El 2021 arrancó con una lamentable pérdida para la edición independiente: el 14 de enero partió a los 42 años el poeta, traductor, editor y promotor Iván Trejo, quien deja un hondo vacío en el ámbito de la poesía y la edición en todo el país, pero concretamente en la zona noreste. Nacido en Tamaulipas, desde finales del siglo XX Trejo fincó su residencia en Monterrey, desde donde formó a nuevos poetas y promotores y dirigió dos sellos editoriales: Posdata y Ediciones Atrasalante.
Estos son los días en los que el miedo, el espanto y el encuentro entre vivos y muertos se vive como una celebración. Claro que, en tiempos como el que atravesamos, se hace justo y necesario aceptar que el horror y el terror no son exclusivos de los últimos días de octubre ni de los primeros de noviembre; no cuando en este año, si algo ha estado presente en todas partes del mundo a través de la enfermedad, el encierro y sus múltiples derivados, son precisamente el horror y el terror.
Esta temporada que gira en torno al Día de Muertos ha permitido que, en el caso de la literatura, haya especiales acercamientos a estos géneros y temáticas, principalmente a través de las conferencias y charlas virtuales que se han efectuado en los eventos literarios virtuales dedicadas a discutir ampliamente sobre la correspondencia entre las ficciones que aluden a lo inquietante, lo inexplicable y lo siniestro, con la realidad de un mundo que hasta antes de resguardarse de un virus salía a las calles para exigir el final de feminicidios y abusos viejos y nuevos, sociales y políticos.
La presencia de autoras como María Fernanda Ampuero, Ave Barrera, Liliana Colanzi, Verónica Gerber, Mariana Enríquez, Mónica Ojeda y Fernanda Trías, entre otras, ha sido una constante al trazar esta relación. Obviamente, al leerlas y escucharlas aparece una pléyade de autoras universales que las preceden y que siguen siendo causa de fantasías y pesadillas en sus lectores: Shirley Jackson, Silvina Ocampo, Maria Luisa Bombal, Amparo Dávila, Inés Arredondo y Joyce Carol Oates, por mencionar algunas.
María Fernanda Ampuero, espléndida cronista ecuatoriana, publicó en 2018 su primer libro de cuentos, Pelea de gallos, y la fuerza de sus páginas sigue retumbando con la exploración que hace del terror emanado de los pequeños y grandes abusos de poder del día con día, esas violencias que han sellado la vida de muchas mujeres de Latinoamérica. Publicado por la española Páginas de Espuma —distribuida en México por Colofón—, fabulosa editorial que lo apuesta todo por el cuento y el relato.
Esto nos recuerda la labor de otra editorial hispana, Candaya —distribuida en México por Tabaquería—, que ha editado a otras dos autoras ecuatorianas jóvenes: Solange Rodríguez, quien escribe acerca de espectros que resultan más corpóreos que etéreos en los relatos de La primera vez que vi un fantasma y Mónica Ojeda con sus dos celebradas novelas: Nefando —editada en México por Almadía—, sobre las sorpresas que se encuentran al descender a lo profundo de la internet, y Mandíbula —que ojalá pronto se edite por acá—, en la que la convivencia en un colegio de señoritas trastoca el deseo sexual en hambre de venganza.
De Ecuador saltamos a Bolivia con los relatos de Nuestro mundo muerto de Liliana Colanzi, publicados aquí por Almadía, en la que las atrocidades de hoy se entienden a partir de costumbres ancestrales. Almadía también editó un libro insólito: La compañía, en éste Verónica Gerber dialoga con el mayor cuento de horror de la literatura mexicana, “El huésped” de Amparo Dávila, logrando horrores nuevos al presentar a una mujer atrapada por una institución o empresa que le impide salir de la ciudad y de sí misma.
Otro clásico perturbador, Farabeuf de Salvador Elizondo, es punto de partida para que la también traductora Ave Barrera despliegue una narración tan entrañable como estremecedora. Ganadora del Premio Lipp de Novela 2018 y publicada por la tapatía Paraíso Perdido, Restauración instala el terror al sur de la Ciudad de México, en donde una restauradora de arte va develando la violencia machista que ha habitado desde siempre en la antigua casona cercana al Parque Hundido en la que vive y trabaja.
Finalmente, el horror y el terror cotidianos tienen uno de sus más claros ejemplos en el trabajo de dos de las más elogiadas narradoras argentinas: Samanta Schweblin y Mariana Enríquez, autoras de sendos relatos y novelas sumamente apreciadas por lectores y especialistas. En México, Samanta está presente con los relatos de Pájaros en la boca y la novela Distancia de rescate —nominada al Premio Man Booker— gracias a Almadía, mientras que Mariana lo está con Alguien camina sobre tu tumba, editada por Antílope.
A diferencia de títulos escalofriantes como Las cosas que perdimos en el fuego, Los peligros de fumar en la cama y Nuestra parte de noche —Premio Herralde de Novela 2019—, Alguien camina sobre tu tumba presenta un lado más amable de la autora, aunque sin dejar de perturbar: se trata de exquisitas crónicas en las que Enríquez deja constancia de su visita a diversos cementerios alrededor del mundo y de las historias de muerte y de vida que resguardan. En estos días en que los cementerios estarán cerrados, tal vez podamos visitarlos a través de los pasos de Mariana.