Dentro del gigante universo excéntrico y juguetón que reviste a la lucha libre mexicana, se encuentran las mascotas que acompañan a luchadores de alto nivel para descubrir las artimañas de los oponentes, ayudar, nutrir de diversión y para alcanzar a otros públicos como los niños (hago una pausa para reconocer el papel del público infantil como llave universal para dotar de ese sabor mágico y místico a los luchadores que incluso se convierten en superhéroes).
De estos personajes, Alushe fue una criatura inspirada en una especie de duende proveniente de la cultura maya que cuidaba a la milpa y los niños, creado en 1988 por Tinieblas —ese ser con máscara negra y dorada (sin orificios) que en realidad es un casco espacial y que junto con El Santo, Mil Máscaras y Blue Demon es uno de los referentes mundiales de la lucha libre y el cine de este género—. Siguiendo esta línea, en 2005 el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) creó el personaje de KeMonito —un mono con pelaje azul y piel amarilla— que sería interpretado por el mismo hombre que el primero: “Llamó mucho la atención de los niños porque todos tienen algún perrito, un lorito o una mascota en casa”.
Foto: Cortesía CMLL
A pesar de que ambas figuras fueron concebidas para entretener a los más pequeños, la verdad es que en el ring KeMonito no se limita a ser un atractivo visual, se enfrenta a los contendientes (aunque se lo agarren de bajada o no sea parte de la pelea) y recibe los trancazos que se tengan que recibir: “Ver a un luchador de tamaño bajo hacer lo que los grandes hacen llama mucho la atención”, asegura el atleta.
KeMonito reconoce que a lo largo de cuarenta años ha tenido fracturas importantes y se ha enfrentado a cirugías en la nariz y los pies pues “el riesgo en el ring siempre está latente y antes era mayor porque yo era la única mascota que recibía los golpes”. Esto lo ha llevado a decidir abandonar el oficio desde hace un par de años; sin embargo, admite que no lo ha hecho porque la gente pide verlo y lo quiere. “Ya no entreno porque ya tengo mis rodillas mal. Antes entrenaba con los grandes casi a diario, ahora sólo hago ejercicios”.
Foto: Cortesía CMLL
Para keMonito, el reto del CMLL al retirarse será encontrar a una persona de su estatura. A este desafío agregaría que, el consejo necesitará un deportista que reúna la esencia de un personaje que ha sabido adaptarse al estilo de los grandes. Él ha hecho equipo con luchadores como Shocker —“fue con quien estuve más tiempo y de mis favoritos porque tuve vestuarios diferentes que gustaban”— y Atlantis, este último una leyenda que KeMonito siguió incluso cuando cambió de bando: “fui parte de los rudos, pero sólo como un mes porque estaba con Atlantis y él se cambió. Pero no me gustó y me regresé a los técnicos”.
KeMonito es un punto de fuga en el ring, un acaparador en los puestos afuera de la Arena México, un intérprete sólido de la lucha y sobre todo un pequeño que ha sabido destacar entre los grandes y ganarse su propio lugar. Es la mascota que todos quisiéramos tener.
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