Ilustración del comic Chrononauts
Ilustración: Cortesía Panini Comics
Ilustración: Cortesía Panini Comics

Rockstar Comic: Chrononauts, un cómic de viajeros en el tiempo

¿Te quedaste en Volver al futuro? Necesitas este cómic que llega a México por Editorial Panini

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Lejos ha quedado aquel 1966, año en que debutaba El túnel del tiempo, una de las series clásicas de la televisión en la que nos narraban cómo, gracias a un aparato tecnológico, los Doctores Tony Newman y Douglas Phillips llegaban a la cubierta del Titanic y luego de un fallido intento de evitar el famoso naufragio, quedaban perdidos saltando entre distintas épocas bajo la mirada un grupo de especialistas que buscan la manera de tráelos de regreso.

La pareja protagonista obedecía por completo al modelo del aventurero virtuoso, pues se afanaban en hacer lo correcto y ayudar a hacer la diferencia en el lugar adonde los llevara cada intento por volver a casa. El espíritu aleccionador y el mensaje de optimismo de los años sesenta perneaban cada uno de los episodios, que no por ello resultaban menos inquietantes en sus atmósferas.

El enfoque de este tipo de propuestas se fue modificando al encaminarse al nuevo siglo, pasando por apostar con excelentes resultados por la mezcla de drama y comedia, como el caso de la entrañable Quantum, a recargarse aún más en el humor al estilo de la emblemática saga Volver al futuro. Sin embargo, si algo tenían en común todas estas producciones, era el mantener como uno de los ejes de la trama, la disyuntiva entre modificar o no los hechos del pasado.

Esa premisa es precisamente la primera que se va al carajo dentro de Chrononauts, saga en cómic que fiel al estilo de Mark Millar, creador de joyas impresas tan sugestivas como infestadas de mala leche (Kick Ass, Némesis), quien con toda la alevosía del mundo transgrede la fórmula de las aventuras de viajeros en el tiempo, en pos del entretenimiento puro. Esto por supuesto alcanza a los personajes centrales, un par de sujetos que no solo encarnan, sino que llevan al extremo los rasgos del estereotipo de los héroes de acción y hasta portan unos trajes especiales, deciden pasársela de maravilla yendo y viniendo entre hechos históricos claves de la humanidad, entre ellos el asesinato de JFK.

Claro que no todo será tan sencillo. El escritor mantiene dentro de la ecuación el factor del ojo vigilante representado por el acostumbrado grupo de científicos, quienes desde la actualidad deciden enviar algunos mercenarios para que se hagan cargo de buscar y meter en cintura a los ya mencionados par de irresponsables entrometidos.

Sin embargo no hay que engañarse. Se trata solo de otro detonador para esta disparatada aventura, que trae a nuestro siglo la estridencia pop ochentera a través de pasajes delirantes ilustrados por Sean Murphy (Punk Rock Jesus) y su estilo, cuya espectacularidad en los trazos apenas rebasan el acabado del boceto. En éstos se puede ver desde un De Tomaso Pantera Gts atravesando las líneas de batalla durante la Segunda Guerra Mundial, a una nave con forma de guitarra eléctrica que los deja varados en la Era Mesozoica.

Esto último es resultado de un intento de los protagonistas por ir hacia adelante en el tiempo, porque obviamente, como dijera el buen Christopher Lloyd durante su reencuentro con Michael J. Fox en la serie Spin City —haciendo alusión a la franquicia fílmica que les hiciera famosos—, “Hombres como nosotros siempre debemos mirar al futuro”, y para el volumen dos de Chrononauts, vaya que lo hacen valido. Ambas ediciones de esta saga llena de adrenalina proveniente del mundo de las viñetas, son publicadas en formato de pasta dura por Editorial Panini.

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  • Qué hacer

A partir de la investigación encabezada por James Gordon, sobre el asesinato cometido aparentemente sin sentido por el Acertijo, la cual da pie a inquietantes interrogatorios, violentas pesquisas y sangrientos escapes, entregando de paso cruentas declaraciones que hacen referencia a joyas del mundo de las viñetas como Batman: Killing Joke, las cuales van más allá del simple fanservice, adquiriendo un fatídico peso dramático dentro de la trama; se desarrolla otro más de los acostumbrados y siempre interesantes acercamientos de Tom King a los rasgos patológicos latentes en la mitología de los superhéroes, en este caso la generada alrededor del vigilante de Ciudad Gótica, quien esta vez luce más despiadado, asqueado y enfermo que nunca.

Yendo y viniendo entre su pasado escolar y de violencia familiar que detonó su obsesión por los enigmas que de ser su peor pesadilla pasan a ser su estilo de vida, y su presente de retorcidas y despiadadas manipulaciones que hacen de la coacción un sangriento mecanismo que cobra víctima tras víctima y empuja a sus oponentes a un callejón del que solo hallarán la salida si trastocan de forma irremediable sus principios y abandonan sus escrúpulos, es que aquí son expuestos los orígenes de quien es conocido como el Acertijo.

Los trazos delgados que recorren como grietas las pinceladas granosas de color, sobre viñetas que se desdibujan como los límites entre la razón y la demencia, en secuencias recargadas que se pasman en ilustraciones a página completa para enfatizar el panorama desolado e infeccioso de una urbe sin salvación; son el reflejo ideal creado por el artista Mitch Gerards, para redondear la justa y enfermiza reivindicación de un villano clásico como uno de los enemigos más interesantes, infames y peligrosos del legendario Batman.

Batman One Bad Day: The Riddler es un pasaje relativamente corto pero no por ello menos brutal. Lo publica Panini Comics en elegante edición de pasta dura con un sutil toque de quinta tinta para el título, e incluye una galería de sugestivas portadas alternativas realizadas por gente como Brian Bolland, Jim Lee y Jorge Fornés que terminan por convertirle en un verdadero objeto de colección. 

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