La Basílica de la Asunción de María Santísima es el nombre completo de esta iglesia neogótica que se comenzó a construir en el año de 1561. Posteriormente, en 1574 sufrió un incendio que la devastó, pero no se quedarían así las cosas y poco a poco hasta llegado 1618 se pudo concluir esta increíble obra arquitectónica. Durante la última etapa de construcción estuvo a cargo el arquitecto español Martín Casillas, quien murió el mismo año del término de la obra.
Actualmente este templo es casa de la Arquidiócesis Católica de Guadalajara y recibe a miles de visitantes cada mes pues es uno de los puntos focales tanto religiosos como turísticos del Centro de Guadalajara. La entrada se encuentra sobre Fray Antonio Alcalde, y si te sitúas en la Plaza Guadalajara (cruzando la avenida), podrás obtener la mejor vista de sus dos torres.
Por dentro están los altares de Nuestra Señora de la Asunción, Nuestra Señora de los Dolores, Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan de Dios, entre otros; así como criptas con enterramientos del siglo XVI en adelante, hay mucha información interesante de la arqueología catedralicia que puedes descubrir.
La riqueza histórica es por sí sola una razón ineludible para visitar la Catedral Metropolitana; pero también está el Museo de Arte Sacro de Catedral de Guadalajara, los mitos de túneles subterráneos que la unen con edificaciones antiguas cercanas, y para una pequeña dosis de escalofríos, puedes prestarle visita a Santa Inocencia, el cuerpo de una niña devota que fue preservado con un recubrimiento de cera.