El regreso de 31 minutos

¿A quién no le han cortado mal el pelo o bailado sin César? La edad no importa cuando de divertirse se trata con los sketches de 31 minutos o identificarse con sus canciones. Sus personajes no sólo han traspasado las fronteras de Chile, sino también las generacionales y de la tv, al pasar de la pantalla chica a grandes escenarios para dar conciertos y provocar que los padres de los pequeños también coreen las canciones.

“Lo pensamos con cosas o temas que nos hubieran gustado de niños, que nos satisficieran y no siguieran el modelo de programas infantiles de otros países. No queríamos corresponder a ese modelo pero tampoco ser un programa hipereducativo, sino que les diera libertad absoluta. Creo que por eso ha sido tan exitoso entre niños y adultos”, dice Álvaro Díaz, uno de los fundadores de la serie y encargado de darle vida a Juan Carlos Bodoque.

De esta ola de éxito es parte México, país que visitarán por tercera ocasión –antes lo hicieron en 2012 (Foro Shakespeare) y en 2014 (Teatro Metropólitan)-, para agasajarse de nuevo con el calor del público mexicano.

“Siempre ha sido muy sorprendente la respuesta de los mexicanos. A estas alturas, por la frecuencia, ya medio medimos la reacción del público y la cantidad de fans que tenemos aquí. Además, cuando nos presentamos en México hay un beneficio: no nos conocen tanto como el público chileno, y por lo mismo hay más energía”, agrega.

Para que los defeños no dejen de cantar, Díaz y Pedro Peírano –otro de los creadores- renovaron el espectáculo 31 minutos: Radio Guaripolo, con modificaciones en el setlist –al que sumaron canciones de la última temporada–, la iluminación, las actuaciones y coreografías.

“Parecería raro llevar el show una o dos veces por año, pero te da más seguridad cada vez que lo presentas, te concentras más. Aunque hace unos meses no tocamos, eso hace que volvemos muy alerta a los escenarios y revisemos el espectáculo para hacerlo más atractivo”.

Álvaro Díaz también explicó lo que hace que las presentaciones musicales de 31 minutos sean disfrutables para el público infantil, en especial Radio Guaripolo, que surgió con la intención de presentarlo en el teatro y no en festivales o lugares abiertos –como ocurrió con su anterior gira– pero les llegó una invitación al Lollapalooza, en Chile, y vieron que también funcionaba como un recital de rock.

“Decidimos mezclar bien las actuaciones con las canciones y que tuviera un buen ritmo, mientras lo haya, los niños querrán verlo. No hay un secreto para gustarle a los pequeños, sólo no dejar que se aburran por ningún motivo".

“Esperamos que se repita la misma euforia de los shows anteriores. Nos emociona mucho ver que gente de tan lejos cante nuestras canciones y que las palabras chilenas se conozcan en otros lugares”, finalizó.