Los días de confinamiento nos han abierto posibilidades de reencontrarnos con el espacio que habitamos y muchos de nosotros ya nos llamamos “el señor o la señora de las plantas”. Ahora que nos acercamos más a la naturaleza, quizá sea el momento de dar el siguiente paso: comerte algo que tú mismo sembraste y cosechaste.
Los huertos urbanos son una manera perfecta para recuperar el vínculo que se ha perdido con el crecimiento de la población mundial y las ciudades. En estos espacios podemos cultivar alimentos por nuestra cuenta, pero lo más importante es que no se utilizan fertilizantes o sustancias químicas, por lo que cosecharemos productos más sanos.
Gabriela Vargas, directora y fundadora de Huerto Tlatelolco, asegura que, hay un impacto directo al medio ambiente al momento de crear áreas verdes. Por ejemplo, un espacio como el que ella dirige, en donde son mil 650 metros cuadrados y más de 100 variedades de plantas, ayuda a reducir las temperaturas.
“El carbono que está en la atmósfera se vuelve a aterrizar al suelo y eso es un gran beneficio en un huerto urbano; es muy importante la fertilidad del suelo”, nos cuenta Gabriela. Asimismo, son una buena oportunidad para crear comunidad.
Así que tu huerto personal va más allá de tener vida verde en tu casa, son una posibilidad de que las personas que habitamos las ciudades podamos vincularnos, participar y comprometernos con los procesos de producción de nuestros alimentos.
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