Es un hecho que no podemos quedarnos cruzados de brazos mientras nuestra querida CDMX nos necesita —y nunca lo hemos hecho—. Por eso buscamos a expertos economistas y analistas, y les preguntamos de qué manera podemos ayudar a que nuestros lugares favoritos sobrevivan y reduzcan el impacto derivado de la emergencia sanitaria.
Juntos podemos ayudar a que las pequeñas y medianas empresas salgan a flote. ¿Cómo? “Lo primero que debemos hacer es analizar nuestras fuentes de ingreso y una vez que estemos seguros de ellas, usar el ingreso para consumir a pequeñas y medianas empresas, quienes van a ver las consecuencias más graves durante este periodo”, comenta el economista Jorge A. Castañeda Morales.
Otro punto que debemos tener en cuenta es que no todos los negocios tienen la misma capacidad de resistir esta caída de ventas. No es lo mismo hacer tus compras en los supermercados o almacenes de venta al mayoreo, que ir a la tienda de abarrotes de la esquina o al mercado de tu colonia. “Hay que localizar a los negocios que se encuentran más cerca de tu casa y darles una oportunidad, ya que ellos necesitan mucho más una venta que las grandes cadenas. Así también reduces el riesgo de exponerte a ser contagiado en una tienda con grandes flujos de gente”, sugiere Luis Monroy-Gómez-Franco, economista por la Facultad de Economía de la UNAM.
Por otro lado, el sector restaurantero también enfrenta una situación sin precedentes. De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), alrededor de un millón 700 mil familias dependen de la industria gastronómica (entre restaurantes, bares y cafés) y “se estima que 80% de los restaurantes no podrán mantener su nómina por más de cuatro semanas (sin sus actividades habituales). Por ello es importante tomar acciones para proteger a esta industria”, agrega en un comunicado Adelma González, Directora General de Unilever Food Solutions para el Norte de Latinoamérica.
La clave para apoyar a las pequeñas y medianas empresas está en consumir, pero de forma responsable. Eso es lo único que va a mantener la economía hacía adelante. Por eso, a continuación te presentamos un breve plan de acción que puedes implementar durante la contingencia.
Procura hacer tus compras en el mercado de tu colonia o en la tiendita de la esquina, hay que darle preferencia a las pequeñas empresas sobre los supermercados o almacenes. Lo mismo con los servicios a domicilio, prefiere los restaurantes de locales o fonditas antes que optar por las grandes cadenas.
Repite con nosotros: El papel de baño no te protege del COVID-19. Si cada quien compra solo lo que necesita no habrá escasez, pero si vaciamos los anaqueles y nos llevamos provisiones para lo que resta del año, sin duda provocaremos un caos como en los meses pasados.
No importa que no vayan a tu casa, ellas son parte del sector informal y necesitan su pago justo y a tiempo. Desde marzo, la Conapred hizo un llamado a garantizar los derechos de las personas trabajadoras domésticas durante la contingencia por el COVID-19. Así que respeta su salario y ayúdalas a no salir de casa.
No es momento de hacer grandes gastos, no despilfarres. Ni se te ocurra comprar auto nuevo o gastarte tu quincena en videojuegos, consolas u otros artículos que no son de primera necesidad. Claro, de vez en cuando te puedes dar un gustito —para eso trabajamos—, pero no te confíes y piensa dos veces antes de llenar tu carrito de la tienda en línea.
¿Recuerdas cuando tus papás te decían “ahorra por cualquier cosa”? Bueno, pues ya sabemos que los imprevistos sí suceden y, para estar tranquilos, es mejor tener un guardadito extra con el objetivo de prevenir cualquier escenario durante los próximos meses.
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