Hablar de Laura es capturar un momento peculiar que vive el DF. La emergencia de la creatividad se debe a varios agentes que, como ella, iniciaron una carrera que hoy ya se siente sólida.
Hace algún tiempo, Laura cambió las zapatillas de baile por los maniquíes y las telas. 11 años han pasado desde que decidió vincular su vida a la moda. Pertenece a la misma generación de diseñadores que Trista, Mancandy y Ale Quesada, con quienes se presentó en el extinto Fashion Week. Sin embargo, no siempre tuvo clara la línea que quería seguir.
"Cuando desapareció Fashion Week, yo desaparecí con él. A diferencia de otros diseñadores, yo no fui constante. Después de mucho tiempo decidí que si quería continuar con esto tenía que construir una marca y convertirla en una empresa. La cosa era hacerlo bien o dejarlo de una vez".
Su regreso fue en 2010. Después de ser parte de la primera temporada de Project Runway Latinoamérica, Laura estableció las bases para darle a Chabe, su marca, la línea que necesitaba. Su inspiración nace a partir de las necesidades cotidianas; también de las oportunidades de una prenda para ser atemporal sin dejar de estar a la moda.
Es una de las pocas diseñadoras que tiene dos proyectos simultáneos: Boyfriend's Shirt, una marca masculina que desarrolló en colaboración con su esposo, y Chabe, su proyecto femenino. Laura es una diseñadora que desde su perspectiva de creadora y usuaria pone atención en la calidad y la funcionalidad del producto.
Para ella, su estancia en la ciudad le permite, entre otras cosas, incentivar la competencia. Posicionar sus marcas es la prioridad: el 29 de junio de 2014 abrió su primer showroom en Pachuca 169, Condesa. Ahí, la gente puede ver y comprar las colecciones que se renuevan cada temporada.
Chabe y Boyfriend's Shirt siguen participando en proyectos itinerantes, como Nómada y la Lonja Mercantil, plataformas mexicanas en las que se reúne la escena local del diseño y que plantearon una nueva forma de incentivar el consumo local. La siguiente Lonja será durante el Abierto Mexicano de Diseño, en noviembre.
Además de guardar su inspiración (boards y patrones), este espacio se compone por un sinnúmero de objetos con historias de su vida, desde un burro de planchar que era de su madre -también modista- hasta un imán en forma de pollo en el que junta sus alfileres.