Como parte de nuestro contenido especial de mayo, sobre la maternidad deseada, buscamos a mujeres que han recurrido a la Interrupción Legal del Embarazo en la CDMX; para escucharlas y conocer sus experiencias. Aquí te presentamos el testimonio de Verónica M.:
He interrumpido dos embarazos. La primera vez fue cuando el aborto todavía no era legal en la CDMX; yo era muy joven, tenía 18 años y estaba empezando la carrera. De hecho esa fue mi primera experiencia sexual. Cuando supe que estaba embarazada, en una clínica de salud sexual para jóvenes me pasaron el número de un doctor que podía ayudarme a interrumpir mi embarazo, pero en realidad quienes me ayudaron fueron los padres de mi mejor amiga, que me invitaron de viaje y ahí tomé Misoprostol. Lo malo fue que no se terminó de salir todo y yo tuve dolores muy fuertes, entonces fui con el doctor que me recomendaron en la clínica y él me hizo un legrado. En ese proceso me ayudó la mamá de mi ex pareja. Semanas después, él me confesó que lo que ocurrió fue que eyaculó dentro de mí —aunque cuando tuvimos relaciones me aseguró que no lo había hecho—. Me sentí totalmente estafada.
En ningún momento me trataron mal; eso ocurrió la segunda vez que me practiqué un aborto, cuando ya era legal en la CDMX. En ese momento yo tenía 29 años y muchos problemas de salud. Cuando me enteré que estaba embarazada ya tenía 13 semanas, y justo en esas semanas yo había pasado por una cirugía, estudios, Rayos X y muchos medicamentos, situación que ponía a mi embarazo en riesgo. Cuando mi ginecóloga me hizo saber de mi embarazo, me trató de convencer de llevarlo a término. Entonces fui con el doctor que me hizo el legrado la primera vez y me recetó Misoprostol; además me hizo saber que la situación de riesgo para el feto y para mí era real.
Es curioso que cuando me enfrenté a sesgos fue cuando el marco legal ya me permitía abortar. Por eso creo que debemos buscar el aborto libre: que realmente haya libertad de decidir, y que nadie cuestione nuestra inteligencia para hacerlo.
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