciones. Este brazalete electrónico (similar al cashless  que usamos en los festivales de música) sólo funciona por un día y el precio oscila entre 249 y 349 pesos.  Aquí es importante señalar que todos los juegos tienen un costo diferente y cambian cada día de la semana, por ejemplo,  el acceso al carrusel cuesta 21 pesos en lunes, 22 pesos en miércoles y 29 pesos en domingo.

Como todo buen parque de diversiones, Kataplum también tendrá shows en vivo y espectáculos de magia, con payasos, con aves rescatadas y hasta una banda en vivo. Estos shows se llevarán a  cabo en los foros al aire libre, por lo que no tendrán un costo extra.

Más de la mitad del parque está cubierto por una velaría que te protegerá de la lluvia y del sol, pero no está de más que lleves bloqueador solar, gorra y un suéter o chamarra ligera ya que en las tardes el clima puede ser más frío.

Kataplum está ubicado justo en los límites de Iztapalapa y Xochimilco, pero eso no significa que el acceso sea muy complicado, por fortuna la estación Periférico Oriente de la Línea 12 queda a 5 minutos de Las Antenas, así que también puedes llegar muy rápido en metro.

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  • Salas de cine
  • Independientes
  • Zona Metropolitana
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Una joya en pleno Satélite. Film Club Café es una alternativa para los que tienen un amor especial por el cine, la comida gourmet, las cervezas artesanales, la música y viven en el norte de la ciudad. Se trata de un espacio donde se puede disfrutar desde la proyección de una película, un concierto en vivo o una exposición en su pequeña galería de arte. 

Todos los días se proyecta una película de cine de autor de forma gratuita, seguida por un debate donde participan expertos y cinéticos. Además, un servicio de renta de películas con membresía y una colección selecta de cine de arte que no encontrarás en ningún otro lado.

  • Qué hacer
  • Caminatas y paseos
  • Refinería 18 de Marzo
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Se encuentra en los terrenos de la antigua Refinería 18 de Marzo y representa uno de los más grandes esfuerzos de limpieza de terrenos contaminados y uno de los parques públicos edificados de la última década.

El Parque Bicentenario se inauguró en 2010 como parte de las celebraciones del aniversario de los 200 años de la Independencia de México. Con una ciclopista, talleres, juegos infantiles, áreas deportivas, pista de patinaje y más, el parque ofrece una nueva alternativa de esparcimiento familiar.

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  • Qué hacer
  • Lindavista
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bol Montevideo AMF
Bol Montevideo AMF

El lugar no está tan lleno; sin embargo, el ambiente con luces y música es rescatable y te permite platicar con tus amigos mientras te tomas una chela nacional. Probablemente lo más atractivo de este boliche son sus promociones; mi favorita es la que por $157 te da dos juegos de boliche, renta de zapatos, una bebida y una hamburguesa. De lunes a jueves si vas antes de las 2pm (ideal para irte de pinta) una hora de juego te cuesta $79.

El área de juego, en perfecto estado, es lo clásico: mesas, sillas cómodas para estar más cerca de las líneas, pantallas para el marcador y grandes pantallas con videos musicales programados. También hay cinco mesas de billar, para que te refugies ahí si eres de los que saca volando las bolas.

En mi visita noté que los chicos del staff son amables y te echan una ayudadita en caso de que no tengas ni idea de cómo hacer una chuza. Pregunta por los torneos internos para que aprendas a jugar y toma en cuenta que aquí puedes hacer eventos godínez o fiestas.

Al parecer los nachos con carne ($105) son los más solicitados, pero también hay pizzas, sándwiches, hot dogs, alitas,  palomitas y más, lo mejor es que todo está dispuesto en una dulcería, lo que agiliza el servicio.

  • Vida nocturna
  • Juárez 
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

¿Cómo apretujas una tienda de viniles, una cafetería y un bar en 22 metros cuadrados? En Bussifame lo lograron. Este lugar materializa su pasión por la música y la gastronomía en este local que es las tres cosas a la vez, a través de un diseño interior que optimiza el espacio con bancas de madera y muchas repisas para que no se sienta amontonado. 

Sobre las paredes me recibieron viniles de Los Tigres del Norte, Noel Pointer, The Animals y Prince, lo cual ya es muestra de que aunque tienen una gran curaduría en la que participan coleccionistas como Chitarah, Hamish Anderson, Carmen Ruíz, DJ Raw o Barreto. La consigna aquí es que no se cierran a ningún género, mientras que siempre haya buena música; por eso el lema inscrito en sus portavasos es “Déjalo que gire”. 

Dos detalles cool: ningún disco cuesta más de 500 pesos y al acercarte, cada uno lleva una etiqueta con una descripción breve y muchas veces jocosa, como si tu compa el más melómano te explicara de qué va. El One from the Heart, de Tom Waits y Cristal Gayle decía: “Soundtrack de la película que dejó en bancarrota a Francis Ford Coppola pero nos regaló una colaboración suprema”. Si quieres oír un disco antes de comprarlo, sin pena pide que te lo pongan. También hay cassettes y cds a la venta ¿te acuerdas de esos? 

Al fondo del local está la tornamesa y mezcladora donde Tona, mejor conocido como Caribe 89, se pone a jugar y donde tú podrías aprender a pinchar. Un domingo al mes, a las 11am harán una Escuela de Pinchadiscos en la que resolverán todo tipo de dudas, desde qué equipo comprar para tu casa hasta los básicos para iniciarte en esto de la mezcla de música. 

El otro lado del proyecto es la barra de café, drinks y comida. Los tragos fueron creados por una crack de las barras, Carmen Huizapol (Café de Nadie); y los bocadillos son de Nogal Nogal, de los chefs Rebeca Ortiz y Xavier Piñer, cuyo pop up de cenas itinerantes Supper Club se esparce como pólvora de boca en boca en la CDMX.

Comencé con un fragante café americano  (perdón, acá se llama “gringo”) con un grano natural de Guerrero, perfecto para el levantón de medio día. Si vas más tarde, disfruta la selección músical con el Vermú (licor de guanábana, Carpano blanco, ginebra infusionada y lemon grass); pero si caes en plan precopeo, vete directo por el “bussifame” con mezcal, Giffard de toronja y Cocchi rosa.

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  • Cafés
  • La Concepción
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

¿Qué mejor símbolo para el Centro de Coyoacán que una ardilla? El Café Avellaneda se adueña de este ícono y lo refleja en sus paredes azul turquesa, al estilo clásico antiguo de la región.

Inspirado en el personaje Laura Avellaneda del libro La tregua, de Mario Benedetti, este pequeño y escondido lugar, definitivamente es un must al visitar la zona. Cinco bancos junto a la barra, dos mesas dobles y una banca a la entrada, ofrecen un espacio cómodo y tranquilo para tomar un café hecho a tu medida en compañía de los baristas y uno que otro cliente frecuente.

A diferencia de otros locales, el Café Avellaneda no ofrece un menú; sino una especie de ficha técnica donde podrás consultar la historia del local –directo desde la Feria de la Piñata en Acolman, Estado de México–, las propiedades de un producto de excelencia y los distintos métodos de extracción y producción del café que vas a consumir.

Elige, con ayuda del barista, entre el grano traído de Oaxaca, Chiapas o Veracruz y solicita en la “Barra de Métodos” que preparen tu café ya sea con el ripper, aeropress, la prensa francesa, un clásico expreso o la famosaiInfusión en frío, cuya preparación tarda al menos un día completo.

Pero eso no es todo, para tener el mejor café hay que tener a los mejores recolectores. El producto que puedes consumir en Café Avellaneda se obtiene por medio de proyectos de sustentabilidad y apoyo económico a los campesinos que lo cosechan. 

Café Avellaneda es delicioso, responsable y a tu medida.

  • Qué hacer
  • Caminatas y paseos
  • Churubusco Country Club
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Parque Masayoshi Ohira
Parque Masayoshi Ohira

Ubicada dentro de la colonia Country Club, esta área verde al sur de la Ciudad de México fue inaugurada el 14 de febrero de 1942 por el entonces Regente del Distrito Federal, Javier Rojo Gómez. A pesar de que llegó a ser locación de películas, fue olvidado por algunas décadas hasta que fue remodelado en 2015.

Cuando se creó no contaba con nombre, así que los vecinos de la zona lo llamaban “Parque de la Pagoda” debido a los detalles orientales que posee como su arco, puente y el pequeño lago. Su asiático encanto logró que en 1952 fuera una de las locaciones de la película El señor fotógrafo, de Cantinflas.

Durante unas décadas estuvo olvidado, lo que provocó que desapareciera su laberinto circular hecho con arbustos y se quemara una parte. En 2015 el espacio fue rescatado y se le dio el nombre de Parque Masayoshi Ohira, en honor al primer ministro de Japón de 1968 a 1969, quien se convirtió en el primer político japonés en visitar nuestro país.

Si bien el parque no posee cerezos como los clásicos parques nipones, cuenta con ciruelos, sauces y pinos. Además de un riachuelo y un lago que te hacen sentir casí como en el país del sol naciente. También cuenta con una zona dedicada a los niños, con juegos como  toboganes, columpios y pasamanos.

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  • Vida nocturna
  • Miguel Hidalgo
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

A veces lo más sencillo es lo más adecuado para dejar que brillen los pequeños detalles. El Micky es el ejemplo perfecto. A primera vista es un bar amplio de paredes blancas, donde solo aparece el logo del bar, un micky diseñado por Candela Sonidera y un escenario iluminado por barras de luces de colores.

Luego, si pones atención en los rincones, vas a descubrir cositas que le dan personalidad; un cocodrilo colgando por aquí, un póster de Tupac por allá, un altar de juguetitos de Mickey Mouse, la mayoría donados por amigos. Apenas tiene un mes desde su apertura y ya es todo un suceso en la Ampliación Daniel Garza, tanto que si llegas tarde a partir del miércoles es posible que lo encuentres a reventar. ¿Otra ventaja de localización? Aquí no hay parquímetro y siempre encontrarás dónde estacionarte. 

Su esencia es la simpleza sin pretensiones porque el alma del Micky está en la música. Dora Mariana, mejor conocida como Sussy Oh!, es quien está detrás. Con más de 20 años como locutora de radio, antes en Reactor 105.7 y ahora en Convoy Network que la respaldan, no es novedad que la música del Micky sea variada y deliciosa, desde Siouxsie and the Banshees o Madonna, hasta Ozuna. Todos los miércoles hay una banda de jazz en vivo a partir de las 9 pm y, cosa rara para este género, sin cover. Checa su Instagram para ver quién se va a presentar. 

Los jueves son de invitados. Djs o amigos del medio musical arman sus mejores playlists y ponen a bailar a la banda con pitufo en mano. Los viernes, la música es una extensión del “Viernes de riesgo” del programa de radio, así que Sussy Oh! se deja ir con corridos y cumbias.

En el Micky todo es muy amigable, hasta los precios de las bebidas. Para los clásicos, hay mezcal, tequila o ron; o si vas en plan bichota, hay gomichelas o aguas locas, (no te preocupes por la ceguera, no están tan locas, llevan vodka, jugo de arándano, limón y agua mineral). 

La comida es pura joya de la cocina chiapaneca en honor a la mamá de Sussy Oh!. Éntrale sin miedo a las tostadas con salsita roja y queso doble crema de Chiapas, y sí o sí tienes que probar los frijoles refritos. ¿Quieres más? Entre semana hay desayunos desde las 8 am y si ya te enamoraste del Micky, puedes comprar tu playera con el logo.

Te recomendamos: Lugares para escuchar jazz en la CDMX 

  • Tabacalera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

A pocos meses de su apertura, Doncella Café, la cafetería temática en la Tabacalera, se volvió viral en todas las redes sociales. Las reservaciones se agotaron por varios meses, y las filas en la entrada se volvieron, casi, parte del paisaje. ¿La razón? como dice Oswaldo Zayas, co fundador y socio del proyecto, “este es un café de adultos, y para adultos”. Y es el café para volver a conectarte con los cuentos de princesas de la infancia.

Doncella está dividido en cuatro mundos, todos ellos llenos de nostalgia y photo opportunities. El primero, y lo que verás en cuanto llegues, es Bajo el mar, decorado con burbujas, tenedores, libros y demás cachivaches que los seres marinos gustan coleccionar. De ahí sigue el Palacio en el desierto; ahí hay una lámpara mágica que puedes tallar para que tus deseos se cumplan (o al menos para tus historias de Instagram).

De ahí sigue en Jardín Oriental, decorado con un árbol de cerezos y toques en rojo y negro. Al final está el Gran Salón, con todo y su candelabro y su biblioteca. Por supuesto, en la parte del fondo hay un espacio dedicado únicamente a que puedas tomarte fotos, y en la parte de arriba se esconde un huso con una rueca, con todo y su letrero de “no tocar”.

Y además de regresarte a la infancia con las canciones que ya conoces y los personajes que amas, en Doncella Café puedes pasar a comer o por un postre; toda la comida es tan cuidadosa como el resto del concepto. Los imperdibles son el desayuno del rey, unos chilaquiles (¿qué otra cosa podía ser?) con salsa verde. Otra opción es Gastón, un croissant gratinado con dip de alcachofas, un huevito pochado y jamón serrano, o el Remy, un siempre adecuado grilled cheese sandwich.

Para tomar –y para la foto- no te pierdas el Genio, una bebida tan azul como te la imaginas y servida con hielo seco.

Doncella Café es todo friendly; puedes ir con tu Milanesito y, por supuesto, a tus pequeños les va a encantar. Pero lo que a nosotros, los millenials, nos enamoró, es que nos recordó a las mañanas que pasamos en las funciones del Cine Continental cuando éramos niños; tus personajes favoritos ahora viven aquí, en Doncella Café. Como tip, te sugerimos reservar, pero si la fecha que quieres ya no está disponible, llega con anticipación, siempre dejan algunas mesas libres para aquellos que llegan sin reserva.

Te recomendamos: El extraño coffee bar

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  • Hamburguesas
  • La Concepción
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Merendero Coyoacán
El Merendero Coyoacán

Imagino a Pedro Infante –en su papel de policía motorizado de A toda máquina– arribando a un típico diner estadounidense de los cincuenta. Sin mayor aspaviento, pediría una malteada para acompañar su sputnik (pastel de queso y caramelo). El Merendero es un viaje parcial al pasado, con su estupenda barra, sillones de piel azul ideales para echar novio y muros decorados con afiches de figuras de los cincuenta, como Sinatra, Bettie Page ¡y uno de Marilyn justo arriba del mingitorio!

La carta es amplia, con opciones de hot cakes, waffles, sándwiches, hamburguesas y pizzas, además de malteadas y pasteles. Los nombres de los platillos hacen referencia a personajes de los cincuenta, sea Jack Kerouac en forma de omelette de jamón y queso, o Brigitte Bardot homenajeada como sopa de cebolla.

Para merendar opto por una hamburguesa pedro infante, con queso manchego y cheddar. Mientras espero veo Back to the Future III. No es coincidencia, este lugar trata de transportarnos, con más esmero que efectividad, a los cincuenta y principios de los sesenta, periodo retratado en American Graffiti, de George Lucas.

El servicio es atento, aunque las meseras deberían lucir una vestimenta más ad hoc con los diners clásicos. La hamburguesa se acompaña de papas a la francesa promedio y aros de cebolla como parte del emparedado, que le dan un sabor distintivo, realmente rico. El trozo generoso de carne está cocido perfectamente.

Incapacitado para pedir un postre, me quedo con la curiosidad de probar el pastel de chocolate marty mcfly. Un viaje que, replicando un cliché, tal vez lleve al pasado tras la primera mordida.

  • Niños
  • Miguel Hidalgo

Adiós Feria de Chapultepec, hola Aztlán Parque Urbano. Y aunque la nostalgia sigue llegando, es momento de darle la bienvenida al nuevo parque de atracciones. De entrada, su más grande atractivo, e ícono de la ciudad, es la gran rueda de la fortuna, con 85 metros de altura. Un mirador en movimiento que supera la altura de Bellas Artes y el Monumento a la Revolución.

Las atracciones se clasifican en: familiares, infantiles y extremas. Las familiares son las que predominan en número, siendo 13 en total, más juegos de destreza. Mientras que sólo cinco se consideran extremas: montaña jurásica, serpentika, malacantoche, don goyo y remolinete. 

Por otro lado, las instalaciones en la zona de más peques son pensadas para personas mayores a 90 cm, por lo que los niños y las niñas menores a esta estatura no encontrarán muchas actividades para hacer en el parque.

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¡Wow! La atracción de realidad virtual “Siniestro” es algo que no habíamos experimentado antes. Para que te des una idea, es como utilizar el visor VR como en cualquier videojuego de tu casa, la diferencia radica en que junto con audífonos y un amplio espacio para interactuar. Todos los elementos contribuyen a que desaparezcas del plano vitual, para que aparezcas en el la sala de espera de un consultorio embrujado. No podemos dejar de mencionar el trabajo de Demiurgo y dport que lograron el desarrollo de esta atracción. La entrada a este juego es a partir de los 12 años, pero siempre pueden ir a El quinto sol, donde proyecciones 360° te cuentan la historia sobre Tenochtitlán.

De acuerdo a los directivos, las instalaciones garantizan seguridad, pues cuentan con una certificación ASTM. Los juegos provienen de países como Holanda y Estados Unidos.

¿Cuándo abre y cuál es su costo?

El parque abrirá sus puertas al público en general el 20 de marzo. El costo de la entrada es gratuito, tal como una feria tradicional, más bien el precio es por atracción. Se recarga una tarjeta para acceder a cada juego. Por ejemplo: la rueda $120, el vuelo de Cantoya $40, carrusel $60, astrolumpio $40 y montaña jurásica $100.

El precio más elevado es de $120 y los más económicos rondan entre los $20 y $40.

¿Vale la pena?

Nosotros, adultos mayores de 25 años, disfrutamos mucho la visita. Sin embargo, también había niñas y niños mayores de 9 años que se la estaban pasando genial, en el carrusel y en los juegos de destreza. Así que podemos asegurar que es el nuevo espacio familiar que se convertirá en el favorito de muchas familias. Aunque, si se toma el costo por familia, sí puede resultar poco accesible para asistir más de una vez cada 6 meses.

Lo bueno

Es un gran espacio para ir en familia. Niños y adultos encontrarán atracciones para divertirse.

Lo malo

Aún no están abiertas todas las atracciones, pero prometen estarlo en días próximos. Además no pudimos subirnos a un juego debido a que constantemente presentó fallas técnicas. Sumado a lo anterior, la atención en algunos juegos puede mejorar.

Los horarios de Aztlán estos primeros días serán de lunes a domingo de 10am-6pm, y puede que en días próximos el horario se amplie a las 11pm. Pasando Semana Santa, a partir del 8 de abril sólo se abrirá de martes a domingo 10am-6pm.

Recomendado. Lugares divertidos para ir con niños en CDMX.

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  • Tienda de sandwiches
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Freims Sándwiches Cuadriculados
Freims Sándwiches Cuadriculados

Para mí, el waffle va acompañado de una bola de helado, chocolate o quizá cajeta, pero ¡¿como la hogaza de un emparedado?!

Un restaurante pequeño en Orizaba es el único lugar en donde los waffles dejan de ser un postre belga y se convierten en el  pan de los originales sándwiches cuadriculados de Freims. 

La idea es la mejor y el sabor imperdible, pues la “cuadrícula” es crujiente y brinda una experiencia  diferente a los emparedados que conocemos y comemos normalmente.

El menú se divide en salados y dulces. Mi salado favorito fue el de roast beef. Por 128 pesos puedes comer un sándwich preparado con waffle de centeno, queso gouda, lechuga, berros, cebolla caramelizada al vino tinto y dos rebanadas de la carne que le brinda el nombre. Los aderezos son cosa aparte, pues dan el toque que hace que sean tan recomendables estos sándwiches. En este caso fue picosito, lo cual dio pie a pedir una cerveza artesanal para acompañarlo. Lástima que a pesar de que la carta contaba con nacionales muy buenas no tenían de ninguna el día que los visité.

También existen opciones menos carnívoras como ensaladas o el sándwich de portobello. Este último está formado por una cuadrícula integral, queso brie, hierbas finas, arúgula, lechuga, compota de higos y avellanas. Su aderezo es más dulzón, una alternativa que contrasta bien con el sabor amargo de la arúgula. Los sándwiches se sirven siempre acompañados con papas fritas y una guarnición de pepinos.

A Freims debes llegar con hambre, pues las porciones son generosas y seguro no te querrás perder los emparedados dulces. El de tiramisú, hecho con waffle de café, mascarpone, helado y cocoa, vale los 45 pesos que cuesta. Para acompañar el postre, quedan perfectas las opciones de café de especialidad con las que cuenta el menú. Un nuevo concepto que vale la pena probar.

  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Hace más de cien años, en la Roma, existía un café que se anunciaba como Café Europa, pero que era conocido por la comunidad literaria de la época como El Café de Nadie. Se dice que ahí, poetas como Manuel Maples Arce y Germán List Arzubide iniciaron con la corriente literaria Estridentista, que llamaba a los artistas e intelectuales del momento a dar cuenta de la transformación del mundo a través de las artes y el escándalo. Ahí, en el Café de Nadie, intelectuales y artistas se juntaban en tertulias llenas de café, tragos y cigarros.

Un siglo después después, y también en la Roma, otro Café de Nadie acaba de abrir sus puertas. Y el espacio se antoja para debatir y compartir junto con un café o un buen trago como lo hicieron aquellos poetas.

El Café de Nadie es un poco de muchas cosas. La columna vertebral de este proyecto es la música, curada por un grupo de djs que durante 10 años trabajaron en la selección de viniles que hoy funcionan como el eje sonoro del espacio. A veces, la música corre por cuenta de Café de Nadie, y en otras ocasiones tienen djs invitados.

También se rifan con la carta de alimentos. Todas las frutas y verduras provienen de Arca Tierra, una red en Xochimilco de productores agroecológicos que trabaja bajo un esquema de comercio justo. Por lo mismo, en el menú predominan las verduras y las opciones vegetarianas, como el tiradito de jícama o el aguachile de coco y sandía. Pero también tienen opciones carnívoras, como el sándwich de pollo, o, si prefieres lo del mar, el aguachile de camarón.

Pero, la mera verdad, si vas a Café de Nadie, lo imperdible es su carta de bebidas: vino francés, sake mexicano, una selección de fermentos como sidras y kombuchas —además de chela independiente e industrializada—, mezcales, cocteles de la casa y coctelería clásica.

Y hablando de coctelería clásica, lo que merece un estridentísimo poema de amor por su irreverencia y su anticonformismo, es el martini. Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que este es uno de los mejores —si no es que el mejor— martinis de la CDMX. ¿Se acuerdan de aquel slogan, “toca, juega y aprende”? Pues así es este trago, casi interactivo. Viene en una enfriadera, así, puedes ir sirviéndote en tu copa martinera sin preocuparte por apurar tu bebida para que no se caliente. Lo mejor es que lo acompañan con una variedad de encurtidos hechos en casa. Así, puedes ponerle a tu trago zanahorias, pepinillos, aceitunas, cáscara de naranja, o hasta romanesco, ese brócoli de fractales. Este trago es una muestra de hacia dónde van las tendencias restauranteras y de los bares: el comensal forma parte; ya no es solo el espectador.

Café de Nadie es un lugar perfecto para ir a la tertulia, tomarte un café o un trago y reflexionar sobre la actualidad. El nuevo e imprescindible refugio para el antojo y el corazón.

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  • Mezcalería
  • Cuauhtémoc
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

El Bósforo resalta entre las calles de esta zona como un lugar atípico. Pequeño en cuanto a espacio y con una decoración mínima (clávate en la lámpara que cuelga del techo y remite a los años 30), este lugar especializado en mezcales de distintas parte de la república (con más acento en Oaxaca), es perfecto para entrarle a la fiebre por esta bebida y probar un Espadín, mezcal consentido por los noctámbulos que asisten al lugar.

Inició como un lugar clandestino que poco a poco se ha popularizado, y si bien mantiene esa aura espontánea y relajada, hay que admitirlo, también es un poco pretenciosa. Si la cosa es platicar, aquí podrás ejercer ese arte, ya que la música se mantiene a un nivel respetable y te permite escuchar a tu acompañante mientras comparten unas quesadillas, especialidad de la casa, con hierba santa y servidas con una abundancia digna de calmar a tu troglodita interno.

El detalle en su decoración pareciera ser improvisado, dando un aire sencillo al recinto. Las velas –que dan la poca luz con la que cuenta el lugar– tienen como base una tasa blanca, la barra está hecha de cantera y las sillas son de herrería común y corriente. Al contrario, la afluencia es más extravagante y variada, dando la bienvenida desde al artista incomprendido hasta el empresario exitoso. Para relajarte, puedes optar el amplio tapanco, cuya alfombra sirve como asiento para sentarte en el suelo.

Puede que el cine en ruinas que se encuentra en frente guarde el secreto del encanto del Bósforo, tal vez sea su música clandestina que pocos reconocen, su clima de misterio o su recomendable botana de chile de árbol, cacahuates y ajos asados. Lo cierto es que, si buscas develar sus enigmas, deberás venir con una garganta preparada para disfrutar de un mezcal y con el oído despierto para tratar de adivinar qué canciones suenan, a lo largo de la noche.

  • Qué hacer
  • Condesa
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Escape Rooms
Escape Rooms

Con la cabeza cubierta me metieron, junto a tres amigos, a un cuarto oscuro lleno de aserrín. “Ponte de rodillas”, me dijo el game master, y colocó mi cuello dentro de una guillotina. Cuando abrí los ojos mis amigos estaban apresados en instrumentos de tortura. Escondidos por la mazmorra, había acertijos que debíamos resolver para abrir los candados que nos aprisionaban y así liberarnos en menos de 60 minutos o un fraile entraría a incendiar el lugar.

No fuimos transportados a la época de la Santa Inquisición, sino que entramos a Escape Rooms, un concepto inspirado en los cuartos de escape de Hungría, basados en el libro Flow, del escritor Mihály Csíkszentmihályi.

Alejandro Recio es el administrador de este lugar con tres cuartos temáticos: Santa Inquisición, en donde debes salir de un calabozo en el que eres prisionero en una jaula o una silla de clavos; Zombie Police Station, en el que estás detenido con tus amigos en una estación de policía justo cuando ocurre el apocalipsis zombie y necesitas escapar para evitar ser contaminado; y El tesoro de Moctezuma, en el que entras a una pirámide azteca para encontrar el tesoro del tlatoani.

Cada juego está diseñado para que se resuelva entre 25 y 60 minutos, si eres de los afortunados en terminarlo antes de la hora, podrás escribir tu nombre en los muros del lugar. En los juegos participan mínimo dos personas y máximo cinco, el precio varía dependiendo el grupo, si van dos cuesta $350 por persona, si van cinco $275.

La idea es que se fomente el trabajo en equipo y las cualidades de cada jugador, ya que se requiere de mucha lógica y destreza mental para resolver los acertijos. Si de plano no ves la luz al final del túnel, puedes pedir tres pistas a Uriel López, el gerente del lugar, quien te ayudará en caso de ser necesario.

Lo mejor es que reserves el cuarto de tu preferencia con anticipación, puedes hacerlo directo en sus oficinas, vía telefónica o en su página de internet.

Escape Rooms MéxicoEscape Rooms es un concepto de diversión inspirado en los cuartos de escape de Hungría, basados en el libro Flow, del escritor Mihály Csíkszentmihályi. También mira nuestra reseña: https://www.timeoutmexico.mx/ciudad-de-mexico/que-hacer/escape-rooms

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