Hipódromo de las Américas
Arena Coliseo
A diferencia de “la catedral”, este coso es tan pequeño que no hay turistas y los luchadores sí escuchan tus gritos (cuidado con lo que les digas, podrían ponerte en tu lugar). Las funciones típicamente son los domingos; la opción perfecta para cerrar el fin de semana.
No importa si ordenas quesadillas (con una enorme flor de calabaza, fresca y apetitosa) o unos huevos pochados con hoja santa, sus desayunos son de lo mejor que tiene esta ciudad. Para completar, una deliciosa galleta con chispas de chocolate y café. ¿Qué más puedes pedir?
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