1. Emociones que impulsen el aprendizaje
Existen emociones académicas que abren al conocimiento, como entusiasmo, confianza, curiosidad y alegría. Aumentar la frecuencia de cada una provocará que los niños se incorporen más fácilmente en las aulas, favoreciendo su formación integral y la construcción de una identidad personal.
Este tipo de educación se aprende a través de los ejemplos, así que empatizar con los niños en cuanto a sus miedos o ansiedades será el primer paso para fortalecer su autoconocimiento.