¿Los citadinos conocemos el silencio? No importa si es una mañana de domingo en la enorme Reforma, nuestra recámara a las 3am o la sala de cine, la Ciudad de México siempre está despierta y lo manifiesta con sus sonidos. Estamos tan sobreestimulados con la banda sonora de la ciudad, que nuestro cerebro lo toma como algo normal y no nos damos cuenta; la mayoría de las veces oímos lo que nos susurra al oído, pero no lo escuchamos porque ya es parte innata de nuestro ambiente. Pero más que ser estridencia —que según el proyecto #RuidoCDMX, la Ciudad de México es uno de los cinco centros urbanos más ruidosos de Latinoamérica—, los sonidos de la ciudad poseen un espíritu que los convierte en parte de ella.
Imagínate vivir en el extranjero y perderte de joyas como: “ya llegaron sus ricos y deliciosos tamales oaxaqueños”, el pitido de los camotes que asusta a más de uno, el estridente trinar del afilador de cuchillos, “el gaaaaaaaaaaaaaaas”, las marimbas callejeras y por supuesto, uno de los más importantes y casí casí el jingle oficial de la CDMX: “se compran colchones, lavadoras, refrigeradores, microondas y algo de fierro viejo que venda”. Estoy seguro de que leíste esto y automáticamente los escuchaste en tu cabeza, y hasta lo cantaste.
Los sonidos no solo están para decirnos que hay que salir a tirar la basura porque el camión se acerca, para saber qué puesto de frutas y verduras tienen los mejores productos o para avisarnos que el semáforo pasará de rojo a verde muy pronto, o si hay que salir corriendo con los cuchillos para que los afilen: todos ellos, hasta la alerta sísmica, también nos dan identidad, son parte inerte de nosotros y nos hacen definirnos como defeños-citadinos-mexiqueños (o el gentilicio que te guste más).
A manera de celebrar el murmullo de la ciudad y descubrir a qué suena la Ciudad de México, buscamos los sonidos identitarios. Veremos desde los principales templos dedicados a los sonidos y la manera en que se traduce el sonido de la CDMX a una película, hasta las historias que se inspiraron en esta metrópoli y se convirtieron en canciones que narran cómo es vivir en esta enorme y peculiar capital.