Museos interactivos para niños en la CDMX

Luego de una renovación, este recinto ahora cuenta con mejores instalaciones y más tecnología, así como contenidos novedosos para chicos y grandes. Se divide en seis zonas: El viaje inicia, Mi cuerpo, México vivo, Mi hogar y mi familia, Mi ciudad y el Laboratorio de ideas. En cada una de ellas los niños usarán sus manos y sentidos para descubrir, aprender, diseñar y hasta expresarse artísticamente.   

Aquí también se vale tocar y divertirse. Los niñose se divertirán como nunca en la sala de matemáticas gracias al las esculturas de espejos en las que uno se asoma al interior para verse multiplicado en esferas, cubos y pirámides flotantes en 3D. Tienen también un pequeño planetario que te permite observar el celo nocturno completamente despejado y un montón de objetos que despertarán la curiosidad de todos los niños.  

En este espacio los pequeños tendrán su primer acercamiento a las finanzas y conocerán billetes y monedas de otros países. Por medio de interactivos digitales, multimedia, gráficos y videos, tus niños tendrán una noción de la economía y el desarrollo sustentable.

Las salas del museo están divididas según el rubro al que corresponden los personajes representados (deporte, espectáculos, religión, horror, política, etcétera), aunque hay una que otra que cuenta con imágenes de chile, mole y pozole. Steve Jobs puede estar hombro con hombro con Elvis Presley, por ejemplo. Prepárate para tomar muchas fotos, seguro tus pequeños te pedirán que los retrates junto a Justin Bieber, Bob Esponja y los personajes de Plaza Sésamo. 

El Museo Galería Nuestra Cocina Duque de Herdez es un túnel del tiempo para observar la evolución de la cultura alimentaria y su influencia en las tradiciones, costumbres e identidad de los mexicanos. La visita al museo se vuelve ágil e interactiva debido a que cada sala está dotada con juegos que brindan información de cómo se conservaba la comida en las diferentes épocas o la importancia de los ingredientes a lo largo de la historia. Estos fueron desarrollados junto con el Papalote Museo del Niño.

En el museo encuentras objetos y personajes fuera de lo común. Hay una réplica en cera de Robert Wadlow, el hombre más alto del mundo, y una del más gordo (con todo y la dieta que llevaba). Una copia de la Mona Lisa hecha con 42 rebanadas de pan tostado, un pedazo del Muro de Berlín, un estuche antivampiros con crucifijo, estaca, botellas de agua bendita y un vestido hecho con cabello humano (lo sabemos, suena asqueroso). 

Desde que entras a la primera sala, te sientes inmerso en un episodio de Viaje a las estrellas. Te recibe una réplica de un vehículo de transporte diseñado para explorar el lado oscuro de la luna. Para entrar al museo se forman grupos de entre 10 y 15 personas; sólo se puede visitar con un recorrido guiado, lo que hace más enriquecedora la experiencia, ya que los comentarios de los guías explican y complementan el montaje interactivo de cada una de las salas.