Ante la 9º edición del Maratón de Teatro para Niños y Jóvenes, platicamos con la directora del programa de Teatro para Niños, Jóvenes y Escolar del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), quien nos comentó la importancia de las artes escénicas en la infancia.
¿Cómo definirías el teatro para niños? ¿Cuál es su finalidad, entretener o educar?
Entretener desde luego. El teatro para niños y para adultos es una manifestación artística, y como tal, en principio tiene el deber de expresar y no de explicar. La misión del arte tiene que ver con provocar experiencias estéticas, con hacer sentir y reflexionar. En particular, las artes escénicas, además, tienen la peculiaridad de que ocurren en vivo y una sola vez.
Para ti, ¿qué elementos no deben faltar en una producción teatral para niños?
Tiene que partir del principio básico de que los niños no son un proyecto inacabado, los niños son niños. Si partimos de eso, de respetar el momento de vida de cada persona, junto con su inteligencia y su sensibilidad, ya empezamos bien. Ha habido mucha investigación en los últimos años que revela, por ejemplo, que no es necesario sobreestimular los sentidos, como lo hacen todas estas obras saturadas de ruido, de color, de movimiento y gente disfrazada de niños. A un niño le puedes hablar como estamos tú y yo hablando en este momento: tranquilamente y pasándola rebien. Hacer teatro para niños requiere un compromiso muy serio, respetuoso, y ya después vienen los temas: se puede hablar de juego, de violencia, de tristeza, de alegría.
Eres muy joven, pero de acuerdo con tus recuerdos de la infancia, ¿consideras que ha evolucionado la forma de hacer teatro para niños respecto a ese entonces?
De niña me llevaron mucho al teatro y vi cosas muy bonitas, pero también hay cosas que todavía se las reclamo a mis padres. Creo que lo que ha cambiado es que, en algún momento, los artistas, los grupos y las instituciones entendimos que los niños son un público muy importante: en número, en intensidad, pero además, incluye a los papás. Si los niños vienen, también vienen los papás. También ya se pone atención a grupos específico, es decir, hay teatro para bebés, para la primera infancia, para niños de primaria...
De los dramaturgos contemporáneos (nacionales o extranjeros) y que se dirigen hacia los niños, ¿quiénes son a los que no debemos perderle la pista?
Alejandro Ricaño, la Compañía Teatro al Vacío (José Agüero y Adriana Hernández), Gibrán Portela, Jaime Chabaud, Camila Villegas, Hugo Wirth y Bertha Hiriart.