En este jardín se respira amor. Debe su nombre al insurgente Manuel Villalongín, personaje histórico reconocido por rescatar en este lugar a su esposa, quien fue aprisionada por el ejército español para obligarlo a abandonar las armas. También conocida como Plaza Villalongín, es un espacio para descansar, recargar las pilas y continuar disfrutando de la ciudad de Morelia.
En el centro observarás una de las fuentes más antiguas de la zona; se dice que en el período colonial la ciudad tenía más de 40 fuentes que eran abastecidas de agua por el Acueducto que se encuentra a unos pasos de ahí.
Este sitio originalmente se llamaba Plazuela de la Ánimas, luego se le agregaron cuatro fuentes más en las esquinas y pasó a ser El jardín de los cuatro oros. Hoy sólo tiene una en el centro y es de las más longevas de la capital michoacana porque por más de un siglo permaneció en el centro de la Plaza de Armas (a un costado de la Catedral de Morelia). La escultura de bronce que tiene representa a Flora, la diosa de las flores, los jardines y la primavera en la mitología romana.
Desde este jardín se aprecia la fuente más famosa de la ciudad: Las Tarascas, realizada en 1984 por el escultor José Luis Padilla Retana. Notarás una escultura de bronce de tres mujeres purépechas semidesnudas que sostienen, con los brazos levantados, una canasta de frutas de la región.
Muy cerca de este espacio, se encuentra el Acueducto, probablemente la obra civil más importante de Morelia, compuesta por 253 arcos de estilo barroco, con una longitud de cerca de 1,700 metros y una altura máxima de 9.24 metros.