¿Hay chiquitos en casa que ya sufren de estrés? Enseñar a los niños a meditar desde temprana edad puede ser clave para su bienestar a lo largo de toda su vida. Equilibra su ser interior, facilita la concentración e incrementa las emociones positivas; beneficios asociados con el aprendizaje, sobre todo hoy en día que la mayoría de los pequeños están sobreestimulados.
Basado en la filosofía y enseñanzas del budismo kadampa, adaptadas para occidente por Gueshe-la, este centro de meditación ofrece un reconfortante espacio para niños de cuatro a 10 años, donde aprenden de manera gradual y natural a meditar y disfrutar de la paz.
El trabajo que se realiza en la clase busca contrarrestar los efectos del estrés, el exceso de información y el impacto de la tecnología, erróneamente asociados a la felicidad, bajo la premisa de Buda de que la felicidad y el sufrimiento son estados mentales que vienen del interior.
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