Teatro de la Ciudad
Alejandra Carbajal
Alejandra Carbajal

Los 25 edificios más icónicos de la CDMX

Revisamos las joyas arquitectónicas de la CDMX que cuentan la historia de la ciudad y estas son las 25 más destacadas.

Mauricio Nava
Publicidad

Por donde mires, y te detengas más de un minuto a admirar construcciones capitalinas, encuentras historia. La belleza de esta ciudad se aprecia en cada esquina. Los edificios cuentan el legado de nuestros ancestros, conviven con el art decó y la modernidad, apuntando a un futuro cosmopolita de rascacielos, todo en perfecta armonía. La riqueza estructural, estética y funcional en la arquitectura nacional eleva muchos de los recintos citadinos al preciado título de Patrimonio de la Humanidad. A propósito del mes del arquitecto, el diseño y las ciudades, repasamos las 25 obras arquitectónicas más emblemáticas de la capital, ya sea por su majestuosidad, legado o pasado histórico.

  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc
Templo Mayor, museo y zona arqueológica
Templo Mayor, museo y zona arqueológica

Majestuoso desde el nombre, el Templo Mayor resguarda lo más preciado de nuestra historia. Los vestigios de este centro ceremonial dan cuenta del linaje de todos los mexicanos y de la vasta cosmogonía que hasta hoy prevalece.

Para que no quepa la duda, en cada pieza arqueológica hay información al respecto, tanto en español como en inglés. No es necesaria la ayuda de una guía, el recorrido es muy concreto y bien trazado.

Es interesante la fusión que se hace entre las ruinas y los sonidos del exterior. Los tambores y los cascabeles ambientan la explanada de Tláloc y Huitzilopochtli con gran armonía.

La aventura continúa en las instalaciones techadas, donde se encuentran esculturas y ofrendas originales de la época prehispánica, además de escenificaciones de la forma de vida de los pobladores, a lo largo de nueve salas.

Te recomendamos disfrutar del museo y respetar las normas, sobre todo con las cámaras fotográficas, pues los flashes están prohibidos debido a que deterioran los materiales exhibidos. Por último, échale un ojo a la leyenda del dios de la guerra y busca a Coyolxauhqui.

  • Qué hacer
  • Tlatelolco
Zona Arqueológica de Tlatelolco
Zona Arqueológica de Tlatelolco

La Plaza de las Tres Culturas es un espacio donde se perciben las tres importantes etapas de la historia de México a través de la arquitectura: prehispánica, colonial y contemporánea. La primera es representada por las ruinas de Tlatelolco —el centro comercial más importante del México prehispánico—, un sitio que ofrece a sus visitantes la posibilidad de admirar más de 60 estructuras, entre altares, plataformas y templos.

Asimismo cuenta con un pequeño museo que exhibe piezas de uso cotidiano y ceremonial, así como una explicación sobre sus campañas militares, el comercio y su relación con pueblos como el de Tenochtitlán. Al recorrerlo pueden verse numerosos textos explicativos que sigue un orden muy específico de principio a fin. Probablemente uno de los vestigios más llamativos es la vista de los enamorados: los restos óseos de dos personas que murieron abrazadas.

Publicidad
  • Qué hacer
  • Zona Metropolitana
Parque Nacional Cerro de la Estrella
Parque Nacional Cerro de la Estrella

El Parque Nacional Cerro de la Estrella es literalmente el corazón de Iztapalapa, y no sólo por su ubicación, sino por la importancia que tiene esta reserva natural para la Ciudad de México.

Esta área verde cuenta con 143 hectáreas y tiene una altura de de 224 metros. Durante la Colonia existió la Hacienda la Estrella, por la cual recibió el nombre con el que conocemos al cerro.

El cerro cuenta con una importancia historica relevante ya que durante el México Prehispánico era el lugar en el que se celebraba la ceremonia del Fuego Nuevo, un ritual mexica con el que se buscaba un equilibrio. Actualmente, en la cima, se pueden visitar los restos del altar en el que se llevaba a cabo el ritual. Para conocer más sobre esto, en el mismo cerro de encuenta el Museo del Fuego Nuevo, el cual se enfoca especificamente a las actividades mexicas que se realizaban en la zona.

Con la llegada de los españoles y la mezcla de culturas, la ciudad se volvió cristiana. Por esto, en 1843 se llevó a cabo la primera representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa, durante Semana Santa, siendo el Cerro de la Estrella el lugar donde se lleva la crucifixión de Cristo. Este festejo cumplió, en 2016, 173 años.
 
Al ser un Parque Nacional cuenta con espacios verdes, que se han convertido en los favoritos de los corredores por su inclinación y vista. Además cuentan con juegos para niños, zona de ejercicios y miradores con bancas en los cuales puedes pasar horas admirando la ciudad, claro, sólo si no te toca un día nublado.

4. Pirámide de Ehécatl

Todo habitante de la ciudad que use el transporte público se ha preguntado “¿qué es eso?”, cuando ve la iconografía de la estación Pino Suárez del Metro de la CDMX. La respuesta es por muchos conocida, pero no por todos presenciada: se trata del Adoratorio de Ehecatl, un vestigio que fue hallado mientras construían las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo. Por su ubicación, en plena zona de transborde de la línea uno y dos, esta construcción es vista cada año por 54 millones de personas, cifra 21 veces más alta que el sitio de Teotihuacán —con 2.5 millones de visitantes anuales—, según reporta el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

https://media.timeout.com/images/105911753/image.jpg
Gil Camargo
Editor, Time Out Mexico City
Publicidad
  • Arte
  • Peña Pobre

Al sur de la ciudad se encuentra la pequeña ciudad de Cuicuilco, un legado más de nuestro pasado prehispánico. Se cree que el lugar fue un centro cívico y religioso abandonado por la erupción del volcán Xitle en el año 200 a.C.

A pesar de que la lava arrasó con el centro ceremonial, se han mantenido algunos vestigios que dan cuenta de quiénes pudieron habitar la región. Se atribuye como una zona relacionada con la cultura olmeca, por el tipo de agricultura y la organización de sus edificios.

La zona arqueológica abrió sus puertas al público en 1970. Actualmente el museo se integra de una semipirámide, ocho edificios y una sala de exposición donde se exhiben algunas esculturas de ídolos, planos y maquetas de la ciudad, piezas como cráneos deformes y herramientas como lanzas y piedras.

Si no tienes tiempo para viajar hasta Teotihuacán, el “lugar donde se hacen cantos y danzas” es una gran opción para recibir energía en los equinoccios y solsticios. Es perfecto para ir con la familia debido a sus áreas verdes.

  • Qué hacer
  • Cuauhtémoc
Catedral Metropolitana
Catedral Metropolitana

Resuenan las campanas del templo ubicado en el ombligo de la ciudad, todas menos una. De las 40 piezas de metal que habitan el campanario hay una que siempre está callada, le llaman la “castigada” porque ocasionó la muerte de un campanero hace un siglo. La Catedral Metropolitana guarda desde hace más de 200 años una gran cantidad de historias, algunas fantasiosas y otras reales, pero ocupa un lugar en libros de historia y en la memoria colectiva de los habitantes de la ciudad.

El recinto comenzó a construirse en 1570, Claudio de Arciniega diseñó el proyecto inicial; sin embargo, una veintena de arquitectos se encargaron de la obra, hasta que el proyecto llegó a manos de Manuel Tolsá, quien finalizó el coloso en 1813.

El edificio, integrado por 16 capillas, es una síntesis del arte colonial y novohispano, la obra es un majestuoso catálogo de corrientes estilísticas. El barroco está presente en los altares De los Reyes y Del Perdón; encontramos rastros de neoclásico en la bella linternilla de la cúpula y los acabados balaustrados, toque personal de Tolsá. El estilo herreriano (caracterizado por la rigurosa geometría en sus elementos y por la carencia de decoración) se hace presente en la Sala Capitular, la sacristía y en la fachada del templo, diseñada por José Damián Ortiz de Castro, notable dado lo escaso de este tipo de estilo en México y Latinoamérica.

La Catedral aloja reliquias y joyas invaluables. El padre José de Jesús Aguilar, quien fungió como sacristán mayor del recinto, destaca algunas con gran valor histórico, como el trono de Agustín de Iturbide y los restos de José Vasconcelos. En la capilla de Nuestra Señora de las Angustias de Granada se encuentra la pila de bautismo de San Felipe de Jesús, considerado el primer santo mexicano. La Capilla de las Reliquias resguarda lienzos cuyo tema principal es la pasión de Cristo, resalta la Virgen de Guadalupe, de José Ibarra. Otra joya es la colección de textiles japoneses de la sacristía, compilada en el libro Hilos del cielo: las vestiduras litúrgicas de la Catedral Metropolitana de México.

Las imágenes más visitadas son el Cristo del Veneno y el Señor del Cacao, llamado así porque en época colonial la gente lo ofrendaba con este grano. También la imagen del Niño Cautivo, de la capilla de Nuestra señora de la Antigua, es considerado el patrono de los secuestrados. Su historia se remonta a 1620, cuando Francisco Sandoval Zapata fue raptado por unos piratas, los bandidos solicitaron un rescate que tardó más de siete años en llegar, para ese entonces Sandoval Zapata había muerto, pero los piratas entregaron la estatua a su familia.

Las criptas se localizan debajo del Altar de los Reyes, la cripta principal alberga los restos de los arzobispos titulares de la arquidiócesis, desde Fray Juan de Zumárraga hasta el cardenal Ernesto Corripio y Ahumada. La puerta de esta cripta fue realizada en bronce por el arquitecto Ernesto Gómez Gallardo y es una de las aportaciones arquitectónicas del siglo XX.

El edificio ha sobrevivido algunos incidentes al paso del tiempo, el más grave sucedió en 1967, un incendio en el Altar del Perdón que dañó el coro y las pinturas de la cúpula. Entre 2000 y 2004 se trabajó en corregir el hundimiento que estuvo a punto de partir en dos al edificio; la obra estuvo a cargo de Sergio Zaldívar y Xavier Cortés Rocha. Consistió en mover toneladas de construcción (el peso total del edificio es de 127 mil toneladas) para nivelar el terreno y provocar un hundimiento equilibrado. Esta labor titánica ha hecho que los encargados de la Torre de Pisa pidan ayuda a los arquitectos mexicanos.

Actualmente, la Catedral ofrece recorridos dirigidos para turistas y, en determinadas épocas del año, es escenario de representaciones teatrales y conciertos de órgano barroco y coro. El órgano de la epístola, único en su género, fue diseñado por José Nasarre y data de la época colonial, posee aproximadamente tres mil flautas y es uno de los más grandes del mundo, actualmente se encuentra en restauración. Los dos primeros días de noviembre organizan visitas guiadas a las catacumbas.

Publicidad
  • Hoteles
  • Hoteles residenciales
  • Cuauhtémoc
Gran Hotel de la Ciudad de México
Gran Hotel de la Ciudad de México

Si tuviera que resumir la pax porfiriana en un edificio, no escogería Bellas Artes ni el Castillo de Chapultepec, sino esta discreta joya enclavada a unos metros del Zócalo. Sería injusto destacar un aspecto de toda su belleza: su espectacular domo vitral importado de Francia, la voluptuosa herrería que recubre su elevador o sus balcones ondulados.

El Gran Hotel, su nombre corto y de cariño, fue construido entre 1896 y 1897 por arquitectos mexicanos al estilo de los grandes almacenes franceses.

De hecho, fue un almacén hasta los sesenta, pero el domo, la guinda en el pastel, no fue colocado sino hasta 1908, obra del artista Jean-Jacques Grüber.

Entre otros detalles distintivos del art nouveau en este edificio se encuentran letras “C” y “M” (las iniciales de la ciudad) sobrepuestas varias veces a lo largo del barandal, además de dos jaulas para aves a los costados de la entrada principal.

La remodelación de 16 de Septiembre, culminada a principios de 2014, le hizo justicia a esta maravilla arquitectónica. El acento peatonal de esta vialidad pone al hotel como destino final de una simple caminata.

Mi recomendación: subir a la terraza en domingo a desayunar.

8. Casa de los Azulejos

De los edificios más fotografiados del Centro, en su interior resguarda Omnisciencia, de José Clemente Orozco, mural que abarca la pared de las escaleras principales. Su construcción inició en el siglo XVI. Dos casas separadas por un callejón ahora son el edificio que conocemos. En 1737 la fachada estilo mudéjar fue revestida con azulejos de talavera poblana. El recinto es notable vestigio novohispano.

https://media.timeout.com/images/105817089/image.jpg
Mauricio Nava
Director Editorial, Time Out Mexico City
Publicidad
  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc
Museo Antiguo Colegio de San Ildefonso
Museo Antiguo Colegio de San Ildefonso

Siempre fue un colegio. Cuando era nuevo y no antiguo, fueron los jesuitas quienes desde su fundación en 1588, impartieron ahí las clases. Apenas 30 años más tarde, en 1618, el Rey Felipe III de España le agregó el adjetivo que aún hoy y año con año va conrando más sentido, lo llamó: el Real y Más Antiguo Colegio de San Ildefonso. Y pasaron siglos y el edificio se hizo cuartel de tropas, nuevamente colegio, nuevamente cuartel… hasta que en 1867, el gobierno de Benito Juárez lo estableció como la Escuela Nacional Preparatoria, y siguió siéndolo hasta 1978, que cerró. Se reabrió como espacio cultural en 1992 y a partir de ese momento ha albergado algunas de las exposiciones temporales más memorables que ha presenciado la ciudad.

Dentro del recinto se encuentran diversos murales de artistas como Jean Charlot, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y “La Creación”, el primer mural de Diego Rivera. Además, en este espacio se ha expuesto arte virreinal, moderno y contemporáneo. Entre sus exposiciones recientes resaltan la de las esculturas hiperrealistas gigantes de Ron Mueck, el pensamiento de José Saramago, la obra fascinante de Antony Garmley o las pinturas de Marilyn Manson, entre muchos otros.

Las exposiciones suelen complementarse con talleres y conferencias. Además ofertan actividades en horarios nocturnos, para que los chambeadores no nos quedemos con las ganas de asistir.

Como extra, es uno de los pocos museos que cuenta con un restaurante en forma y no un deli. Les recomendamos tomarse un café con vista a uno de los hermosos patios. Es un ambiente tranquilo que te lleva lejos del caos de la ciudad.

  • Qué hacer
  • Cuauhtémoc

Estos 90 metros de fachada neoclásica constituyen una de las construcciones arquitectónicas más distintivas del país. Se construyó para formar especialistas en la explotación de minas. Durante la revolución funcionó como cuartel y ahora es un recinto donde se realizan actividades culturales.

A pesar de su poca experiencia como arquitecto proyectista, el valenciano Manuel Tolsá logró construir un monumental palacio en el que no sólo las fachadas son un atractivo visual. El interior se distingue por el patio principal, las escaleras imperiales al fondo y la Antigua Capilla de la Virgen de Guadalupe, donde Maximiliano de Habsburgo se hospedaríade no haber escogido el Castillo de Chapultepec. 

Forma parte del patrimonio artístico y cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México y se encuentra bajo el resguardo de la Facultad de Ingeniería, y es la sede de la Feria Internacional del Libro.

Publicidad
  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc

Para hablar del Palacio de Bellas Artes debemos trasladarnos al siglo XIX. En ese entonces, el Teatro Nacional fue remodelado con motivo del crecimiento cultural de la Ciudad de México, y ligado a los festejos del centenario de la Independencia de México se construyó un palacio de mármol que ahora es uno de los 50 lugares que debes visitar al menos una vez en la CDMX.

Su historia
Recordemos que el entonces presidente de México, el general Porfirio Díaz, tenía cierto interés por afrancesar la Ciudad de México y la construcción del Palacio de Bellas Artes no libró esta tendencia. Lo curioso de este punto, es que Díaz recurrió a un arquitecto italiano para conseguirlo: Adamo Boari. Como parte de la técnica que estaba de moda, el art nouveau (arte nuevo), Boari utilizó acero y concreto en la construcción del esqueleto, para posteriormente revestirlo con mármol.

Se tenía contemplado un máximo de cuatro años para la construcción, pero debido a que el terreno se comenzó a hundir se retrasó la obra. Posteriormente, en 1910, hubo otro motivo para detener los planes: el estallido de la Revolución mexicana, que hizo que el proyecto se parara indefinidamente. En 1928 se retomaron las obras con Fernando Mariscal como arquitecto, quien sustituyó el estilo art nouveau por el art déco, con la implementación de materiales como el ónix y el mármol. 

En 1932, el entonces secretario de hacienda Alberto J. Pani impulsó la idea para que fuera terminado por completo y así se transformara en un foro dedicado a las artes escénicas y plásticas en la Ciudad de México. Fue a partir de ese momento que el Teatro Nacional tomó el nombre de Palacio de Bellas Artes.

Como dato curioso, las esculturas colocadas en la plaza que se encuentra frente al recinto, diseñadas por el catalán Agustín Querol, originalmente fueron colocadas sobre el cubo de la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Cuando la obra fue suspendida, estas representaciones de Pegaso volaron a Palacio Nacional, entre 1921 y 1928. Después, cuando Ignacio Mariscal fue el responsable de concluir el proyecto, detectaron un error de diseño que impidió que las colocaran nuevamente en su lugar original, así que se quedaron afuera.

Más allá de los murales de Diego Rivera
El Palacio de Bellas Artes es famoso no solo por su bella arquitectura, sino por su acervo: alberga 17 murales de artistas nacionales que se elaboraron entre 1928 y 1963. Entre los murales se encuentran El hombre controlador del universo (1934) y Carnaval de la vida mexicana (1936) de Diego Rivera; La Katharsis (1934) de José Clemente Orozco; La nueva democracia (1944) y Tormento de Cuauhtémoc (1951) de David Alfaro Siqueiros; La piedad en el desierto (1942) de Manuel Rodríguez Lozano y otros tantos.

Todas las obras de arte arriba mencionadas son de gran valor histórico. Y también son motivo suficiente para que todo visitante y habitante de la Ciudad de México que desee conocer más acerca de los muralistas de nuestro país, debe considerar al menos una visita al Palacio de Bellas Artes.

Por si el legado de los muralistas no fuera suficiente, el palacio de mármol también alberga al Museo del Palacio de Bellas Artes, del INBAL (antes INBA). Este museo ha permitido que veamos en la Ciudad de México exposiciones como: El París de Toulouse-Lautrec, El París de Modigliani y sus contemporáneos, la controversial Emiliano Zapata después de Zapata, Louise Bourgeois: petite maman y Rojo mexicano: la grana cochinilla.

Y como buen espacio dedicado a las bellas artes, no podían faltar las áreas dedicadas al teatro, la danza y la ópera. Por eso, este palacio cuenta con tres salas; Manuel M. Ponce, Sala Adamo Aboari y la principal, siendo este último teatro el lugar por excelencia para disfrutar de óperas, música de cámara y obras de teatro.

De esta forma, el edificio —con su cortina de cristales diseñada por la casa Tiffany— se ha convertido en una de las mejores sedes para ver el trabajo de grupos de ballet como la Compañía Nacional de Danza y el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández.

Ya sea para apreciar solo por fuera los primeros trazos de Adamo Boari, entrar para recorrer sus pasillos, disfrutar de las exposiciones que alberga en su museo o gozar grandes espectáculos en su sala principal, este edificio de la Ciudad de México es realmente lo que sugiere su nombre: un palacio —bellísimo— para las bellas artes.

Recomendado: 45 museos imperdibles en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc

Es uno de los edificios más bellos que tenemos en la ciudad, obra del arquitecto italiano Adamo Boari. Se terminó de construir en 1907 por encargo de Porfirio Díaz. Combina varios estilos: renacentista italiano, gótico o plateresco español. Sorprende mucho por los detalles en su diseño. Las herrerías, por ejemplo, fueron traídas desde Italia, y la cantera es de Chiluca, muy elaborada y con mucho detalle, con gárgolas y un estilo muy bonito. Al entrar al edificio es importante ver todos los detalles, desde los elevadores, las rejillas del aire acondicionado o las rejas del mostrador –donde te atienden para enviar una carta– y hasta la letra de las señalizaciones del espacio.

Publicidad
  • Circos
  • Cuauhtémoc
Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

En la calle Donceles del Centro Histórico emerge un edificio majestuoso desde hace 100 años que lleva el nombre de “la reina de la opereta”, Esperanza Iris (1884-1962). En 1918, sí pese a la Revolución mexicana, se creó este recinto para permanecer como uno de los más importantes del país hasta nuestros días.

Su arquitectura está Inspirada en templos griegos y romanos neoclásicos (columnas jónicas, pilastras). También cuenta con bustos de Giuseppe Verdi, Georges Bizet, Franz Lehar, Jacques Offenbach y Esperanza Iris. En sus primeros años, este lugar se convirtió en la antesala de grandes artistas que debutaban aquí incluso antes que en Nueva York y Latinoamérica, como Enrico Caruso, María Conesa y Giacomo Rimini.

Actualmente resguarda a la Coordinación del Sistema de Teatros de la Ciudad de México y ha sido sede de numerosos festivales como el Festival del Centro Histórico y el Festival Internacional Cervantino, así como de premiaciones, entre ellas los Premios Metropolitanos, los premios de la Asociación de Críticos y Periodistas Teatrales y los Premios Fénix.

Se trata de un recinto vigente que representa una parada obligada para exponentes nacionales e internacionales de disciplinas como el teatro, la danza, la música y el cine. Han llenado las 1,344 butacas del teatro artistas como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, Mario Benedetti, Daniele Finzi Pasca y Michael Nyman.

14. Edificio La Nacional

El primer rascacielos de la ciudad y emblemático del patrimonio arquitectónico moderno, llegó al Centro para demostrar que ese tipo de construcciones sí podían convivir con fachadas coloniales. Cuando el inmueble se construyó, el país se estaba modernizando, y eso se notó en: mejor tecnología de construcción que permitió levantar 13 pisos en zona sísmica. Está hecho con hierro regiomontano y recubrimiento de concreto.

Av. Juárez 4, Centro Histórico. Metro Bellas Artes.

Publicidad

15. Castillo de Chapultepec

Su construcción inició en 1785, durante el gobierno del virrey Bernardo de Gálvez. Originalmente se planeó como casa de descanso, pero terminó usándose como colegio militar, residencia imperial y también como escenario de batallas. Tras el decreto de Lázaro Cárdenas, el lugar se convirtió en el Museo Nacional de Historia, resguarda pinturas de artistas como Juan O’Gorman y Siqueiros.

Bosque de Chapultepec 1 Sección. Miguel Hidalgo. Metro Auditorio. Mar-dom 9-5pm.

https://media.timeout.com/images/105809185/image.jpg
Andrea Vázquez
Editora de Comer, Cafés y Vida nocturna

16. Ciudad Universitaria

Durante los 40, la modernidad y el desarrollo del país eran incontrolables, así se materializó el centro arquitectónico, académico y cultural más importante del país: la UNAM. En 1952, Ciudad Universitaria fue inaugurada por el presidente Miguel Alemán y en 2007 fue declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. C.U es referente arquitectónico del siglo XX en México; museos, áreas verdes, expresiones artísticas, todas conviven en armonía. 

Universidad 3000, Circuito Exterior. Coyoacán. Metro Universidad, Metrobús C.U.

Publicidad

17. Conjunto Urbano Tlatelolco

La Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco fue uno de los grandes proyectos de la arquitectura moderna, diseñado por Mario Pani. Se construyó entre 1961 y 1967, con 12 mil departamentos. Su nombre lo recibe por la unión de tres momentos históricos: el prehispánico (ruinas mexicas), el colonial (Iglesia de Santiago Tlatelolco) y el contemporáneo (Torre de Tlatelolco).

18. WTC Ciudad de México

El sexto edificio más alto de la CDMX (antes conocido como Hotel de México) es un rascacielos de 207 metros de alto y 50 pisos. Su construcción comenzó en 1966 y el proyecto estuvo a cargo de Guillermo Rossell de la Lama. Actualmente alberga un centro de convenciones, un centro cultural, un salón de conciertos, un mirador  y el restaurante giratorio más grande del mundo. 

 

Montecito 38, Nápoles. Metrobús Poliforum.

Publicidad
  • Museos y centros culturales
  • Nápoles

Los murales que alberga el Polyforum Siqueiros cuentan gran parte de su historia como espacio social, cultural y político. Funciona para realizar conciertos, obras de teatro, conferencias, muestras de cine y más expresiones culturales.

Este edificio multifuncional comenzó a construirse en 1966 y fue inaugurado en 1971, bajo el diseño de Manuel Suaréz y Suárez, y por el muralista David Alfaro Siquieros, a quién debe su nombre.

Dentro de las instalaciones del edificio se destacan:

El Foro Universal
Aquí se encuentra el mural más grande del mundo La marcha de la humanidad. Realizado por el artista David Alfaro Siqueiros,  se distingue por su magnanimidad: en conjunto con los 12 murales suman 8,700m2.

Dividido en cuatro zonas temáticas: La marcha de la humanidad hacia la revolución democrática burguesa, La marcha de la humanidad hacia la revolución del futuro, Paz, cultura y armonía y Ciencia y tecnología, hablan de la metáfora del hombre y la mujer en busca de una mejor sociedad para todos.

Este foro es en sí una obra de arte que revive los fines de semana una experiencia a través de un espectáculo de luz y sonido.

Doce murales exteriores
Consiste en un dodecaedro conocido también como el “Diamante” o la “Estrella”. Las piezas complementadas en altorrelieve son El liderato, El árbol seco, El árbol renacido, El circo, Alto a la agresión, Moisés rompe las tablas de la ley, El cristo líder, La danza, La huida, Invierno y verano, El mestizaje, La música y El átomo.

Barda mural
Esta barda conmemora el cincuentenario del Movimiento Muralista Mexicano (1921-1971), en ella están los retratos de Diego Rivera, José Clemente Orozco, José Guadalupe Posada, Leopoldo Méndez y Gerardo Murillo “Dr. Atl”. En medio de los retratos de Orozco y Posada pende una escultura realizada por Armando Ortega. Para Siqueiros representa a un ser carbonizado que simboliza el renacer del hombre a pesar de todas sus muertes.

Otros espacios son la tienda, el teatro y las oficinas administrativas, pues rentan este espacio para eventos privados.

  • Lugares de interés
  • Torres y miradores
  • Cuauhtémoc

Aquí estaba el zoológico de Moctezuma. Luego fue convento y más tarde edificio de oficinas. Mucho podemos decir de este rascacielos y sus pilotes que lo hacen inmune a sismos, pero dejaremos que hable por sí mismo: basta subir a su mirador, pues el costo incluye la entrada a su museo, donde, además de la historia e imágenes de su edificación, existe un interesante registro de otros inmuebles emblemáticos de la zona –de Bellas Artes al Monumento a la Revolución– y un apartado sobre el sismo de 1985 (con todo y grabación de Jacobo Zabludovsky).

Publicidad
  • Cine
  • Xoco

La Cineteca Nacional de México guarda historia en todo sentido, empezando por su programación. Su cartelera incluye las tradicionales Muestra Internacional de Cine y el Foro Internacional; además de decenas de festivales y programas especiales que alberga cada año, como la Semana de Cine Alemán, el festival de cine de horror Macabro y los documentales de DocsMX (el Festival Internacional de Cine de la Ciudad de México), por mencionar algunos ejemplos. 

Además de su amplia y muy buen curada selección de películas, la Cineteca Nacional es toda una caja de anécdotas que vale la pena mencionar. Desde su apertura, en 1974, con la proyección de El compadre Mendoza (1933), de Fernando de Fuentes. Después, el trágico incendio de 1982, que terminó con más de seis mil negativos y sus instalaciones de ese entonces, en los Estudios Churubusco, a un costado del Centro Nacional de las Artes. Le siguió su reinstalación en la colonia Xoco (1984), muy cerca de Coyoacán, sobre la avenida México Coyoacán —también puedes entrar por la calle de Mayorazgo.

El momento histórico más reciente de la cineteca, fue la remodelación que vivió como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México.

La "manita de gato" de la Cineteca Nacional incluyó la rehabilitación de las salas viejas –con todo y su icónica "explanada del cubo"— y la construcción de nuevos espacios de exhibición. Incluso el viejo estacionamiento tuvo una gran evolución: dio oportunidad a cuatro salas de cine más y al Foro al aire libre Gabriel Figueroa. Esto sin considerar librerías y cafeterías.

Las cuatro salas de cine a las que se agregaron a la cineteca con la remodelación son: Sala 7 Alejandro Galindo, Sala 8 Ismael Rodríguez, Sala 9 Juan Bustillo Oro y Sala 10 Emilio Fernández. Ver películas ahí es un verdadero deleite, pues están muy bien equipadas. 

Pero en la cineteca no solo hay espacio para disfrutar de películas hechas en México o en otros países, que difícilmente verías en Cinépolis. Además cuenta con una galería abierta —colocada en las rejas de su exterior— y una cerrada. Esta última se llama La Galería y se inauguró en 2018. Desde entonces ha albergado a exposiciones sobre cineastas que son toda una referencia, como Stanley Kubrick, Alfred Hitchcock y Luis Buñuel; también de casas productoras como Gaumont y Disney/Pixar. 

Cabe destacar que a partir de la rehabilitación, la Cineteca Nacional incrementó su aforo.  Ejemplo de esto es que, en 2014, recibieron un millón 90 mil 401 visitantes. Este número fue histórico en su momento y prácticamente cada año rompe un nuevo récord de visitantes. 

Y es que, gracias a la habilitación de nuevos espacios, no solo vamos a la Cineteca Nacional a ver películas de ficción y documental. La posibilidad de recorrer una exposición, que de alguna u otra forma se vincula al cine, es un gran pretexto para visitarla. Si a esto le sumamos que además nos invita a pasar un rato agradable en restaurantes como La Chicha o cafeterías como 8 1/2 (en honor a Fellini, claro está), la cineteca se ha convertido en un paraíso para los amantes del cine mexicano y de cualquier otra latitud.

Este aire de modernismo, obra del “stararquitect” mexicano Michel Rojkind, y la aplicación de nuevos recursos tecnológicos hacen de la Cineteca Nacional el recinto cinematográfico más vanguardista y completo de México y también de toda Latinoamérica. Así que en tu siguiente visita a Coyoacán, date una vuelta por este hito mexicano.

  • Hoteles
  • Tabacalera

El Reforma 27 admite mascotas y se encuentra en Ciudad de México, a 400 metros del mercado de La Ciudadela y a 1 km del Museo de Bellas Artes. El Reforma 27 ofrece vistas a la ciudad y queda a 1,3 km del mercado de San Juan. Tiene aparcamiento privado gratuito.

La cocina está equipada con horno, nevera y fogones. El baño privado cuenta con artículos de aseo gratuitos y secador de pelo. Este apartamento cuenta con toallas y ropa de cama. En el Reforma 27 hay un centro de spa. El apartamento cuenta con conexión WiFi gratuita en todas las zonas.

El Reforma 27 se sitúa a 1,7 km de la embajada de los Estados Unidos, a 1,8 km de la Zona Rosa y a 7 km del aeropuerto Benito Juárez.

Publicidad

23. Torre Arcos Bosques

¿El Pantalón? Como quiera que le llames, esta torre fue el primer edificio inteligente en América Latina. Los arquitectos a cargo fueron Teodoro González de León, Francisco Serrano y Carlos Tejada.  La construcción de esta torre se llevó a cabo de 1993 a 1996, pero la historia del proyecto comenzó en 1980, cuando el Gobierno del D.F. dio permiso para evitar que varios propietarios construyeran cada uno su edificio, ofreciendo una solución integral de oficinas. 

Paseo de los Tamarindos 400, Bosques de las Lomas. Lun-vie 9-9pm.

24. Torre Mayor

Construida por las firmas canadienses Reichmann International y Zeidler Partnership Architects, fue el más alto de toda Latinoamérica hasta 2010. La Torre Mayor representa vanguardia: es uno de los edificios con mayor tolerancia sísmica. Además, su innovación arquitectónica explota la ubicación del edificio para relacionarlo con el contexto urbano, remetiendo la calle por entre la torre. 

Av. Paseo de la Reforma 505, Cuauhtémoc. 55 5283 9000. Metro Chapultepec, Metro Sevilla. Lun-sáb 8-10pm.

Publicidad

25. Chapultepec Uno

Ubicado sobre Reforma, Chapultepec Uno tiene una vista increíble a Polanco y Lomas, pero la más bonita es la que da al Castillo de Chapultepec. Cuenta con varios pisos de oficinas (con ventilación natural para reducir el riesgo de contagios por covid-19) y, en los últimos niveles, alberga al primer hotel Ritz-Carlton de la CDMX: hay algunos pisos que funcionan como residencias.

Paseo de la Reforma 509, Cuauhtémoc. 5530983407. Metrobús Chapultepec.

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad