Si el trabajo de las mujeres muchas veces no se visibiliza, cuando es turno de referirnos a la labor que hacen las indígenas, la problemática se agudiza. ¿No nos crees? Hagamos un ejercicio. Piensa en los diversos proyectos que existen en nuestra ciudad; de cine, teatro, gastronomía y arte. Ahora dinos, de éstos, ¿cuántos conoces que son liderados por una mujer indígena?
Entre la desigualdad de oportunidades y el poco seguimiento que se da a su trabajo, no encontrarás un listado muy extenso y esto ha sido un tema que hemos arrastrado por años en toda Latinoamérica. Por eso, desde el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, realizado en 1983, en Bolivia, se eligió el 5 de septiembre como el Día Internacional de la Mujer Indígena: “para rendir tributo a todas las mujeres pertenecientes a los pueblos indígenas del mundo y para visibilizar sus gestas heroicas”, dice el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas de México.
Ahora pensemos en las causas de esta situación. Quizá uno de los factores que impiden la visibilización de su labor radica en la segregación. El género es un factor y a esto se suma el origen. Ser indígena en México es uno de los principales motivos de discriminación en el país; de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, 49.3% de esta población “opina que en el país sus derechos se respetan poco o nada”.
Y estamos hablando de un sector amplio. La encuesta intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2015 apuntó que había 12.2 millones de indígenas en todo el país; es decir, 10.1% de los mexicanos, de los cuales 51% son mujeres. El escenario de la Ciudad de México es muy similar en proporciones, el mismo estudio señaló que 8.8% de los habitantes de la CDMX se autodescribren como indígenas y poco más de la mitad son de sexo femenino.
Este contexto enmarca a las mujeres indígenas que han abierto brecha en la ciudad. Para ellas, su lengua, costumbres y tradiciones son razón y fuente de creación y transformación. Ellas, poco a poco, ocupan lugares en actividades que buscan preservar su cultura y los saberes que les han transmitido de generación en generación, ya sea para aportar en el mundo de la moda y los textiles, la gastronomía, el cine o las artes. Ejemplo de esto son las figuras que aquí te presentamos.
Por Perla Velázquez y Anaid Ramírez