Elegir una película frente a la cada vez más amplia oferta a nuestro alcance en las diversas plataformas de video on demand, es por momentos una tarea un tanto abrumadora. Más aún cuando si se busca arrancar una plática y de ahí llegar a una serie de reflexiones.
A partir de hoy, y acompañando a cada uno de nuestros pódcast Luces, cámara, ¡niñxs!, ofrecemos para mamás y papás, tutores y docentes, una guía con puntos centrales que pueden abordar con niñas y niños. La recomendación será siempre acompañarla del audio semanal que con gusto acá realizamos.
En busca de Bobby Fischer (Steven Zaillian, 1993) disponible en el catálogo de Netflix, es una excelente opción para arrancar. ¿Cuántas veces no hemos, como madres y padres, vertido sueños en nuestros propios hijos? Como docentes, ¿en cuántas ocasiones no forzamos de más a los más chicos? Eso, entre otras cosas, es a lo que se enfrenta el joven Josh Waitzkin (Max Pomeranc).
Con un elenco multiestelar que incluye las actuaciones de Joe Mantegna como el papá Fred, Joan Allen como la mamá Bonnie, Ben Kingsley como el entrenador de ajedrez Bruce Pandolfini y Laurence Fishburne como el ajedrecista callejero Vinnie, En busca de Bobby Fischer nos presenta a un chico que se enamora de algo en lo que eventualmente no solo será bueno, sino que será el mejor.
Josh se enamora del ajedrez en la calle, viendo a un grupo de jugadores que, si bien resultan ser apostadores, también son amantes del juego de tablero por excelencia. Sí, Vinnie es un personaje que quizá usa un vocabulario callejero y fuma; pero que eso no los aleje de la historia, pues el propio Vinnie es un personaje entrañable que se convertirá en amigo de Josh, a quien por cierto protege y alienta como pocos.
Bruce, el entrenador profesional, es duro y disciplinado, pero también un enamorado del juego. Seguro muchos docentes entenderán el comportamiento de Bruce, así como también muchos alumnos. Vemos en él un genuino deseo de enseñar. Pero también y quizá como elemento central, observamos sus ganas por aprender de su alumno.
Fred, el papá, ama y alienta a su hijo a ser el mejor, pero también a lo largo de la trama se irá dando cuenta que quizá como padres en ese afán de alentar a nuestros hijos a superarse, dejamos de ponerles atención y escucharles: de saber qué es realmente lo que ellos desean.
Como colofón, la cinta es extraordinaria para los amantes al deporte. Sin duda es una gran selección para quienes forman parte de equipos deportivos. Alienta, sin duda, a no ver a los competidores a los cuales destrozar, sino más bien a disfrutar de algo que en esencia nunca dejará de ser un juego.
La cinta la recomiendo para niñas y niños de ocho años en adelante.
¿Nos dicen si la vieron? ¿Qué les pareció? ¡Y mejor aún! ¿Nos cuentan qué les dijeron sus hijas e hijos?