Déjate seducir por todo lo que el Centro Histórico tiene para ti. Programa tu despertador muy temprano y corre al Monumento a la Revolución para apreciar el amanecer a 65 metros de altura. Más tarde prueba alguno de los desayunos típicos que ofrece El Cardenal. Después date una vuleta por los murales que alberga el Palacio de Bellas Artes y no olvides entrar a sus exposiciones temporales.
No importa si es de día o de noche, en la CDMX siempre encontrarás algo interesante que hacer.