Pasteles, pizza, mariscos y galletas... con cannabis. Si ya estás al tanto de estos 10 beneficios de la legalización de la marihuana para México y quieres explorar más sobre el tema, te damos un inicio muy versátil: la comida.
La gastronomía cannábica ya forma parte de los proyectos de cannabis en la CDMX que debes conocer, cuyo objetivo es explorar las propiedades del THC con ingredientes cotidianos y crear nuevas experiencias al gusto culinario. ¿Te animas?
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El camino hacia la legalización de la marihuana en México comenzó como una pequeña lancha en medio de un océano: su navegación era lenta, sinuosa y con pocos tripulantes. Sin embargo, hoy su estructura es más amplia y con más navegantes, quienes se han enfrentado a las mareas bravas de los estigmas que persisten sobre la planta.
Hace poco esa embarcación a favor de la regulación y compuesta por ciudadanos, activistas, académicos y políticos, divisó un oasis en noviembre de 2018 cuando la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, envió una iniciativa para crear la Ley General para la Regulación y el Control del Cannabis. En resumidas cuentas, esto consiste en un uso comercial, terapéutico, paliativo, científico, así como adulto y de autoconsumo de la marihuana. No obstante, la legalización del cannabis tiene un antecedente desde 2017 cuando se aprobó el uso medicinal en la Cámara de Diputados.
Pero, para navegar hasta ahí, no fue un trayecto nada sencillo. Después de casi un siglo de prohibición que derivó en violencia y detenciones ilegales como parte de la guerra contra las drogas, algunos colectivos emprendieron la batalla legal con el objetivo de hacer conciencia entre los ciudadanos.
¿Cuáles son las razones de esta tripulación cannábica? Hablamos con diferentes personas que van a bordo y no han decidido disminuir la velocidad, al contrario, van viento en popa. Una de ellas, considerada gurú en este tema, es la especialista Zara Snapp, quien afirma tajante: “No se debe estigmatizar al usuario”.
También los padres de Grace Elizalde, los primeros en lograr amparo debido a que su hija sufría cientos de crisis epilépticas, las cuales hoy son contadas con los dedos de una mano. “Se aprobó la ley en 2017 y todavía no tenemos una regulación al respecto, pero ha avanzado el tema”, confiesa Raúl Elizalde.
“Queremos regulación por la paz”, apunta Margarita Garfias, cofundadora del colectivo Mamá Cultiva México, un conjunto de madres que transmiten los conocimientos del autocultivo con fines medicinales. Todos ellos han dado una pelea en diferentes vertientes y aunque delante van más de una decena de países muy avanzados en su camino, México está buscando su propio modelo, cuyos pasos los acercan cada vez más.
Zara Snapp, Regulación por la Paz
Foto: Alejandra Carbajal / Time Out México
Si hay una persona que sabe lo que es navegar contra viento y marea hacia la legalización de la marihuana es Zara Snapp. Aunque ella trabaja en colectivos, es reconocida públicamente como una líder que lleva el timón de ese barco verde desde hace ya varios años, sobre todo por la batalla constante de llevar el tema a recintos legislativos y discusiones públicas.
A Snapp, quien es maestra en políticas públicas por la Universidad de Harvard, le tocó zarpar hacia esta batalla desde la investigación y abordar el tema a través de la justicia social, por ejemplo, en las políticas de drogas en el Instituto RIA. De hecho, ella obtuvo un amparo para cultivo de semillas y consumo en julio de 2015.
“No se ha permitido un desarrollo más integral de la cannabis”, comenta a propósito de los obstáculos que existen actualmente por parte de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios. A pesar del largo camino recorrido junto a sus colegas, se muestra entusiasta frente a los nuevos avances y, sobre todo, con la iniciativa para la regulación y control de la marihuana.
De acuerdo con la activista, quien integra el colectivo Regulación por la Paz, transitar de lo ilegal a lo legal requiere que se “construyan criterios de equidad” para que se beneficien a los productores, reeducar con el fin de evitar los estigmas hacia la marihuana y reparar el daño causado a usuarios como consecuencia de la prohibición.
Para Snapp, no solo se trata del consumo, sino de acabar con los demonios creados por la guerra contra las drogas y la criminalización de los consumidores: “No solo es el asunto del uso adulto de la marihuana, sino terminar con los estigmas de la guerra contra las drogas y construir la paz”. Desde los colectivos que integra ahora promueven cursos intensivos con el objetivo de informar; el próximo de ellos será La industria emergente de la cannabis en México, del 20 al 24 de mayo, en el Instituto RIA.
Raúl Elizalde y Mayela Beltrán, Por Grace AC
Uno de los emblemas más importantes en la pelea por la legalización de la marihuana en México fue el de Graciela Elizalde, una niña cuyas crisis epilépticas llevaron a que sus padres, Raúl Elizalde y Mayela Beltrán, hallaran una manera para mejorar su calidad de vida. En 2013 ambos empezaron su activismo a favor del uso del cannabis debido a que la Secretaría de Salud les negó el trámite para importar el aceite cannábico que ayudaría a disminuir las crisis de Grace —llamada así de cariño—, quien tenía alrededor de 400 por día. “Ya habíamos usado diferentes tipos de anticonvulsivos y buscando opciones encontramos que era una excelente opción terapéutica para ella”, recuerda su padre.
Raúl no se quedó con los brazos cruzados y en 2015 emprendió un juicio de amparo que ganó. Se trató del primer permiso que se consiguió en la historia de México para importar tetrahidrocannabinol (THC), es decir, aceite cannábico. Con ello se asentó un precedente y se reprodujeron más casos para dar paso a la discusión de la legalización en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Actualmente están satisfechos por la mejoría en la salud de Grace y porque más gente se ha acercado a ellos para canalizarlos en el tratamiento a través de la asociación que ambos crearon: Por Grace AC. “Hemos tenido contacto con personas de todos los estados y estamos contentos de que tenga resultados”, confiesa Raúl.
Tatiana Clouthier, diputada federal
Foto: Alejandra Carbajal / Time Out México
El camino a la legalización de la marihuana está trazado. Regular el consumo del cannabis tendría beneficios no solo sociales y de salud, sino en lo que la diputada Tatiana Clouthier considera uno de los principales problema del país: la simulación.
“Se permite traer cierta cantidad, pero no venderla ni producirla, entonces ¿de dónde sale? Puedes estar de acuerdo o no, que son dos cosas totalmente distintas, pero no podemos seguir sosteniendo la simulación”, destaca.
Rumbo a los planteamientos que se abordarán para la discusión de la Ley General para la Regulación y Control de Cannabis, la diputada señala que uno de los puntos más importantes es lo concerniente a la salud y la comercialización de productos. “Si vas a legalizar, ¿lo harás más allá del cannabis? Se abre el mundo del mercado. Aunque ya hay productos que se encuentran a la venta, la cosa es si son legales o no, si se están pagando impuestos o si vamos a seguir jugando con esta simulación”.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación emplazó al Senado de la República para emitir su propuesta en torno a la regulación del consumo de cannabis el próximo mes de octubre. De la Cámara de Senadores pasará a la Cámara de Diputados, donde se aprobará, se modificará o se enriquecerá. A propósito, la diputada señala que será una prioridad “proveer información para quienes todavía se oponen a algo que ya se da de hecho, porque hay un sector de la población que está en desacuerdo”.
Margarita Garfias, Colectivo Mamá Cultiva México
Desde que nació el colectivo Mamá Cultiva en Chile, uno de sus principios fue transmitir el conocimiento medicinal de la marihuana de mujer a mujer con el fin de atender los múltiples padecimientos de sus familias. Ahora son 1,400 familias que juntas han creado más redes en Latinoamérica y una de ellas se encuentra en México, donde es cofundadora Margarita Garfias, cuyo hijo tuvo efectos positivos en su epilepsia luego de que lo trató con aceite cannábico.
“Son por lo regular mujeres, abuelas, hijas y hermanas que cultivan para alguien más, para sus familiares. Todos aquellos que tenemos pacientes crónicos. No se persigue ningún fin comercial más que pasar el conocimiento de una mujer a otra”, comenta.
Margarita se enteró por primera vez de este uso gracias a un documental y, desde entonces, ha trabajado con otras mujeres su activismo alrededor del consumo medicinal, frente a la desesperación de mirar a sus familiares con crisis epilépticas. Para ella es “maravillosa” la manera en la que el tratamiento permite que gradualmente se vayan retirando los fármacos en algunas personas. Por ejemplo, relata que su hijo José solo toma dos medicamentos o a veces uno.
El gran obstáculo que ella y las madres del colectivo enfrentan es la situación jurídica en la que se encuentra la marihuana en México, debido a que resulta costoso y tardado importarla desde Estados Unidos. Por ello, esperan que la iniciativa lanzada en noviembre del año pasado dé paso a que se faciliten estos productos para todos aquellos que lo necesiten. “Lo que queremos es regulación por la paz, por todos aquellos que necesitan consumir por placer o por cuestiones medicinales, pero queremos que haya paz y se acabe la absurda guerra contra las drogas”.
