Los sueños frustrados de ser astronauta o bailarina o el miedo a los insectos o a convertirse en uno de ellos, son algunos de los temas que abordan Las Primadonnas, una compañía clown con espectáculos multidisciplinarios que conjuntan danza, teatro, artes plásticas y música en vivo, muchos de ellos pensados para el público infantil.
“Después de tres años de presentarme solo, invité primero a unas cantantes de ópera y de ahí partí para seguir desarrollando esta propuesta”, explica Luis López, autor, protagonista y director de los montajes de la compañía Las Primadonnas, cuyo nombre significa en español primera mujer. El objetivo de los espectáculos que presentan, como Seremos nubes y Sombreros con patas y alas, asegura el creativo, es representar el universo clown y compartir las posibilidades de esta técnica, así como sorprender y conmover al público.
A través de situaciones universales que hablan sobre el amor y el ser aceptado, las puestas en escena invitan a desarrollar la imaginación. No usan la cuarta pared del teatro convencional, sino que permiten que la audiencia interactúe y se convierta en cómplice de sus aventuras. Uno de los mayores retos de este trabajo, afirma López, es no usar palabras para lograr una gran precisión en el lenguaje corporal.
“Hacer reír es un tema ampliamente discutido por su grado de dificultad y lo es aún más sin palabras. Conectar de alguna forma con todos los espectadores sin importar su edad o situación socioeconómica es otro gran desafío, ya que nos presentamos en teatros, foros, espacios abiertos y hasta en la calle cuando así nos lo solicitan.
“Nos burlamos de la divez, la presunción o la soberbia. Pensamos que los conflictos y el drama surgen de querer ser algo que uno no es”, subraya.
La música varía en cada espectáculo: ópera, música clásica o popular y jazz recrean ambientes únicos. Las composiciones originales del pianista Bernardo Espadas dialogan con las historias. De acuerdo con el Luis López, los montajes de Las Primadonnas tienen una duración entre hora y hora y media. Son aptos para niños de uno a 100 años, pero los pequeños de cuatro años en adelante los pueden disfrutar más.