Elementos impares, la alquimia del amor y la vida por Cris Winters

Escribir sobre la complejidad de las relaciones humanas, los dolores que llevamos dentro y los anhelos que nos mueven, es un acto audaz. Sin embargo, Cris Winters lo aborda con una destreza que transforma la química y la física de lo humano en arte. Desde las noches de insomnio en su departamento de la colonia Juárez, hasta los recuerdos de su primera cortada y su inquebrantable vínculo con su madre, cada página es un viaje emotivo. La música, legado de su padre, resuena como un telón de fondo que acompaña sus reflexiones.

En esta novela, Winters no solo entrelaza historias con un ingenioso sentido de la sustancia, sino que también nos conduce a lugares tanto dolorosos como placenteros, donde todos hemos navegado en algún momento. Con un toque de humor y una chispa de nostalgia, nos regala momentos de risa y complicidad en cada elemento. La novela Elementos impares es un relato donde cuenta su historia, y donde la vida se celebra con un “tití” y una sonrisa.

¿Qué fue lo más catártico al escribir Elementos impares?

Hubo varios momentos de catarsis, que hoy puedo dividir por etapas: 

1. El primer borrador, una suerte de vómito donde dejé fluir todas las emociones de dos de mis relaciones amorosas más tóxicas, mismas que en el libro corresponden a los personajes de Hidrógeno y Plata, o Javier y Diego. Bilis pura; fue como extirpar un tumor cancerígeno o hacer un exorcismo.
2. La edición: el doloroso proceso de leer y releer momentos del pasado desde un lugar de mayor consciencia. Aprender a reconocerme en esa versión mía, aparentemente menos evolucionada. Somaticé algunos de esos momentos con contracturas en los hombros, por ejemplo. Pero finalmente sirvió para ver a todos los personajes como personas que cometen errores. No hay villanos, hay gente egoísta, lastimada y emocionalmente torpe. Aprendí a tenerle paciencia y ternura a la Cris del pasado. A agradecerle sus errores y los de los hombres con quienes se relacionó. Pero fue pesado, había capítulos que evitaba editar, pues era muy desgastante. 
3. La publicación: recibir los comentarios de los lectores, no porque sean malos, sino porque, contrario a lo que se pueda creer de alguien que expone su vida en un libro, soy una persona muy privada. Que, con la mejor intención, la gente comente mi vida e intente acercarse a mí a través del libro, ha sido hermoso, pero también intimidante, invasivo y aterrador. 

Mi estilo narrativo es melódico y directo. Si es que existe: un francotirador tierno. Al grano.

¿Qué elemento te costó más describir y volver a vivir en Elementos impares?

Hidrógeno, por lo dolorosa que fue esa relación. Plata por lo poco que me reconozco en esa Cris sin autoestima que se puso en situaciones patéticas y autodestructivas. Californio, Hierro y Francio, porque ahora, ya disponible, lamento las relaciones bonitas que no fueron porque yo no tenía disponibilidad emocional y era incapaz de ver a quien se atreviera a ofrecer un futuro juntos y tratarme bien.

Esos últimos elementos me generan una nostalgia por lo que no fue. Finalmente, todos me dan alivio de haber crecido, y lástima del tiempo que invertí en mi neurosis. Hoy preferiría haber dedicado ese tiempo a otras cosas que no fueran estar en constante conflicto conmigo misma. ¡Ni hablar!

En la novela vemos mucho de Cris, pero también de una generación completa en la CDMX ¿Cómo defines tu estilo narrativo? ¿Qué lugares de la CDMX te llevan a Elementos impares?

Mi estilo narrativo es melódico y directo. Si es que existe: un francotirador tierno. Al grano. Dicen que es muy sexual, pero a mí me parece que el arte y los humanos son por naturaleza sexuales. Me resulta difícil imaginar un libro de alguien en sus 20 o 30 y que no esté lleno de deseo. 

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Sobre los lugares: Reforma Centro, el Ángel, las calles de la Juárez, la Roma norte de antes de la pandemia, que tenía una gentrificación local, pero aún no internacional. Por supuesto, la San Miguel Chapultepec, el Parque Pushkin… las galerías de arte contemporáneo, Bellas Artes y sobre todo, la Sala Neza. O sea: los lugares por los que deambulo.

Elementos impares está disponible en librería Utópicas y en este enlace.